CAPÍTULO 11

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"ESTOY EBRIO"

—Aún sigo aquí —Kristal habla cuando el chico de ojos negros desaparece entre la multitud.

—Vamos a por el resto —dice Lía de forma directa.

El chico de antes, Víctor, viene de forma repentina de nuevo buscando con la mirada a la pequeña chica que había conocido.

Cuando ve a Lía toma su mano fría por culpa del hielo del vaso y la observa unos segundos antes de unir sus palmas y comparar el tamaño de sus manos.

Lía, sorpresivamente, no la separa sino que siente una fuerte calidez en su pecho.

—Joder con esa mano tan pequeña no te cabe una buena polla en ella —gruñe Víctor sin apartar la vista de las manos.

Lía abre los ojos hasta formar dos grandes platos con ellos —¿Qué cojones acabas de decir?

Víctor ríe de lado y la mira con los párpados medio caídos. Al mismo tiempo, Kristal pasa su brazo por la cintura de Lía, lo que la hace reaccionar y empujar fuertemente a Víctor lejos de ella.

Víctor tropieza con una chica de cabello rubio y un sexy vestido plateado, la bebida de la chica acaba derramada en su escote.

Víctor al ver la situación que había creado reza por no haberla dejado toda pegajosa, pero se percata de que tan sólo es agua lo que ella está bebiendo.

Igualmente Víctor huye de la escena, no sin antes echar una fuerte mirada de enfado a la pequeña castaña.

Por otra parte la chica rubia empapada mira fijamente a Lía tras intentar escurrir su vestido con una gran mancha de agua en la parte delantera.

—¿Qué universidad de mierda es esta? Hoy en día ya no existe ni cuidado ni educación —la rubia la toma contra Lía—. ¿Sabes cuánto cuesta este vestido? Dudo que ni conozcas la marca Saint Laurent —abre sus ojos y los abanica con la palma de su mano.

Lía se disculpa repetidas veces a la chica rubia antes de que esta se vaya fuera de la escena, dejando a Kristal con una divertida sonrisa y a Lía con un pequeño pellizco en el estómago.

—Es todo culpa del chico ese de pelo negro.

—Víctor —le recuerda Kristal.

—Sí, el nombre se me ha quedado claro —confirma ella recordando como se había despedido la primera vez.

Ambas van a buscar a sus amigos, una vez los encuentran todos comienzan a beber.

Marta, quién no suele beber mucho, se toma el segundo vaso lentamente. Aunque no hace evidente su embriaguez su sonrisa es aún más grande que normalmente.

Al contrario, Lía, quien sí está acostumbrada a beber pero de la misma manera sí le influye mucho, ha dado unos saltos al ritmo de la canción de "The Nights" de Avicii. Pero ya está con cara de aburrimiento sentada sobre un muro grafiteado.

Kristal, que está en su salsa completamente, está pegada a una bonita chica de cabello plateado con la que ya ha compartido saliva un par de veces en los últimos 30 segundos.

Y Mateo, a quién es evidente que el alcohol le influye mucho, al segundo vaso ya está tirado en la hierba tras el muro en el que se sienta Lía con cara de aburrimiento.

—Voy a vomitar —dice Mateo.

Lía gira sobre el muro y baja donde está él, y le da la vuelta para que mire al suelo. Mateo se apoya en la hierba y vomita líquido transparente —Que puto asco, tío. Tienes que comer algo.

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora