-No puedo creer que me vayan a dejar solo...-Johnny, solo es una semana, volveré con regalos, lo prometo.
-Bueno.
Ghost se mantenía unos pasos detrás de su pareja, observando y escuchando la conversación que esta mantenía con el sargento. Tras escuchar los berrinches que hacía su compañero, un hombre adulto parte de la milicia, no podía evitar girar los ojos irritado.
-Cam, es hora de irnos.
La chica sonrió y se despidió por última vez de su amigo, para posteriormente cargar las maletas que había dejado en el suelo y caminar a un lado de Ghost, quien tan pronto la tuvo a lado tomó todas las cosas que ella cargaba.
La hora de partida no era la hora en que solían verse a escondidas en sus cuartos, era de mañana y toda la base estaba despierta con sus propias tareas. Camino al auto en el que irían al aeropuerto, ambos eran conscientes de las miradas que les dirigían, está era una gran confirmación de su relación.
Una vez en el auto, tras colocar sus maletas en la cajuela y asiento trasero, se dirigieron una mirada y sonrieron, claro que una de aquellas sonrisas no era visible.
El camino era tranquilo, la base estaba alejada y el único sonido era el de las llantas en el asfalto, el sonido de los aviones y helicópteros militares, y el viento entrando por las ventanas abiertas del coche. Aquellos sonidos rápidamente desaparecieron, siendo Cameron quién conducía su propio auto, se puso cómoda y colocó su música favorita en aleatorio, girando la mirada de vez en cuando en medio de su karaoke para ver lo que hacía su compañero de viaje.
-¿Aburrido? -cuestionó ella, bajando el volumen tras notar que él solo se dedicaba a observar a través de la ventana.
cuando escuchó la pregunta, Ghost se giró rápidamente a verla. -No, es entretenido escucharte cantar. -explicó, pues no quería hacerla pensar que no le agradaba el viaje. -Un buen cambio luego de solo escuchar cantos militares.
Ella rió, anotando mentalmente que algún día tendrá que hacerlo cantar alguno.
-Estoy segura de que Johnny te ha deleitado con alguna canción en tus misiones. ¿No tienes sugerencias para la DJ? Acepto de todo.
Simon desvió la mirada un momento y luego tomó el teléfono de la chica, quien lo miró curiosa un momento antes de dirigir su mirada nuevamente al camino. Pronto se comenzó a escuchar canciones sorprentemente tranquilas y clásicos que todos conocían.
dejando que la música fuera parte de la ambientación, Simon retomó la conversación. -Te voy a contar un par de chistes.
-¿Ah si? Te escucho.
-Dos peces están un tanque.
-¿Ajá...?
-Uno voltea con el otro y le dice "¿Tu sabes conducir esta cosa?"
Cameron no pudo evitar reír un poco de lo estúpido que fue. -Es sorprendentemente bueno ese.
-De mís mejores. -contestó Simon orgulloso, ese nunca fallaba.
-¿Te parece si te cuento yo uno? -preguntó ella, confiada de su repertorio de chistes malos.
-Adelante.
-¿Sabes cómo se llama el hermano vegano de Bruce Lee?
la chica tuvo que aguantar su propia risa, mientras esperaba la respuesta de su contrario. -No, dime.
-¡Broco Lee! -la risa no tardó en hacerse presente y ella estaba riendo tan genuinamente de lo malo de su chiste que Ghost no pudo evitar sonreír.
-Es horrible.
-¡Espera, espera! ¡Tengo más! ¿Cómo queda un mago después de comer? ¡Magordito!
-Hey, yo iba a contar los chistes.
Cameron ignoró totalmente a su pareja mientras se ahogaba en su propia risa. Tras él notar que la chica no podía casi ni abrir los ojos de las carcajadas, agradeció que fueran los únicos en el camino o si no habría un accidente.
Simon sonreía al verla así, la situación era tan estúpida y ella era la más feliz, no lo entendía. Cuando él rió con ella un momento, ella detuvo su risa y volteó a verlo sorprendida, cosa que hizo que él también dejara de reír.
-¿Acaso te acabas de reír? -cuestionó ella.
-Sí, ¿qué tiene?
-No, nada. -contestó ella volviendo la mirada al frente. -Solo que nunca había escuchado tu risa, es muy agradable y cálida.
-Trataré de reír más si te gusta.
-Me encantaría si es genuina, aprovecho a escuchar el resto de tus chistes, tal vez alguno te haga reír a ti mismo tanto como a mí.
-En ese caso, ¿por qué los ciegos no se tiran de paracaídas?
-¿Por?
-Porque sus perros se cagan de miedo.
-Ese es mejor. -contestó ella riendo levemente. -Otro. -pidió.
-Mmm... ¿Cómo haces que un pan hable?
-¿Cómo?
-Lo dejas en agua y al día siguiente estará blando.
-¡Ajá! Es robado, lo escuché de Johnny primero.
Simon alzó las manos y sonrió bajo la máscara. -Atrapado. En mi defensa, el resto sí eran de mi propio repertorio.
-Te creo. Ahora entiendo porque Johnny volvió de aquellas largas misiones con un extraño amor por los chistes malos.
-Es una buena forma de mantenernos despiertos. Tendré que contarte mis mejores chistes antes de que los escuches de él.
-Adelante, aunque te aseguro que nunca serás tan gracioso como yo y mis grandes chistes.
-¿Aunque todos parezcan que te los contó un niño de primaria?
fue el turno de la chica de alzar una mano mientras la otra seguía en el volante. -Ahora la atrapada soy yo. Mis mejores chistes los robé de mi sobrina.
Simon abrió los ojos sorprendido. -¿Eres tía?
-Sí, es la única sobrina que tengo. ¿Quieres saber de mi familia? No me molestaría contarte más cosas de mi en este viaje, verás muchas cosas de mi vida cotidiana una vez lleguemos a casa.
él asintió, recordando tras una mirada de ella que tenía que dar una respuesta verbal. -Sí. -la manera en que había redactado aquello lo dejó pensando un momento, no era "mi casa" era simple "casa". ¿Acaso ya lo consideraba tanto parte de su vida que le permitía ser parte de su hogar?
-Bien, ¿con qué empiezo?
Nuevamente sonrió bajo la máscara, era agradable ese sentimiento, como sea que se llamara.
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Let Me Fix You || Simon "Ghost" Riley
FanfictionLa historia entre un teniente y una doctora del ejército. "-Déjame arreglarte. -No puedes arreglarme. -Ghost, soy doctora, claro que puedo arreglar el desastre que tienes en el hombro. -Ah, hablabas de eso. Adelante."