Capítulo 9 - Un viajesito sin líder -

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— ¿Cómo que nos dejara solos a nosotros? —pregunto Demira sentada en el suelo del barco, tenia puesta en la cabeza una bolsa de hielo, que le había proveído Saria.

— Tengo que hacerlo, si no nuestros planes correrán riesgo.

— Aún sigo sin entender a qué se refiere —añadió Tarik, ahora con una actitud más serena, pero sin dejar la seriedad.

— En nuestro enfrentamiento con los ángeles que tomaron la ciudad, de alguna rara manera no pusieron u esfuerzo al máximo para tomarme preso, al contrario, deseaban a toda voluntad alguna prenda mía, eso significa que buscarán a algún hechicero y harán el mismo hechizo que nosotros con Deyxam.

— Significa que pronto vendrán por nosotros —añadió Terion.

— No, vendrán por mí, desde ahora, buscaran a Deyxam y cuando al fin lo hayan encontrado ustedes buscaran la forma de entrenarlo, llévenlo a la dimensión del tiempo, cuando terminen el entrenamiento vuelvan y dejen que él se enfrente a Rebellhis, luego de eso aléjense de él.

— Pero, Kudsai ¿y usted? —pregunto Lezenia.

— Yo, tal vez no vuelva, pero lo dudo demasiado... Lezenia está a cargo.

Antes de que todos pudieran objetar sobre lo que dijo su Kudsai, este se desvaneció como si su imagen siempre hubiera estado hecha de puro polvo y humo. Todos recapacitaron los ojos en Lezenia y esta se sintió nerviosa.

— ¿Por qué te escogería a ti para liderarnos si acabas de entrar? —pregunto Demira con cierto enojo mientras se ponía de pie para dirigirse frente a Lezenia.

— Ciertamente, no lo sé, apenas y conozco sus habilidades —respondió ella con una sonrisa fingida intentando ocultar su nerviosismo.

— No importa bastante eso, debemos encontrar a Deyxam lo más antes posible —interrumpió Terion poniéndose entre las dos para separarlas.

— ¿Por qué la defiendes? —pregunto Demira con enojo.

— No... ¿A qué te refieres? No estoy defendiendo a nadie.

— ¡por favor! He visto como miras a la chica nueva, no te atrevas a mentirme diciéndome que no tienes interés en ella.

— ¡¿sabes qué?! Ya me cansé, de tus tonterías... ahora mismo estamos sin nuestro Kudsai, él ha decidido apartarse de nosotros para protegernos, y deberíamos mantenernos unidos, pero tú eres un pilar innecesario del grupo.

— ¿Qué dijiste? Yo soy la más... —su voz se pausó para observar a Tarik— soy la más capaz para una pelea, tú ni siquiera puedes controlar tu Sunjeki.

— ¡uy!... perdón señorita perfección, discúlpeme usted por haber sufrido más que usted, tal vez no te has dado cuenta, pero de todos los reunidos acá, cállate eres la que menos ha sufrido, Saria quedo ciega a temprana edad y la hacían a un lado por su discapacidad, Tarik tuvo la suerte de ser encontrado por su Kudsai y Rebellhis ataco su ciudad, Lezenia tuvo que dejar su vida y a sus padres atrás para mantenerse a salvo, con la esperanza de que cuando todo termine pueda volver a ser como antes, y yo, tu novio, perdí a mis padres en esta estúpida guerra de siglos de antigüedad, vivía con mi tío, la única familia que me queda hasta que Rebellhis lo dejo postrado en un cama.

— Pero...

— ¡no, tú cállate!... y lágrimas te quejas siempre, y te idolatras, cuando no eres ni la mitad de fuerte de los que estamos acá, tienes a tus padres vivos, solo te quejas de que ellos no pueden verte, ellos prácticamente están financiando tu carrera militar, carrera a la cual entraste solo para poner orgulloso a tu padre y de esa manera llamar su atención.

Escuadrón Infernal - La corona de fuego -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora