𝐋𝐀 𝐒𝐄𝐈𝐍𝐄 𝐄𝐓 𝐌𝐎𝐈 - 𝐿𝑎𝑟𝑖𝑠𝑠𝑎 𝑊𝑒𝑒𝑚𝑠

𝐕𝐈𝐈

𝐖𝐚𝐭𝐜𝐡 𝐡𝐞𝐫 𝐬𝐥𝐞𝐞𝐩.

Felicidades Xavier, tienes un talento natural.- Sonrió al chico a lo que él asintió orgulloso de sí mismo por haberle presumido su talento para dibujar a la nueva profesora.

Cierta Addams miraba fijamente a la mujer pelirroja. Intentando encontrar algún defecto extraño en ella, lucia exactamente como una normie, sin embargo ya había descubierto que no lo era, por su collar en el cuello suponía que era una sirena. Pero le faltaba mucho por averiguar.

-Entonces, como sabrán, el sonido se produce a través de ondas, ¿alguien podría decirme cuales son las cuatro cualidades del sonido?- Miró a sus alumnos, haciéndose una idea ya de quien contestaría.

-Intensidad, tono, timbre y duración, dependen de un parámetro físico, o incluso más de uno.- Bianca contestó enseguida. Beatrice asintió.

-Correcto, gracias Bianca.-

Siguió con sus clases, afortunadamente los alumnos ya tenían conocimientos y eso lo hizo aún más interesante.

-Bien, terminamos con el tema del sonido, pueden sentirse libres de tomar cualquier pincel. Dejen que su creatividad vuele.- Enseguida todos se levantaron a tomar pinturas y demás en ese lugar, trazando bocetos y muchas cosas más.

-Hola Addams, ¿necesitas algo?- Beatrice preguntó al ver que la niña se posaba a su lado.

-¿Qué eres?- Se dirigió a ella por primera vez.

-¿Perdón?-

-Si, que eres, si estás aquí es porque eres algo.-

Entendió y miró a la chica con una ceja arqueada, ¿acaso no era obvio?

-Sirena.- Contestó sin preámbulos y señaló su amuleto que la mantenía segura de convertirse con cualquier contacto con el agua. Sonrió sin mostrar los dientes y siguió con lo suyo.

Sinceramente, Merlina se sorprendió al ver que ella no la asfixiaba con su hospitalidad que todos los demás parecían ofrecerle, se alejó lentamente de la pelirroja, dándose cuenta que era la primera persona de su familia que no lograba irritarla. Definitivamente algo estaba bien con ella.

Sirena, canto hipnotizante, sin duda ella sería una buena opción para su escapada de Nevermore.

-Los alumnos no dejan de hablar maravillas de ti, y de lo amable que eres.- Marilyn tomó asiento en la cama de Beatrice, ella sonrió y negó con la cabeza.

Al final no se había quedado con su directora.

-Me recibieron muy bien, siento que estoy en donde debo de estar.-

-Me alegra tanto que no te hayas sentido tan fuera de lugar como yo.-

Beatrice tomó sus manos e hizo que sus miradas conectarán, le sonrió y eso extrañamente causó un sentimiento relajante en Thornhill.

-Sé que encontrarás tu lugar Mari, es difícil porque eres normie y aún no logramos comprenderte, ni tú a nosotros, sin embargo mira, se ha vuelto tu hogar.- Le dijo sin soltar sus manos. Marilyn sonrió y asintió.

Se sentía extraño, pero se sentía bien, era la primera vez que realmente las palabras de alguien le llegaban al corazón, por así decirlo, "si tan solo supieras" pensó.

-Tengo que retirarme, te dejaré sola para que puedas desempacar con tranquilidad.- Thornhill se levantó de la cama, siendo seguida hasta la puerta por Beatrice.

-Te veré en la noche.- Se despidió con un beso en la mejilla y cerró la puerta una vez que Marilyn ya estuviese dándole la espalda. Suspiró y se tomó un momento para observar lo que sería su habitación.

Era bastante grande, Larissa se aseguró de darle la habitación más grande para ella sola. Sinceramente no quería que Beatrice compartiera habitación con alguien más, así que se tomó el tiempo de apartar la mejor habitación para ella.

Se dejó caer en la cama completamente decidida a dormir, sus clases por hoy ya habían terminado. Se sentía bien saber que iba a dormir en una cama sin tener a Michael al lado, se sentía tranquilidad.

Larissa tocó la puerta muy suavemente, sin embargo no recibió contestación, frunció el ceño y pensó que la profesora Thornhill estaría ahí dentro. Con toda la libertad del mundo abrió la puerta silenciosamente, cerrandola de igual manera

Sonrió levemente al ver a la pelirroja completamente dormida con todo el cabello derramado en su rostro. Se acercó lentamente, cuidando que sus tacones no la despertaran. Quitó esos cabellos estorbosos y se tomó el tiempo de mirarla.

Tomó una silla y se sentó dispuesta a verla hasta despertar, tenía mucho papeleo por llenar, pero a la mierda, es la directora y puede ver a Beatrice durmiendo, porque es más importante.

Quien sabe cuanto tiempo había estado ahí, sin embargo jamás se cansaría de mirarla dormir, los gestos que hacía Beatrice estando en su quinto sueño eran simplemente adorables, extremadamente adorables, de hecho.

No era un persona desesperada pero pensaba que Beatrice ya había tardado mucho durmiendo.

Por un momento observó el cuerpo pequeño de la pelirroja, dándose cuenta que se había quedado profundamente dormida con ropa de trabajo. Es decir, que realmente estaba cansada. Por eso ella estaba durmiendo tanto.

Se preguntó si no era incómodo para Beatrice dormir con esas prendas, por un momento se le pasó por la mente quitarle esas telas que se miraban incómodas, sin embargo mejor la dejó así, no quería que pensara mal.

Aunque si, moría por hacerlo de todas formas.