"VERDAD O RETO"
—Verdad o reto —acepta Lía.
—Nunca he jugado —comenta Mateo.
—Giramos la botella, si te señala, haces verdad o reto. Preguntamos una verdad o tienes que hacer lo que te pidamos.
—No vale despelotarse —advierte Mateo.
—Claro que sí, si no respondes o no haces el reto, fuera camiseta, si no fuera pantalón y si no fuera lo que quede —sonríe Lía explicando las normas.
—Solo he jugado en plan soft —dice Marta con los ojos muy abiertos mirando el botellín vacío en el centro.
—Dejadme hueco —Lía baja de la cama y obliga a Mateo a pegarse contra el armario.
Coge el botellín y lo hace girar con fuerza y como por arte del destino cae en Mateo.
—¿Verdad o reto? —pregunta Lía con ojos de gacela y una sonrisa de medio lado.
Mateo traga saliva duro, probablemente a causa de la mirada que acaba de recibir, y se recoloca en su sitio —¿Siempre tuviste esa mirada?
—Nosotras preguntamos y tú contestas. Y sí, es mi mirada seductora —toma otro trago.
—Verdad, no me fío ni un pelo de vosotras.
—¿Cómo acabó tu última relación? —pregunta Marta.
—Joder —se queja—, ¿fuera camiseta si no quiero contestar?
Ambas asienten a la vez —No somos perras en celo, tampoco vamos a comerte aquí —dice Marta.
—También dudo de eso —dice sacándose la camiseta por la espalda.
Ambas disimulan la mirada de lujuria hacia el escultórico cuerpo frente a ellas.
—Lía, estas morada, ni que fuera al primer tío que ves desnudo —se auto riñe en voz baja.
—Marta, ¿llevas dos días aquí y ya olvidaste que tienes novio? —hace el mismo gesto después que su amiga.
Mateo solo las mira en silencio cuando Marta se atreve a preguntar —¿Tan mal acabó?
—No es algo de lo que me enorgullezca.
—¿Cuernos? —pregunta Marta haciendo el símbolo con sus manos.
Mateo niega y los tres dejan el tema. Lía vuelve a girar el botellín, pero esta vez cae en ella misma.
—Reto —dice automáticamente temiendole más a sus verdades que a sus actos.
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¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra. —Toca la puerta 317 —Marta parece un robot automático con su respuesta. La cabrona ya lo tenía planeado.
—Ni de coña chavala, ya te he dicho que yo con ese pavo no hablo más por hoy.

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CICATRICES
Roman pour AdolescentsA veces los humanos tenemos la fea costumbre de caer en un profundo hoyo negro, un hoyo oscuro y sombrío que no nos deja ver más allá de nuestras narices. Un hoyo en el que retumba el perturbante sonido de las manecillas de un reloj que te recuerdan...