Capitulo-3- Tostada achocolatada❄️

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01 de Diciembre del 2022

Fabiola Krees

Ayer llegué a casa y mi familia me resivio con mucha alegría, todos estaban emocionados, no hace falta decir que mamá lloro, papá la consolaba y Fill se reía de ella.

Me estiró lentamente en mi antigua cama y sonrió, desde que me fui lo que más extrañé fue mi camita estan cómoda y deliciosa para dormir, suspiro y me cubro más con mi cobijas, el frío en Dixon es una mierda a veces te hace sentir en Canadá, nada como Los Ángeles.

Son las siete de la mañana y ya estoy escuchando ruido en la cocina seguro mamá se despertó y ya está preparando un banquete y solo porque yo regrese a casa.

Pateo las sábanas y me siento en la cama, abro un poco la ventana y veo la nieve caer  y sonrio es una linda vista, este año mis papás exageraron mucho con la decoración de la casa y mejor ni hablemos de los Mccartney, cuando llegue mis ojos lloraban por todas las luces que hay, hasta la más insípida flor del patio tenía tres kilos de luces navideñas, una exageración.

Me levanto agarro mi paño y entro al baño del pasillo para poder calentar mi cuerpo con un pequeño baño caliente.

Al salir entro de nuevo a mi habitación y me visto con una hermoso suéter de algodón rosa unos vaqueros rotos blancos y unas converse azul claro, dejo que mi cabello se seque solo, ya lista bajo a la cocina y como lo esperaba, mamá está haciendo un banquete.

— ¿Invitaste a todos los vecinos a desayunar? — pregunto y se voltea con una enorme casi traumática sonrisa.

— Cielo buenos días, todo esto — señala el desayuno-almuerzo-cena, es tanto que no creo que hoy vaya a comer más, esto será mis tres comidas de hoy — es para que comas, hija estás muy delgada, seguro no estás comiendo adecuadamente.

En realidad son los anticonceptivos, y que agradezca que no me hicieron engordar, pero prefiero que piense cualquier cosa porque no le diré a mi madre que es el anticonceptivo, mamá debe sospechar que no soy virgen pero prefiero no afirmarle nada.

— Mami, si estoy comiendo bien, sabes que yo nunca soy de engordar.

— Sientate y  come — Me ignora olímpicamente y se aleja para revisar los panqueques.

— ¡Buenos días familia! — dice mi hermano Fill y corre hasta mi para darme un beso en la mejilla — hermanita no sabes cuánto te extrañé.

— Yo también te extrañe, Fifi. — Me abraza con fuerza y se sienta a mi lado y se sirve algo de comida.

— Cielo no me dijistes que irías a repartir comida al refugio — dice papá llegando a la cocina — hola corazón — me saluda y le lanzó un beso.

— No, hoy no iré.

— ¿Y toda esta comida?

— Para Fabiola, ¿amor no vez que está muy delgada?.

— Yo la veo hermosa — Papá me guiña el ojo y sonrió.

— Pensé que cambiarias ese anticonceptivo— me dice Fill al oído.

— Lo estuve pensando y prefiero estar algo más flaca que engordar, y solo he perdido dos kilos.

— ¿Te estás ejercitando?

— Si, cada mañana salgo a correr.

— Eso es genial, para que te mantengas masa muscular — asiento y me sirvo un vaso de jugo de naranja, Waffles con fruta picada y crema batida.

El desayuno transcurre genial, nos ponemos al día con los que podemos y sonreímos.

— ¿Hija cuando no vas a traer al misterioso novio tuyo?— pregunta papá y trago con fuerza la tostada que me acabo de robar.

— Papá, no es misterioso.— No del todo.

— Yo ya lo quiero conocer — Ya lo conocen.

— Les dije que no quería presiones lo conocerán en su momento.

— Siento que no quieres que nos conozca.— dice mamá y hace una mueca

— Mamá no empieces, claro que quiero que los conozca — Aunque ya lo conocen — pero las cosas no son tan fáciles como ustedes creen

— Seguro el ya te presento a su familia— Me pasó una mano por la cara frustrada por la actitud de mamá.

— Ni siquiera ellos me conocen.

— Entonces el es un follamigo — deduce mamá y me quedo estatica Fill ríe con fuerza.

— ¡¿Que?!, ¡No! — Mis papás me ven con seriedad mientras Fill se está meando de la risa — El es mi novio, no mi follamigo, y lo van a conocer cuando sea el momento — muerdo lo que queda de tostada y agarro otra y le unto Nutela.

— Hija pero nos haces pensar que ese chico no es nada serio, porque ni siquiera sabemos su nombre.

— Al menos que sea una chica — dice Fill entre risas y sin poder aguantar más le meto un golpe en el estómago que hace que se arquee.

— ¿Es eso? ¿Es una chica? — pregunta mamá— hija no puedes decir si es una chica, nosotros te aceptaremos tal y como eres.

— Es chico, hombre, niño, varón, como le quieran decir pero tiene pene.

— Si uno que te comes todas las noches — Habla Fill mientras intenta recuperar el aire.

— Ahora sí malpario — Me lanzo sobre el sin importar que caemos al piso con todo y silla, me siento a horcajadas sobre el y lo golpeo, el se cubre la cara y se intenta liberar de mi.

Me toman de la cintura y me retuerzo como gusano.

Tus ancestros gusanos están muy orgullosos.

—Basta — me dice papá y le hago caso, Fill se quita las manos del rostro y me observa con miedo.

—Fill ese comentario estuvo fuera de lugar — dice mamá con molestia, y siento su mirada en mi perfil, se que quiere ver si lo que dijo mi hermano es cierto.

Mi papá me suelta, me arreglo el cabello y me siento de nuevo en mi cómoda silla para terminar mi tostada achocolatada.

Fill recoje la silla y se sienta, lo miro de reojo.

— Fabiola...

— Fill solo cállate, ya la dijiste lo suficiente. — me termino mi segunda tostada y agarró dos más colocándolas en un plato, agarro un vaso de jugo y me levanto todo me ven— Voy a mi habitación tengo que trabajar.

Sin esperar respuesta de alguno subo a mi habitación y me encierro dejo la comida en el escritorio, saco mi portátil de su estuche lo enciendo y abro un documento en Word y lo observó a la espera de que una pequeña así sea la más mínima idea pase por mi mente.

Miradas cruzadas en navidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora