Capítulo 16

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Aunque el contacto con Jin era húmedo y frío, RM lo mantuvo apretado saboreando el momento de tenerlo. Todo lo que importaba era que estaba ahí y dijo que lo amaba. RM no podía recordar un momento en el que se hubiera sentido tan feliz y más completo que ahora. —Te amo muchísimo Jin —declaró antes de inclinar su boca sobre sus labios y darle otro caliente beso.

—No nos alejaremos el uno del otro nunca más. — Jin prometió.

—¿Estás bromeando? No me voy a ir y menos a alejarme de tu lado. Ahora que te tengo, no te voy a dejar ir. —Apagó la luz dejando la habitación en la oscuridad. Debido a los instintos felinos se podían ver casi perfectamente y empezó a tirar de la ropa de Jin. Al estar toda mojada, estaba dura, pero entre los dos se las arreglaron. La tormenta se había hecho más intensa levemente iluminando la habitación por pocos momentos.

Jin estaba desnudo ahora excepto por sus calzoncillos y RM besaba y acariciaba cada pulgada de su expuesta carne. Deslizando sus dedos por el elástico de la cinturilla de la ropa interior de Jin acarició la dura polla de su amante.

—Vamos a la cama. —RM sugirió en un ronco susurro.

—De acuerdo. —Jin gimió y frotó un lado de su cara contra el pecho de RM cubriéndolo con su esencia—. Mío.

—Sí —RM estuvo de acuerdo todavía acariciando la erección del jaguar.

—Y tú eres mío, te prometo que nunca te dejaré de nuevo.

RM no tenía muchos muebles en su espartano apartamento, pero gracias a los dioses tenía una cama grande. Conduciendo a Jin se detuvo un momento para darle otro apasionado beso. Cayeron en el colchón quitándose el resto de ropa el uno y el otro. Todo mientras se acariciaban, lamían y pellizcaban varias partes de sus cuerpos.

Con cada segundo que pasaban, RM tenía un tenue dominio de su control deslizándose un poco más. Cuando Jin lo mordió en la base de su cuello, RM se sacudió no de dolor sino de pasión ciega. Lo llenó la necesidad salvaje de poseer por completo a su amante, una cosa que ya no podía negar.

—Levántate en tus rodillas y agárrate del cabezal — RM ordenó con un fiero gruñido.

Los ojos de Jin llamearon de necesidad, pero luchó por obedecer, sus largos dedos se envolvieron alrededor de las tablillas de madera del cabezal.

El movimiento lo puso en perfecta posición, RM estaba detrás y separó las nalgas de su culo para poder llegar a la estrecha abertura. Agachándose bordeó el agujero con su lengua repetidamente consiguiendo que estuviera preparado y listo para tomarlo.

Jin siseó con placer, sus dedos agarraron la madera tan apretada que sus nudillos se tornaron blancos.

—Después de esta noche nadie va a tener ninguna duda que eres mío —prometió entre caricias y deslizó un dedo dentro del culo de Jin—. ¿Quieres saber por qué? —¿Por qué? —Jin gimió empujando su cadera atrás.

RM entendió el mensaje y deslizó otro dedo lentamente bombeándolos dentro y fuera.

—Porque voy hacer algo más que solo joderte, voy a conquistarte.

—Oh Dios. —Jin jadeó.

Una breve luz iluminó la habitación mostrándole a RM un vistazo de la cara infundida de pasión de su amante. Sus mejillas estaban rosas, sus labios engrosados y una fina capa de sudor punteando su frente. RM gruñó de placer, sacó sus dedos de dentro de Jin remplazando estos con la punta de su pene. A diferencia de la última vez donde tomó las cosas de una forma suave y gentil esta vez era todo acerca de posesión y su lado animal estaba gobernando. Dejando escapar un gruñido, RM entró dentro de Jin en un duro empuje.

Serie de los CP 01 - Pasiones PrimariasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora