25.

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En el capitulo anterior. 

— ¿Estas un poco más tranquilo al menos?

— Hablar contigo siempre me deja en paz, eres escalofriantemente tranquilizador, Lix.  


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4 meses después.


Todo se había vuelto totalmente caótico para Felix luego de su regreso de Grecia. No solo tenía a cargo su propia empresa por herencia de los Lee, si no que tuvo que ponerse al corriente de todo lo que manejaba Inyeop como jefe de la mafia coreana al haber aceptado sucederlo cuando falleciera.

Había conocido a muchos hombres importantes relacionados al mundo del tráfico de armas que era a lo que principalmente se dedicaba el clan Hwang, sus relaciones con la triada y la Yakuza seguían igual que antes y su trato con los italianos era distante pero formal, solo lo justo y necesario a la par que su flota de barcos seguía activa trasladando pertenencias o mercancía de gente muy importante, sin contar las ganancias por el pozo petrolero y el gran negocio que estaba resultando ser los clubes nocturnos en donde gracias a las chicas que allí trabajaban había podido fundir en la cárcel a varios empresarios con un gusto asqueroso por las menores.

Su vida familiar por otro lado se había vuelto aún más unida, con la enfermedad de Inyeop amenazando a cada minuto estaban preparados para perderlo en cualquier momento. Un viaje a Tailandia del patriarca con todos sus hijos fue el regalo adelantado de navidad que Felix, Jisung, Seungmin, Jeongin y Ryujin les habían preparado, sabían que podía ser el último por lo que nadie se negó cuando el fin de semana del viaje llego.

Hyunjin parecía mucho más conforme con la idea y también mucho más fiero en su misión de dejarles claro a todos a quienes los rodearan que Felix era su tesoro a proteger y que faltarle el respeto era perder automáticamente una extremidad o la vida.

—Pareces un príncipe. — las palabras solo escaparon de sus labios mientras colocaba la cabeza en el pecho del más alto — uno muy furioso por cierto — rio bajito mientras admiraba el ceño fruncido del peli azul y su agarre mantenerse aún más firme en su cintura.

—Si... por alguna extraña razón los guardaespaldas de los italianos no han dejado de verte el trasero — su mirada furiosa fulmino a dichos hombres mientras seguía el paso de la música ambiente de la fiesta en la que se encontraban — quiero seguir pareciendo tu príncipe, amor, pero me temo que voy a terminar empapado en sangre.

—Te he dicho mil veces que no te estreses por lo que los demás ven y solo tú puedes tener, no soy una pieza de arte frágil a la cual debas proteger, les arrancaría las entrañas con mis propias manos si quisieran pasarse de la raya y lo sabes. — Hyunjin entonces dedico toda la intensidad de su mirada a los ojos castaños enmarcados en ese mar de pecas que ahora tenía algo de brillo encima — déjalos imaginar lo que quieran, a fin de cuentas el único amo y señor de mi cama eres tú.

El Dragón de Medusa. - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora