Una tarde le pregunte a mi madre si había visto alguna vez al chico de la guitarra. Me miró como si le hablara en chino.
-¿A quién?-preguntó.
A veces mi madre me sacaba de quicio y realmente no se daba cuenta de nada. No entendía,por ejemplo,la publicidad de la tele.
Cuando terminaba algún anuncio nos miraba a Martín y a mi con cara de desconcierto.-No entiendo que quisieron decir con eso-
Martín, mi padrastro, que trabajaba en la publicidad, se desesperaba y le quería explicar el mensaje. Inútil. ¿Qué se podía esperar, si ni siquiera sabía usar en control remoto del DVD?
Mi madre podía ser brillante en sus clases y su trabajo, pero era una nulidad para las cosas sencillas.-Cuando estoy en la computadora me concentro en eso.Es mejor prestar atención a una sola cosa. Vos, como estas en mil temas a la vez, no profundizas en ninguno- y aprovechó el momento para regalarme con un sermón de esos que ella considera una ayuda a mi formación.
Dos días después cuando yo volvía de hacer un mandado, me cruce en la puerta de entrada con él chico de la guitarra. Me detuve y me quede mirándolo sin decir nada.
-Hola-me dijo al cabo de unos segundos.
-Hola-conteste.
Trataba de abrir la puerta pero no podía porque tenía bolsas de supermercado en las manos,así que lo ayudé y le sostuve la puerta para dejarlo pasar. -Debería haber un portero en este edificio- pensé.
Me lo agradeció con una sonrisa y se dirigió al ascensor. Yo fui tras él.
Mientras lo esperábamos, el silencio era tenso, que quizá por eso fue que le dije:-Te he visto cuando tocas la guitarra.
-¿Cómo?-me miró sorprendido, no precia molesto.
-Es que la ventana de mi piso esta frente a la tuya-me di cuenta que él podía pensar que lo espiaba, o algo así, y agregué -: Cuando escribo en la computadora, si la cortina está levantada, no puedo evitar verte.
-Seguro-me sonrió pícaro -.¿Cómo te llamas?
-Azul.
-Yo soy Noah. Nunca te había visto, ¿eres de aquí?- preguntó, era obvio que aquel día no me vio.
-No, no lo soy me mude hace una semana- Mis respuestas parecían las de una idiota, pero no lo podía evitar, esteba sorprendida de conocerlo.
Las ocurrencias ingeniosas y brillante solo aparecian en seriales de televisión yanquis.-¿Estas apurada ahora?-me pregunto- es que todavía no quiero volver al apto, si quieres podemos charlar un rato aquí abajo, además tengo que esperar a mi madre - agregó-porque ella tiene las llaves de nuestro piso. Ya que somos vecinos...
-Si,claro- dije, y nos dirigimos al sillón blanco que estaba en el vestíbulo de la entrada,del edificio.
-¿Y de donde viniste?- me preguntó cuando ya estuvimos sentados frente a frente. Pude observar que tenía unos hermosos ojos color miel.
-Soy de Campo Real, un pueblo pequeño no muy lejos de aquí -le conté.
-Me imagino que no debe ser fácil el cambio que te ha tocado ¿no?
-No, la verdad que no-rei y el me acompaño- fue un cambio grande venir a Madrid, además de que no quería venir, pero, fue por el trabajo de mi padrastro, que tuvimos que venir aquí junto a mi madre también claro.
Y así seguimos la charla, me contó que vivía con su madre, aprendió a tocar la guitarra a la edad de 7, que además le encantaba el fútbol, y que no era por creerse 'el mejor' pero que sabía jugar muy bien. El vivió siempre en Madrid.
Cuando vino su madre, una mujer muy hermosa de unos cuarenta y tanto, de cabello oscuro, nos despedimos, cada uno a respectivo piso, no sin antes quedar para ir mañana a tomar un helado.
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La Ventana de enfrente
Teen FictionUn día, desde la ventana de su apartamento, Azul, ve a su vecino tocar la guitarra.Conocer a Noah será el punto de partida de varios episodios tan sorprendentes como inesperados. ---------------- [Adaptación del libro "La ventana de enfrente" de Ali...