Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue a mis dos compañeros. Me alivié de no quedarme solo en aquellas tierras desconocidas. Ya tranquilo y acompañado, me dispuse a analizar mis alrededores.
En efecto estábamos ante el mismo bosque que vi en mi visión. Parecía que hubiesen puesto un filtro azul sobre todo el bosque. Nada se escapaba a ese color: la madera, la tierra, los frutos, las flores y sus tallos, la hierba, las hojas... Incluso el Sol y las nubes eran azules. Solo destacábamos nosotros: un hombre alto, pelinegro, de ojos carmesí y vestido de traje y corbata; una niña de pelo castaño, ojos verdes y un pequeño vestido rosa; y por último, yo, un adolescente pelirrojo, de ojos verdes y vestido con una camisa blanca y vaqueros.
–¿Estáis bien? –preguntó Sally rompiendo el silencio –Estos viajes suelen causar a veces náuseas si no estás muy acostumbrado...
–Perfectamente –respondí cortando su explicación.
–Evans, este es el bosque de tu visión, ¿verdad? –intentó confirmar Mica.
–El mismo.
–Entonces, podemos confirmar que hemos caído en el sitio correcto: las Tierras del Sueño, la realidad del Mundo al revés, dentro del nodo de la Verdad. Es mucho más peligroso y menos amigable que el Mundo del nodo de la Mentira.
–Sí, pero ahora nos toca andar.
–Hay que buscar las rocas moradas –indiqué impaciente.
–Peque, tú nos puedes guiar, ¿verdad?
–Sí, no es la primera vez que he estado aquí.
–¿En serio? –pregunté curioso –¿Cuándo estuviste aquí?
–Supe que un familiar de un antiguo amigo habitaba por aquí, en estos bosques. En el momento en el que me lo describiste, supe que era esta zona. Me trajo muchos recuerdos.
–¿Y sigue viviendo aquí?
–Se supone que sí. Tenía una pequeña cabaña de madera entre árboles cerca de un estrecho río. Igual sigue viviendo por ahí. Él es curandero y muchos pueblos cercanos requieren de sus servicios. Sabe muchas más cosas que yo sobre estas tierras, podría ayudarnos.
–Pues si sabes dónde está esa cabaña, busquémosla –propuse finalmente.
–Por aquí... –indicó Sally empezando ya a caminar.
Seguimos a Sally, ya que parecía tener muy claro el camino a seguir para llegar a la famosa cabaña de la que nos hablaba. Nos adentramos por un inexistente camino cubierto de matorrales y árboles. Al principio fue incómodo, pero no tardamos en llegar a una mejor zona. Entre dos álamos azules se abrió paso un estrecho camino de tierra del mismo color. Pudiendo ya caminar de forma más estable, pusimos rumbo recto, siguiendo aquel pequeño camino.
La caminata fue presidida por el silencio, pues parecía que Sally estaba concentrada y yo no era una persona de muchas palabras. Mica solo nos seguía, mirando curioso a su alrededor. Pasó aproximadamente hora y media cuando aquel silencio fue roto abruptamente como cuando un niño deja caer al suelo un jarrón de porcelana por accidente.
–¡Siento algo! –exclamó Sally.
–¿Qué ocurre? –pregunté dando un pequeño respingo ante su reacción.
–Creo que algo se acerca...
–¿Algo como eso? –preguntó Mica indicando con su dedo a lo que se refería.
Tanto Sally como yo nos giramos en dirección a lo que señalaba el pelinegro. Fue tal nuestra sorpresa, que no pude evitar dar un par de pasos atrás mientras veía aquella figura y Sally dejaba caer sus rodillas contra la azul tierra del estrecho camino en el que nos encontrábamos.
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Arcanos Menores
Fantasy"A veces no tienes que buscar tu destino creando tu propio camino mediante tus actos, sino siguiendo la luz del Sol..." El mundo está a punto de cambiar. Un nuevo "Dios" está formando un ejército de personas con dones sobrenaturales y tramando un pl...