Agapanthus (✿⁠) Jeongjin/Hyunin

23

Changbin, Felix y Minho decoraban toda la casa, habían pedido permiso a los padres de Hyunjin para realizar una fiesta sorpresa para su amigo, los padres aceptaron y decidieron pasar la noche afuera para que los jóvenes se divirtieran, les tenían confianza.

— Changbin, te dije que no era de este sabor — Felix era el más estresado entre todos, quería que fuera la mejor fiesta para Hyunjin.

— No había otro en la tienda.

— Ya, Felix deberías descansar — El pelimorado le quitó la bebida de las manos y lo mandó a sentarse al sillón.

— Hyunjin y JeongIn no tardan en llegar y aún no está listo todo.

— Te estás preocupando demasiado, saldrá bien la fiesta — Palmeó su hombro tranquilizando a su novio.

Pero solo duró unos cuantos minutos, el celular sonó con una llamada de JeongIn avisando que ya estaban afuera la casa.

Minho tomó el pastel entre sus manos, apagaron las luces y se escondieron detrás del sillón.

La puerta principal se abrió y Hyunjin entró junto con JeongIn, extrañado encendió las luces y los tres salieron de su escondite cantando feliz cumpleaños.

Hyunjin miró sorprendido el pastel, era pequeño y con decoración de animalitos, tenía una vela en el centro.
Se conmovió festejar su cumpleaños con sus amigos y el chico que le gustaba que, terminó derramando pequeñas lágrimas.

— ¡Pide un deseo! — Gritó Minho y el pelinegro cerró los ojos por unos cuantos segundos pensando en su deseo, apagó la vela y los cuatro aplaudieron.

— Wow, cada vez más viejo — Dijo riendo Felix.

— Pero si también vas a cumplir 21 este año.

— Hyunjin, ¿cuál fue tu deseo? — Preguntó curioso JeongIn dándole un vaso de cerveza.

El menor se giró a mirarlo y soltó una risita negando.

— No te diré.

En toda la fiesta de cumpleaños, los cinco disfrutaron de la convivencia, bebieron, comieron pastel y jugaron hasta que se hizo tarde, Minho fue el primero en irse pues Seungmin le mensajeó diciéndole que se le había olvidado las llaves de su casa, Changbin y Felix fueron los últimos en irse porque el rubio bebió demasiado hasta emborracharse y tambalearse por todos lados.

Dejaron a Hyunjin y JeongIn solos en la casa.
Ambos chicos recogieron el desastre que provocaron, tiraron la basura de los vasos desechables y ordenaron los cojines de los sillones.

Hyunjin bostezó y JeongIn salió de la cocina para darle un pequeño masaje en los hombros.

— ¿Cansado?

— Algo.

— La noche aún no acaba, falta que te dé mi regalo — Susurró en el oído del menor, le colocó una venda en los ojos y lo guió por las escaleras para subirlas y llegar al cuarto de Hyunjin.

— ¿Qué tipo de regalo es? — Comentó emocionado Hyunjin.

— Es un secreto, ya casi llegamos — Se detuvieron en medio de la habitación y JeongIn le quitó la venda — Aún no abras los ojos — Hwang mantenía sus ojos cerrados pero estaba impaciente por abrirlos, solo podía escuchar ruiditos cómo sí JeongIn ordenara unas cosas — A la cuenta de tres los abres, uno, dos, tres.

El pelinegro abrió sus ojos y se llevó una gran sorpresa, cubrió su boca con ambas manos mirando a JeongIn quién sostenía un ramo de flores violetas y blancas, la habitación estaba llena de globos y la cama de pétalos.

— JeongIn...

— Feliz cumpleaños — Le entregó el ramo y Hyunjin sonrió, eran agapantos y sabía perfectamente el significado de la flor.

La flor del amor.

— Esto es muy hermoso.

— No es todo — Sacó una pequeña cajita y se la entregó, el menor la abrió encontrándose con un pequeño usb — ¿Recuerdas la presentación que tuve en la kermés? estoy seguro que no alcanzaste a escucharla bien así que, volví a grabarla.

Hyunjin lo miró, era la presentación de "Waiting for us".

— Esa presentación-

— Aquella vez, yo la canté para alguien, la canté para ti — Yang besó la mano del menor y la entrelazó con la suya — Hyunjin, has causado muchas emociones en mí, con solo ver tu sonrisa me haces feliz y no me veo con nadie más que contigo en mi presente y futuro, quiero ser tu novio.

Hyunjin sonrió feliz y asintió de inmediato.

— Sí, seamos novios — Le robó un beso en los labios al mayor.

Y JeongIn lo abrazó correspondiendo al beso dulce, el beso se sentía diferente para ambos.
Se sentía como el mejor que se habían dado.

— Tengo al novio más lindo del mundo.

— Eso debería de decirlo yo — Respondió Hwang riendo.

Un ruido de estallido sonó en el cielo llevándose la atención de ambos chicos, Hyunjin fue a la ventana y la abrió encontrándose con varios colores deslumbrantes en el cielo nocturno.

— ¡JeongIn! ¡Mira esto!

El mayor se paró a su lado observando el cielo que brillaba con los fuegos artificiales.

— ¿Fuegos a las casi dos de la mañana? ¿qué se estará celebrando?

— No lo sé, a lo mejor las personas sabían que nos íbamos a hacer novios y por eso los avientan.

— A lo mejor — Yang dejó de mirar hacía el cielo, su mirada estaba puesta en Hyunjin y como brillaban sus ojitos cafés emocionado por los destellos.

Cuando terminaron, Hyunjin se giró y notó que el mayor lo observaba, sus mejillas se tiñeron llevemente de un rojizo al sentir las presión de los labios del mayor en los suyos de imprevisto.

JeongIn lo guió adentro de la habitación, le quitó el ramo de flores dejándolo en la mesita de noche y lo aventó a la cama sentandolo en la orilla.

— Hyunjin — Mencionó su nombre desabotonandose la camisa y el menor se relamió los labios jalando al ajeno hacía él haciendo que se encimara.

Los besos y caricias fueron subiendo de tono poco a poco y la ropa cada vez estorbaba más.
JeongIn quitó sutilmente toda la ropa a Hyunjin y después se quitó la suya.
El pelinegro se sentía en el mismo cielo teniendo las manos de JeongIn recorriendo todo su cuerpo desnudo, ambos chicos se volvían a entregar el uno al otro pero con una diferencia, se entregaron mutuamente el corazón.

— Ah... J-JeongIn — Jadeó sintiendo el ritmo de las embestidas acelerarse, sus ojos se llenaron de lágrimas buscando el contacto físico del mayor.

— Amor — Dejó un beso pequeño en sus labios y entrelazó sus dedos con los de su novio sin detener las embestidas.

Hyunjin apretó más el agarre de sus manos contra las de él.
Sabía que era el hombre correcto en su vida, no quería perderlo.
Con él sintió todo lo que jamás había sentido por una persona.