Capitulo 1.

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Las alarmas del área médica comenzaron a sonar, colocando en alerta a todos los médicos que se encontraban realizando actividades diarias en sus puestos.

El sonido repetitivo hizo que pararan lo que estuvieran haciendo y redireccionaran su atención a la doctora que cruzó la puerta de su oficina con fuerza y un montón de carpetas digitales en sus brazos.

-¡Se acercan dos helicópteros llenos de heridos en misión! Formen una fila y tomen las carpetas de los soldados, prepárense.

Todos asintieron a las órdenes y realizaron lo dicho. Una vez que la alarma se detuvo, múltiples camillas con heridos comenzaron a inundar el área. La doctora a cargo miró las hojas en sus manos y suspiro expectante, enfocándose en la imagen del teniente de nombre "Simón Riley". 

No había pasado mucho tiempo desde que tomó el cargo de directora general de aquella base militar, pero conocía bien a quiénes debía de conocer. Se había informado sobre aquellos que estaban en la boca de muchos todo el tiempo, y por supuesto que la mayoría de la plática en el lugar era de quien se hacía llamar "Ghost".

Entendía que el teniente no quisiera dar a conocer su rostro, por lo que desvió la mirada de aquella foto con culpabilidad y colocó un post-it sobre esta.

La última persona en ingresar fue su paciente. Al ver aquella máscara distintiva guió al hombre al cubículo más apartado y cerró las cortinas rápidamente, dejando a un enfermero vigilando que nadie pasara.

La mujer podía sentir la pesada mirada de su contrario mientras ella abría las nuevas vendas y las dejaba de lado en su carrito médico.

-Bien, teniente. Procederé a quitar las vendas sucias para examinar el área afectada. -explicó mientras se acercaba al cuello del hombre, el cual estaba siendo cubierto de sangre y suciedad.

Durante la examinación, ella comenzó a hacer cierta plática pequeña.

-Fue una misión larga, ¿No es así? -sin respuesta. -Escuché que fue alrededor de un mes y medio, seguro fue cansado. 

Llenó un pedazo de algodón de antiséptico para desinfectar la herida y aplicó lentamente en la herida, ahora en silencio.

-Voy a cerrar la herida, ¿Necesitas que coloque anestesia? -preguntó, mirando fijamente a los ojos bajo la máscara, recibiendo una negación. -Como desees. Vuelvo en un momento, no te muevas.

Cómo dijo, salió del cubículo con cuidado de que no se viera nada dentro y dentro de unos cuantos minutos volvió.

Se colocó unos nuevos guantes limpios, tomó la aguja e hilo y se acercó a él. Sin embargo, no hizo absolutamente nada y volvió a colocar los objetos en el carrito. Miró una vez más los ojos del hombre, quien le mantuvo la mirada confundido. Por fin un sonido, algo rasposo, salió de la garganta del soldado.

-¿Qué?

-Te moviste. -espetó ella, se cruzó de brazos y lo miró con una ceja alzada. -Dije que no te movieras, teniente. Tu máscara está aún más abajo, la acomodaste, ¿No es así? Ahora está tocando tu herida y tengo que desinfectar nuevamente.

Ghost la observó incrédulo. ¿Acaso lo estaba regañando? ¿Al temido teniente? Y sobre todo, una doctora que no había visto en su vida.

La mujer suspiró y repitió el proceso nuevamente con una mirada de reprimenda. 

Ghost no dejaba que nadie se acercara demasiado a él y mucho menos a su máscara. Sin embargo, ahí estaba ella, sosteniendo la prenda con una mano mientras cerraba la herida con la otra. ¿Quién se atrevía a coser una herida con una sola mano? 

El hombre quería suspirar del cansancio e incredulidad. Si no fuera porque Price le ordenó que fuera al área médica aunque fuera una simple cortada, estaría en su habitación descansando del mundo exterior.

-Ya está. -espetó ella sacándolo de sus pensamientos. 

Estaba listo para irse por fin, pero ella habló nuevamente.

-Cameron Keyson. Ese es mi nombre.

Él simplemente la miró sin interés un segundo y antes de girarse volvió a hablar.

-Sé que no te interesa, pero como directora general decidí que seré tu doctora personal y soy la única persona que puede acercarse a ti con un bisturí o ver debajo de tu máscara si la situación así lo requiere, si te incomoda puedes sugerir a otro doctor.

La mujer sonrió levemente y abrió la cortina para darle paso de retirarse a su contrario.

-Espero no verte seguido, teniente.

Let Me Fix You || Simon "Ghost" RileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora