❛ં⸼Capitulo 18❜

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  ❪‛᩠⋆𖥘໋᳝·໋᳝݊▹𝙼𝚒𝚜𝚝𝚎𝚛𝚒𝚘𝚜𝚘꙳໋͙ꓸ❫
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━━゙ °⌜ૈ̼𖤐·໋᳝݊▹Eʀᴀ ᴇɴɪɢᴍᴀᴛɪᴄᴏ, ᴇʀᴀ ɪɴᴅᴇᴄɪғʀᴀʙʟᴇ, ᴘᴇʀᴏ ʜᴀʙɪᴀ ᴀʟɢᴏ ᴇɴ ᴛᴏᴅᴏ ᴇsᴛᴏ, ǫᴜᴇ sᴇ ʟᴇ ʜᴀᴄɪᴀ ɪɴᴇᴠɪᴛᴀʙʟᴇ.˖۪⸙͎⌟°
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│ •➤ finalmente el día acaricio la tierra con su calida mano, extendiéndose por prados y colinas hasta alcanzar su punto mas alto, un sol brillante, vibrante, lleno de carisma, anunciaba lo que sería otro alegre día en el planeta Pop, un lugar de ensueño, donde las personas vivían felices, ajenas a cualquier sufrimiento mas allá de sus pequeños problemas, personas afortunadas, llenas de riqueza y abundancia, que no tenían la mas remota idea de lo que era el dolor y la amargura, como también, el pesar de una trágica nostalgia que perseguiría a cualquiera que viniese de fuera y conociese la realidad del basto universo que rodeaba a dicha estrella, un viaje interestelar de horrores indescriptibles e incontables injusticias, protagonizado por la crueldad con la que la vida suele despreciar a sus mas benévolas e inocentes creaciones.

Aquel peso era con el que debía cargar sobre sus hombros al igual que muchas otras personas que a día de hoy vivían una vida cotidiana totalmente diferente a lo que alguna vez fue el desprestigio de haberse manchado las manos con la pólvora restante de sus armas de guerra, y la sangre de tantos inocentes que en sus tumbas sin nombre presumen haber perecido en el campo de batalla, dándolo todo por causas injustas, carentes de sentido, caprichos de la economía buscando lucrarse de cada bala que convirtió a algún soldado en asesino, y que para variar, se convirtió en una de las muchas razones por las cuales mortales y pesadillas se unieron en contra de todo aquello que osara a llamarse bueno, como si fuese un pecado ser bondadoso, y luchar por el bien mereciese ser castigado injustamente, con destinos que se alejaban por mucho a ser peores que la muerte.

A pesar de ello, la única forma que el universo tuvo de redimir su orgullo y restar su valentía a una misera de polvo de tristeza, fue arrebatándole cada uno de aquellos pilares que sujetaban su espíritu, hasta dejar solo un pequeño hilo al que se aferraba con todas sus fuerzas para decir que merecía seguir vivo, porque todas las personas a las que amo lo estaban esperando tras la lapida de su tumba, pero aun habia alguien que necesitaba de su apoyo y su cariño.

Y aunque estuviera en la bochornosa situación de hacerlo esperar, su único consuelo era que al final el lo estaría esperando al final del túnel.

Un día como cualquiera en Popstar, no en Pupupuland, como solía ser esta historia, si no en un lejano pueblito costeño muy parecido, con un ambiente turístico, abarrotado de personas, con su característico estilo colonial en cada casa pintada con vibrantes colores y una inmensidad de flores en sus ventanas de madera, calles decoradas por los mosaicos de piedras con las que fueron construidos sus caminos, y toda clase de lugares que encarecían aun mas el ambiente con ese típico estilo sureño de hace tantos años, un lugar que conservaba su tradicional encanto, reviviendo la época dorada de muchos con el embriagante aroma a canela que salia de las panaderías, y el dulce aroma de los postres y helados que vendían en las calles para pasar el calor del medio día.

Y el como muchas otras personas comunes, iba caminando por ahí, envolviéndose como era usual con su oscuro manto, ocultando su siempre seria expresion bajo su máscara, firme y derecho como lo ameritaba si estatus, un caballero con todas sus letras, la gente admiraba su postura al verlo caminar, su mirada seria e inquebrantable, y esa aura típica de los veteranos de guerra a la que tantos niños admiraban como adultos respetaban, como también para otros se les hacia una persona de temer nada mas con la firmeza de cada uno de sus pasos.

  ❪‛᩠⋆𖥘໋᳝·໋᳝݊▹𝕯𝖎𝖘𝖋𝖔𝖗𝖎𝖆꙳໋͙ꓸMetagala❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora