Felix y Hyunjin están atrapados en el cliché más viejo de todos los tiempos, un matrimonio por conveniencia dentro de la mafia. La familia Lee quiere casado a su hijo mayor para mantener su estatus social, la familia Hwang quiere casar a su hijo men...
— ¡Es el mejor regalo del mundo! — Lo abrazo con efusividad — vas a tener que prepararte, porque vamos a nadar, tomar sol, hacer el amor, comer, pasear y voy a cantar todo el tiempo, solo el tomar sol es opcional, todo lo demás será a diario.
—A tus ordenes, soy material dispuesto — lo beso lento y profundo, disfrutando del sabor que solo Felix poseía — Ahora vamos o por algún ridículo motivo nos van a linchar si no llegamos para antes de que el bebé nazca.
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Hora y media se habían demorado en llegar al hospital, igual que la última vez todos esperaban allí en la sala de espera paseándose de un lado a otro, los únicos no presentes eran Jeongin y Chan por obvias razones, incluso las recién casadas estaba al pendiente en una video llamada desde el avión.
Tres horas de parto después dos hermosos bebés nacieron, vaya sorpresa se llevó Chan al enterarse de que no sería padre de uno si no que de dos niños preciosos, con un peso más que adecuado, rosados y de ojos cuales medias lunas a los cuales llamaron Shiro y Kuro.
Todo el mundo estaba feliz con los nuevos integrantes de la familia Hwang pero así también todo el mundo estaba demasiado cansado después de aquel día maratónico con boda y nacimiento incluido, así que cuando se aseguraron que Jeongin y los bebés se encontraban en excelente estado todos se marcharon a casa.
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Dos semanas después.
Felix se había encargado de dejar al tanto a Seungmin de todas las cosas referentes a las empresas Lee y al negocio portuario para que se hiciera cargo de ello el mes que estuviera fuera con Hyunjin, luego de la vez número mil en que le recordó las cosas el menor lo empujo suavemente fuera de su oficina o en cualquier momento le arrancaría la cabeza por insistente.
