CAPÍTULO 1

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"NO EXISTE LA DESESPERACIÓN DULCE"

Ese pensamiento antes de ir a dormir
Ese último suspiro antes de cerrar los ojos
Esa sonrisa con los labios cerrados
Y esa lagrima caliente que empapa tus labios
¿Conoces el sabor? Más dulce que el azúcar

A veces los humanos tenemos la fea costumbre de caer en un profundo hoyo negro, un hoyo oscuro y sombrío que no nos deja ver más allá de nuestras narices. Un hoyo en el que retumba el perturbante sonido de las manecillas de un reloj que te recuerda que el tiempo se está perdiendo, que a tu alrededor todo sigue girando y que la vida sigue aunque tú no lo hagas con ella.

Pero si alzamos nuestra cabeza siempre veremos un rayo de luz blanca que nos ilumina a lo lejos, solo necesitamos querer verla, esa luz se llama "esperanza", e incluso en los momentos más jodidos de nuestra adolescencia ella sigue estando ahí para quien la quiera ver, para quien la necesite y en este caso para Lía Ruiz, que después de los dos peores años de su vida por fin va a la universidad, su luz más brillante, algo que pensó que no conseguiría.

Después de dos largos años sin ver la luz del sol ahora se va lejos, a estudiar, sí, pero ahora como una libre universitaria, sin padres y solo con preocupaciones de última hora.

La pequeña esperanza que creyó perdida se ha hecho más y más grande gracias a su arduo trabajo. Y al dinero que sus padres pagarán por la plaza de la mejor universidad de creatividad del mundo, el "Salvador Dalí".

Las horas se hacen eternas, pues eso es lo que pasa cuando esperas ansiosa la llegada de algo.

Un pequeño pueblo en el noreste de Barcelona se comienza a apreciar. Las bonitas casas que parecen de cuento de hadas, los valles y prados verdes que embellecen la zona incluso a finales de agosto. Un infinito lago que es rodeado por el coche azul de su padre, Santiago, y por fin, como si su vista no estuviera ya maravillada, el castillo, una gran fortaleza convertida en una escuela universitaria.

Paredes hechas de grandes sillares almohadillados y largas enredaderas que pintan de verde la fachada antigua y desgastada del hermoso y deslumbrante recinto. Vidrieras en la parte superior de la entrada. Torres por doquier y cientos de coches en fila esperando la entrada al parking de relevo.

—Joder, sabía que teníamos que haber salido antes de casa.

—Papá hemos salido a las 8 de la mañana y ya ha pasado la hora del almuerzo —ríe ella acomodándose en el coche haciéndose una idea del tiempo que aún tendrá que pasar sentada entre esas 4 paredes con aire acondicionado.

—Es culpa tuya cariño, aún no entiendo por qué te empeñaste en ir en coche desde Córdoba hasta Barcelona —Soledad, la madre de Lía, suspira agotada de la carga de llevar sentada tantas horas en el mismo almohadillado lugar.

—Es el último momento que pasaremos con nuestra pequeña Lía en los próximos 9 meses —habla seriamente Santiago.

—¿No crees que estás exagerando papá?

Él simplemente sube el volumen de la música que inunda el coche en fuertes acordes de guitarra eléctrica y la aguda voz del grupo favorito de su padre, Iron Maiden.

Lía comienza a mirar por la ventana, la fila se va reduciendo rápidamente. El cielo está pintado de un azul celeste con manchas blancas y el campo tiene un verde reluciente propio del prerrafaelismo. La entrada principal es de cuento de hadas pero por las fotos de la página web el interior es mil veces mejor. En la parte trasera hay canastas y campos de fútbol enormes. Hay un gran comedor e incluso una granja y un huerto. Hay piscina olímpica y un enorme gimnasio. Incluso tiene un lugar de karaokes y salas de juegos como recreativos o billares. Y una tienda de suministros. Una enfermería. Una enorme biblioteca. Una...

CICATRICESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora