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—Samantha Jones. Será sentenciada a la prisión por sus crímenes que son: insubordinación: robar equipo de la UNSC, no solo los 3 Spartans a sus órdenes si no también una nave tipo cóndor y una ojiva nuclear—

John miraba con cierta frustración todo el juicio, pues a pesar de sus intentos de convencer a las autoridades de que los delitos de Samantha no eran graves, ellos seguían en su posición y no podía evitar sentirse algo culpable por no haberle podido ayudar.

—Se levanta la sesión—

Samantha se sentía quizá un poco avergonzada por su castigo, pues nunca su historial en la UNSC se había visto manchado. No podía evitar sentirse expuesta pero no sé arrepentía en lo absoluto de nada, pues ahora el jefe y su equipo ya estaban en la nave y podrían trabajar con los datos.

Lo que la llenaba de alivio era que sus compañeros no fueron castigados como ella, pues el juzgado asumió que solo seguían órdenes de su superior aunque aún así ellos también querían ser juzgados como ella.

Se levantó de su asiento en el tribunal de la nave viendo las esposas en sus manos, después levantó la cabeza y miro a dónde estaban los testigos, sintió que su mirada se cruzó levemente con la del jefe maestro y ella sonrió levemente para continuar su camino, pues justo en ese lugar el jefe había intentado con insistencia ayudarle a salir mejor parada del juicio aunque sin mucho éxito pero aún así le agradecía su esfuerzo.

John miro como Samantha era llevada por un par de marines al calabozo. Y no pudo evitar sentirse algo mal por ella, pues sabía que su castigo no era del todo justo, pero a pesar por sus esfuerzos de tratar de ayudarle no pudo hacer mucho.

—Es la primera vez que veo que Samantha desobedece órdenes—

Escucho a alguien a unos cuatro metros de distancia hablando con otras personas, al parecer spartans por la estatura no tan común.

John observo por otro lado a los miembros restantes del equipo Falcón, el más molesto por el juicio parecía ser Holson pues su ceño estaba fruncido y sus manos estaban hechas puños. Pero los otros no se quedaban atrás, el chico bromista estaba inusualmente callado, algo que a pesar de que no lo conocía suficiente, sabía que no era usual, en si todo el equipo Falcón estaba desanimado.

John dudo un poco si acercarse o no para intentar subirle la moral al equipo, pero después de meditarlo unos segundos se dio cuenta de que era lo correcto.
John se acercó a ellos y de inmediato captó la atención de ellos que le miraron con cierta confusión.

—Lamento no haber podido Hacer más por su líder de escuadrón—

Luke asintió sin mucha energía Y su mirada paso a Edward y Holson

—no se preocupe jefe, sabemos que hizo lo que pudo—

Murmuró Edward también algo decaído por la situación pues el también había intentado defender a Samantha con sus conocimientos en leyes.

—Tratare de hacer que reduzcan la condena—

Dijo John para retirarse al ver que Edward y Luke asentían, Tenía que ir con la doctora Halsey. 

El equipo Falcón estaba más que desanimado, tenían una mezcla de emociones algo indescriptibles. Pues estaban molestos por lo injusto del juicio, tristes por la condena de Samantha y sentían impotencia por no poder haber hecho nada.

—se hizo lo que se pudo, Samantha sabía el riesgo de desobedecer órdenes y aún así tomo la decisión de ir, se que no esta arrepentida de eso. Lo sentí—

Holson miro a Edward y Luke con clara decisión

—tenemos que Aceptar su decisión, hicimos lo correcto señores—

Así fue como Holson logro por lo menos un poco levantar el ánimo del equipo Falcón que aunque aún se veían en mal estado, Holson sabía que su ánimo había mejorado.

Edward y Luke Asintieron aunque aún algo desganados, sobretodo Luke que parecía mucho más afectado.

— ¿Podremos visitarla?—

Pregunto Luke y Holson negó suavemente al parecer algo dolido por el hecho. Luke apretó la mandíbula mucho más molesto pero termino sin decir nada.

—vamos. Tenemos que trabajar, Edward recuerda que irás a trabajar como asistente de la doctora Halsey. Los veré luego—

Dijo murmurando lo último y yéndose dejando a Luke y a Edward que de inmediato se fue cada uno por su lado


Mientras John iba por los pasillos enormes de la Infinity de nuevo ese sueño apareció en su mente, no podía sacárselo de la cabeza, las sensaciones se habían sentido más que reales pero el sentimiento… la calidez que le dejo ese sueño, esa calidez que sin duda quería sentir de nuevo y que inexplicablemente le pareció experimentarla de nuevo.

No sabía por qué razón pero esa sonrisa que le había dedicado Samantha antes de ser sacada de la sala le hizo sentir… algo similar, esa calidez había aparecido de nuevo, o al menos eso creía el hombre de armadura verde.

Llegó al laboratorio de la doctora y de inmediato le dio el acceso la IA al saber que era el.

John entro a la habitación buscando directamente a la doctora Halsey que pronto la diviso en una enorme mesa holográfica al parecer trabajando.

—Hola John, ven por favor—

John no dudo ni un segundo en acercarse a la doctora y en la mesa de blanco pulcro aparecieron varios datos.

—todo está listo para el arma, pero tengo que cambiar cierta programación en tu traje. No podemos permitirnos otra IA rebelde. —

John simplemente la miraba sin contestar nada, Cortana de nuevo apareció en su cabeza, pero rápido aparto esos pensamientos negativos que fueron reemplazados por ese sueño… ese sueño tan confuso ¿Sería bueno decirle a Halsey?

Halsey claro que lo noto, sabía que estaba extraño, como si tuviera algo que decirle pero también ella no quería presionarlo. Sabía de sus dificultades para socializar eran fuertes.

—Es por eso que coloque en su directiva que cuando acabe con sus misiones que será encerrar a Cortana se hará una autoeliminación y en el caso de que eso falle tú tendrás una contraseña exclusiva que te permitirá eliminarla—

John no hizo ningún movimiento pues estaba en un dilema interno sobre si era buena idea o no contarle a la doctora Halsey. Pero pensó en que era la única persona fuera de Cortana en la cual confiaba, tenía que contarle, tenía que decírselo a alguien de confianza y ese alguien era Halsey.

—Tuve un sueño—

Dijo John y de inmediato la doctora dejo lo que estaba haciendo para prestarle total atención a lo que iba a decir, sabía que era importante, pues John estaba muy extraño últimamente y no lo culpaba, estaba pasando por el dolor de perder un ser querido que resultó estar vivo y después le traicionó. Lo sabía perfectamente.

— ¿Sobre qué?—

Pregunto Halsey recargando se suavemente en la mesa con curiosidad de escuchar lo que el Spartan de gran estatura tenia para decirle.

—estaba en un anillo, se que no he visto este anillo antes… pero… sentí como si ya hubiera estado ahí—

El entrecejo de Catherine se frunció al escuchar esto. Era ilógico que el cerebro soñara con algo que no había visto antes. Catherine guardo silencio para seguir escuchando.

—Y vi una mujer, O… al menos eso creo por qué no podía verla bien, pero me habló—

Catherine se acercó más al jefe maestro que parecía buscar de forma adecuada las palabras para explicar lo que había visto.

— ¿Qué fue lo que te dijo John?—

John miro a Halsey que le observaba con expectación esperando a que John hablara de nuevo por qué se tomaba su tiempo para recordar los detalles.

—me menciono unos planos… de un lugar pero… no puedo recordar lo que me dijo, solo… dijo que me iba a extrañar y…—

John se detuvo un momento al recordar lo que para el había Sido lo más significativo del sueño y que esa sensación de calidez regresaba cada que lo recordaba

—me abrazó—

En ese momento Catherine no pudo evitar sentirse mal, siempre se había sentido mal al recordar que les había quitado a esos niños toda clase de afecto, tanto de sus padres como de alguna pareja que pudieran tener. Y John no era la excepción, siempre tan centrado en su labor, parecía haber perdido total interés por todo lo que tuviera que ver con vínculos afectivos. Aunque sabía que Cortana había Sido una clara excepción.

— ¿Y qué sentiste?—

Pregunto la anciana ya más por mera curiosidad, pues no sabía si algunos de los tratamientos hicieron que John dejara de sentir como los demás.

—no se explicarlo… sentí como… si estuviera cayendo, un vacío en el estómago y un tipo de hormigueo—

Dijo desviando la mirada de la doctora, y Halsey no pudo evitar sonreír ante lo que John le decía, parecía un pequeño descubriendo sus emociones. Ella ya lo sabía, claro que su Spartan favorito sentía como los demás y se sintió algo tonta por dudarlo. Pues Cortana si que le había afectado y que no pudieran identificar algunas emociones afectivas era su culpa.

—John… lo que experimentaste se llama cariño o amor, estoy segura que lo has escuchado, que has visto que alguno de tus compañeros lo sienten por sus familiares y amigos—

John no contesto, analizando con cuidado las palabras de la doctora que estaban resonando en su cabeza llenándole aún de más confusión

¿Amor, cariño?

No el jamás había sentido algún sentimiento de ese tipo, o al menos eso creía Él por qué realmente si que le tenía cariño a su amiga Cortana.

John se quedó pensativo, si, claro que había sentido cariño, incluso por la doctora Halsey a pesar de todo pero ¿Por qué se sentía tan diferente el afecto que le tenía Cortana, Halsey o sus hermanos al que sintió en ese sueño?  ¿Eso era amor? Pero si era así ¿Por qué le pareció sentir lo mismo con Samantha? ¿Era realmente eso lo que sintió?

Definitivamente tenía que averiguar más de los que sintió con la chica pelirroja, tenía que estar seguro, pero también ¿Cómo podía identificar que era amor? ¿Cómo funciona el amor?

John estaba más que confundido, estaba nadando en aguas completamente desconocidas para el y Halsey lo noto claramente al ver que el aún no había dicho ni una palabra.

— ¿Cómo funciona el amor doctora?—

Y Halsey se quedó en blanco, pues no sabía como describir de forma correcta el funcionamiento del amor por lo irracional que era el ser humano al experimentar ese sentimiento. Había muchas variantes y factores.

John lo miraba expectante y ella no podía más que pensar en una forma apropiada de explicarle cómo es que funcionaba esa parte tan compleja de la Humanidad.


En una celda en casi completa obscuridad Samantha observaba al techo con un poco de tranquilidad, no sé arrepentía de lo que había hecho y a pesar de que se argumento que por ella el jefe maestro había vuelto, el jurado no tuvo piedad con ella.

Estaba algo molesta por eso, si, pero había valido completamente la pena pues solo ella fue castigada por eso y sus compañeros estaban libres.

Un sonido la sacó de sus pensamientos, la puerta principal se había abierto, dejando escuchar unos pesados pasos que iban a su dirección.

Ella pensó que probablemente habían dejado a Holson entrar a verla o a alguno de sus compañeros, así que se sentó en la cama y miro hacia la puerta pero se quedó casi boquiabierta cuando vio una armadura verde con un visor de un naranja brillante. Era el jefe maestro
Ella no pudo evitar sonreír, de verdad le alegraba verle con bien y que la hubiera visitado ya era un plus.

—Jefe maestro—

Dijo ella en forma de saludo y el solo hizo un pequeño asentimiento lo que Samantha tomó como que le devolvió el saludo.
Un silencio se asentó en el lugar por leve momento y los dos solo compartían miradas hasta que el jefe maestro hablo de nuevo, haciendo que su grave voz hiciera eco en el lugar.

—Lamento no poder ayudarte más—

Samantha de inmediato supo que se refería al juicio y ella solo sonrió aún más, al parecer el jefe se sentía culpable por no poder ayudarle.

—no se preocupe por eso jefe, se que hizo lo que pudo, y bueno no me arrepiento de nada de lo que hice, recupere dos cosas importantes—

Samantha desvío la mirada a la pared que tenía enfrente pues no podía evitar sentirse algo realizada por el hecho de que había recuperado todo.

De nuevo se asentó un silencio en el lugar, quizá un poco incómodo para los dos individuos.

John miro a Samantha con atención notando una venda en su abdomen, aunque parecía completamente limpia y recordó al instante como ella le había salvado de un sable de luz.

—No debiste recibir ese sable de luz por mí—

Samantha sonrió y le miró. John creyó de nuevo sentir esa sensación y eso lo hizo confundirse más.

—cualquiera hubiera hecho lo mismo jefe, eso téngalo por seguro, usted y su escuadrón son más importantes que cualquiera en esta nave—

John solo se quedó en su sitio mirándola fijamente, analizando si la sensación era parecida a la que sintió en su sueño. Después se unos segundos de reflexionar, no pudo identificar si se sentía parecido y se sintió sumamente frustrado.

—Negativo—

Dijo John al comentario de Samantha y se acercó más a la reja

—Cualquier soldado puede hacer la diferencia—

Samantha se levantó de su asiento y se acercó a las rejas —con todo respeto jefe maestro, pero solo usted puede derrotar ejércitos sin mucha ayuda—

John se puso a analizar el rostro de la chica con atención, aunque no sabía bien la razón. Se imaginaba que le agradaba. Fue así como noto una extensión de pecas en sus mejillas y nariz, los ojos azules, tanto como el mar, la nariz algo respingada y algo pequeña.

—jefe… ¿Por qué me rescató ese día? Pudo haberme dejado ahí sin problemas y sin embargo hizo de todo para sacarme de ahí—

De nuevo todo ese día regreso a John, ese día que miro esos ojos azules por primera vez. Y Sí, Samantha tenía razón, pudo haberla dejado ahí, pero algo lo impulso a qué la rescatará, algo que no supo identificar.

—pensé que hacía lo correcto—

Samantha se puso algo sería, su sonrisa había desaparecido y su mirada parecía más triste

—le agradezco mucho por eso… arriesgo su vida para salvarme y yo nunca le pude agradecer. De verdad estoy alegre de haberle conocido. —

De nuevo un silencio se asentó en el lugar y Samantha no sabía que sacar de conversación por qué parecía que el jefe no lo haría, así que se le ocurrió algo simple.

— ¿Usted sabe que en Jericho el tiempo pasaba más lento? Legalmente tengo 29, pero si hubiera vivido en la tierra tendría 37—

John la miro quizá con un poco de asombro, sabía que el tiempo en Jericho pasaba más lento pero jamás se imagino que tanto.

— ¿Cómo era la vida de civil en ese planeta?— pregunto John con genuina curiosidad, el no sabía como funcionaba el mundo de una persona normal, Samantha sí.

Samantha se sentó de nuevo aún mirando a John.

—la mía… pues no fue lo más divertida del mundo, el planeta era lindo, tranquilo con un clima agradable. Todo lo que cualquier humano podría desear. Yo a pesar de todo… era feliz en el planeta. Cuando lo perdí todo… tarde en acostumbrarme a la vida en la tierra, no había muchos sobrevivientes de Jericho con los cuales pudiera convivir, Después decidí alistarme a la UNSC. —

Samantha rio un poco, cosa que sin duda extraño a John bastante pero después todo se aclaró.

—perdone… me desvíe del tema y no respondí su pregunta. La vida civil puede ser o muy buena o muy mala. Depende como lo vea la persona que la viva. Pero en general consiste de etapas que están ya establecidas por la sociedad. Una de ellas es estudiar, estudiar para que puedas ser alguien en la vida—

Samantha hizo una pequeña pausa solo para observar al jefe maestro que la miraba con completa atención. ¿Cómo sabía esto? Sencillo, la sensación de ser vigilada estaba muy presente en su cuerpo.

—graduarte, conseguir pareja, tener familia, y morir en paz. Esa al menos es la idealización que todo mundo tiene, pero hay personas que viven diferente— se detuvo, casi dando por sentado ya ese tema pero una voz grave la saco de ese pensamiento.

— ¿Diferente?— fue todo lo que dijo y Samantha de inmediato comenzó a explicar.

—sí, hay veces que hay personas que les va tan mal en la vida que renuncian a todos esas metas. Y hay algunos que omiten algunas de ellas, como el amor, el estudio, la familia, depende mucho de cómo se crío la persona—

John se quedó en completo silenció, como reflexionando todo lo que Samantha le había dicho, pero su mente regreso a lo que le dijo Halsey sobre el amor. ¿La mayoría de los civiles consideraba importante tener familia o pareja? ¿Para que? ¿Por qué?
John estaba a punto de formular otra pregunta pero se vio interrumpido por la puerta principal que fue abierta y el de inmediato se giró a ver al soldado en la puerta.

—señor le llama la doctora Halsey y el capitán Lasky

—Entendido— dijo asintiendo y miro a Samantha un momento más antes de decirle —hasta luego— y marcharse.

Samantha se recostó en su cama dando un gran suspiro, nunca se imagino que el jefe fuera a visitarla, pero no podía evitar sentirse feliz por eso. Se sentía como una adolescente y bueno no le gustaba mucho ese hecho, pero por lo menos podía controlarse. Pero ahora una pregunta rondaba su mente

¿Por qué había ido a verle?

Samantha pensó de inmediato que era culpa, pero… el se puso a preguntar de otros temas y solo tocó ese al principio, debía haber algo más.

Ahí fue cuando una sonrisa tonta apareció en el rostro pecoso de Samantha. Quizá solo le agradaba y eso era todo. Pero para ella eso era más que suficiente y eso bastaba para ser feliz aunque sea un poco en su vida que solo había tenido desgracia tras desgracia.

De pronto su mente regreso a unos viejos recuerdos, un poco difusos de su madre cuando está le abrazaba en su cama, aunque eso era cuando su padre le dejaba verla pues siempre estaba encerrada en su habitación, y ella después supo que eso era por la rara enfermedad que padecía su madre y termino con su vida cuando ella solo tenía 6 años.

Y de ahí… su vida fue empeorando gradualmente hasta que sucedió la vitrificación de su planeta.

Pero trataba de ser positiva, si eso no hubiera pasado quizá estaría teniendo una vida que ella consideraba triste y no hubiera conocido a los que ahora consideraba su familia, no hubiera conocido al jefe maestro, pero no podía evitar entristecerse por todo a pesar de eso. Tal vez solo era el destino jugándole malas pasadas para después mostrarle la felicidad, dudaba mucho que eso pasara pronto.

Aunque pensándolo bien ya estaba siendo feliz en ese momento

Hola, después de desaparecida regrese, espero les gusta



HALO: SIERRA 117Donde viven las historias. Descúbrelo ahora