Capítulo 15.

508 61 4
                                    

En el camino en auto, Cameron le explicó a Simon que tenía casa propia, pero vivía a unos cuantos minutos de casa de sus padres porque le resultaba más fácil dejar su casa sin deteriorarse mientras estaba fuera trabajando.

Su padre había insistido en recogerlos, pero Cameron se negó sin entrar en detalles, simplemente explicando que querían descansar un poco el primer día. Para ser honestos, se negó porque no quería presionar a Simon a convivir con su familia. Le había comentado que los visitaría, pero aseguró que no estaba obligado a acompañarla.

Al aterrizar, siguieron los pasos de recolección de maletas y salieron del aeropuerto ignorando a los muy insistentes medios de transporte. Al cruzar las puertas automáticas y sentir el clima cálido del exterior, la chica sonrió y habló.

-Bienvenido a mi hogar, Simon.

Él la miró cálidamente, pero esta vez no sonrió. Si fuera a ser honesto con sus sentimientos, estaba algo nervioso. No por visitar un nuevo lugar, eso lo hacía siempre, sino por conocer gente importante para Cameron, no quería echarlo a perder.

Suspiró y eliminó esos pensamientos. Cam había sido muy considerada y le reiteró muchas veces que no estaba obligado a nada, por lo que decidió no preocuparse de momento. 

La chica había rentado una camioneta, puesto que no tenía auto allí, así que subieron sus cosas y tras firmar un par de cosas respecto al auto se retiraron camino a su hogar.

El transcurso fue tranquilo, ella era de un lugar tranquilo y bastante seguro, por lo que en el camino se limitaba a servir de guía turística para su pareja. Mientras señalaba un lugar y mantenía la mirada en el camino, narraba pequeñas historias de su infancia, de cuando visitaba aquellos lugares.

-Y esa es la escuela donde hice artes marciales. Estoy algo oxidada, pero cuidado, porque no tenía rival a los 8 años.

Simon sonrió. Él no tuvo una buena infancia, ni una buena adolescencia, ni tampoco una linda adultez... Hace años dejó de reaccionar a las personas hablando de sus vidas, buenas o malas, pero escuchar ahora la forma en la que su pareja hablaba de ella y su familia abrigaba su frío corazón un rato.

Escucharla hablar de sus padres lo hacía preguntarse si valía la pena salir de su caparazón por ella para conocer a las personas que criaron a tan amable ser.

Su voz salió sin pensar y ella paró de hablar, volteando a verlo sorprendida y agradecida de que estuvieran en un semáforo en rojo.

-Quiero conocer a tu familia. -admitió él, mirando al frente.

Ella solo lo miraba. Cuando él señaló el cambio de la luz en el semáforo y continuó manejando, habló.

-Me alegra que quieras conocerlos. -sonrió. -Si ese sigue siendo el caso mañana, le avisaré a mi padre. Toma tu tiempo para decidir, tenemos todo el día para nosotros solos. Hablando de, esa es la casa de mis padres. -señaló al pasar por una casa de vista hogareña, que a pesar de tener un estilo algo anticuado, se veía bien cuidada.

-Es una linda casa. -contestó él, tratando de absorber cada detalle del lugar y guardarlo en su memoria. -No hay necesidad de que te preocupes por mí, he pasado el camino escuchándote hablar de tu familia y de cierta forma ya me siento cómodo. Quiero que pasemos la semana juntos, pero también quiero conocer otro lado tuyo. -confesó él sin mirarla.

Aún se le complicaba externar lo que quería y pensaba, pero ella se merecía el mínimo de comunicación.

-En ese caso, tal vez podríamos ir a cenar hoy con ellos.

Solo tomó unos cinco minutos más para llegar a su destino. La mujer se estacionó frente a una casa con un estilo similar al de la casa de sus padres, pero claramente más nueva. Ambos se bajaron de la camioneta junto a sus maletas y mochilas y tras buscar sus llaves en su propia mochila, Cameron abrió la puerta.

Let Me Fix You || Simon "Ghost" RileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora