The Wolf And The Raeven

Prólogo

Jericó es un pueblo que no destaca en absoluto.

Es... Uno más, como cualquier pueblo que encontrarás si te pierdes en carretera o si es que tienes un familiar viviendo y decides visitarlo antes de que muera para que te heredé todo.

Siquiera en rareza es especial. Puedo contar más gárgolas en una ciudad cualquiera que en  Jericó, independiente de eso. Es un buen lugar si es que quieres escapar de la ciudad.

Muchos árboles por doquier. Montaña, es como si algo quisiera apartar al mundo real de Jericó y sus habitantes si no es que los quiere retener.

De igual manera. Es una ciudad chica, las cosas se saben a gran velocidad.

Desde que Verónica Wilbur quedó embarazada a solo un año de terminar la preparatoria a lo más interesante. Un desmembramiento en los inicios del bosque.

Así es. Cómo es una historia mal contada, es que hay un asesino psicópata rondando por el lugar. "Lo único interesante en Jericó" ...

Eso pensaba. Bromeaba de ello con mi "amigo" Tyler, ya que los muertos generalmente eran personas que todo el mundo sabían eran idiotas o solo de forma aleatoria.

Justa es la vida cuando estuve sentada en la sala de un hospital esperando a que nos dijeran noticias sobre mi hermano menor, Pericles...

Pericles siempre ha sido un lastre. Una mancha en nuestro código genético, aún así. Aún con ello. No me divierte saber que está en coma.

-Por favor, Merlina- pide madre acariciando la cabeza de mi hermano -Solo por una vez, dale el cariño que te tiene-

Me acercó. Tiene heridas, cortadas, marcas de garras mientras que vendas y tubos lo cubren y le dejan respirar.

Aferro mi mano a las sábanas blancas de su camilla. Con la otra tomo su mano, molesta.

-Te espero de este lado. No del otro, si lo haces serás un idiota por siempre-

Siento una punzada, un dolor mental que hace sienta presionen mis ojos.

Veo un lobo. Grandes garras, colmillos llenos de sangre. Es entre blanco como rubio y con azul y rosa en su melena.

Mi hermano gritando con el llanto de su reciente berrinche  y, oscuridad.

-Vamos- dice madre saliendo de la habitación.

-... Veré qué hago- siseo viendo a mi hermano -Hare que el idiota lo pagué-