Capítulo 4

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Un largo morado estropeaba su mandíbula y sus labios estaban hinchados. Los Cuervos obviamente habían usado al pobre tipo como su saco de boxeo personal. Cuando se movió alrededor, RM captó una breve expresión de dolor que parpadeaba en el rostro de Jin. Con cautela lo reconfortó a su lado. Era obvio que tenía moretones en más lugares que solo su mandíbula.

RM maldijo en voz baja. Todo esto debía estar siendo muy difícil para Jin, ya debía sentir dolor en todas partes desde el cambio, y ahora tendría aún más dolor gracias a la paliza. Eso no era bueno. Necesitaban moverse rápidamente y lo tenían que hacer ahora.

—¿Estás listo para esto? —RM trató duro de no dejar que sus dudas se transmitieran por su voz.

Jin se levantó y le dio una inclinación con la cabeza.

RM no lo podía ayudar, pero sentía algo de respeto por el chico. Estaba manejando un infierno entero de cosas mejor de lo que podrían muchos otros. Mierda, con todo el derecho el chico podría estar curvado como una bola llorando por su mamá. No Jin. Enfrentaba este reto de frente y no pestañeaba siquiera. Pero de nuevo era pariente de Yunho. Venía de un buen linaje.

—Estoy listo. —Jin hizo una mueca de dolor tocando su garganta en carne viva.

—Aquí la tienes de vuelta y no la pierdas esta vez. — RM bromeó y le tiró la Glock entregándosela. Él optó por levantar el brazo con su espada de nuevo.

Otro 'boom' resonó. Este era mucho más fuerte que los anteriores.

Exactamente la señal que estaba esperando. No podían perder tiempo. Sacudió su cabeza en dirección a la puerta indicándole a Jin que era tiempo de irse.

—Sígueme. —Ordenó—. Tengo mi coche estacionado atrás, vamos a salir lo más rápido que podamos. Pase lo que pase, quédate a mi lado, ¿oíste?

—Entendido. Voy a estar contigo como Angelina y los huérfanos del tercer mundo.

RM se paró para reírse del gracioso e irónico comentario. Si no tenía cuidado, RM actualmente podía engancharse el chico. Sosteniendo apretadamente su espada asomó su cabeza fuera y miró de arriba abajo al estrecho pasillo. Los suelos estaban mojados y lúgubres, pero benditamente vacíos, y solo por eso él podría haber abrazado a alguien.

Bordeó hacia la salida su cuerpo tenso por la anticipación de ser atacados, pero nada pasó. Se giró para decirle a Jin que lo siguiera, pero ya estaba cerca. Tenía la Glock elevada y una mirada de rabia fría en sus ojos que RM conocía. El paramédico no iba a titubear en usar el arma.

—¿Quién más está ayudándote? —Jin preguntó mientras ellos iban por el corredor pasillo abajo. Cuando no corrían, RM establecía un ritmo muy rápido esperando como el infierno salir de ahí pronto.

—Un grupo de coloridos felinos que están cerca en el área.

—¿Coloridos?

—Cambia formas que han roto su lealtad con algún

tipo de unión. Ellos viven con sus propias reglas y usualmente están todos alrededor de un gilipollas. —RM ladeó su cabeza hacia un lado oyendo y mirando si ellos tenían compañía en el camino, pero no había indicios de sonidos de pasos viniendo en su camino.

—Y si son unos solitarios ¿por qué nos están ayudando? —Jin preguntó.

RM podía haberse enfermado por el interrogatorio, pero tenía que recordar que todo eso era nuevo para el chico por lo que se obligó a responder más suavemente. Si los papeles se hubieran invertido, él podía ser malditamente curioso también.

—Ellos nos están ayudando porque les pagué una mierda de mucho dinero para hacerlo. Nosotros debemos darnos prisa porque no sé cuánto tiempo puedan distraerlos. Una vez que Los Cuervos descubran qué está pasando, vendrán con la cola alta de vuelta a tu celda.

Serie de los CP 01 - Pasiones PrimariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora