28 de diciembre del 2022
Un año después...
✧Fabiola Krees✧
—¿Crees que sea bueno decirles en navidad?—me pregunta mi novio y me acerco hasta el para centarme en sus piernas, pasa las manos por mi cintura y me mira esperando respuesta.
—Yo digo que sería lo mejor, ya tenemos siete meses en los que ambos somos un misterio para nuestras familias.
—Lo sé, y no es lindo el hecho de ocultar a mi hermosa novia—besa mi mejilla y sonrio.
—No seas tonto, pero a mí tampoco me gusta tener que ocultarte—asiente y hace una mueca con los labios—¿Quieres chocolate caliente con malvaviscos?
—Jamás podría rechazar un chocolate caliente, y más con el frío de víspera navideña—responde y me sigue a la cocina.
—Pero eso no parecia importarte cuando te sentabas en la acera de tu casa para espiarme—le digo y mueve las manos como si me quisiera explicar.
—No te espiaba, y no es lo mismo, a demás son tonterías mías, por dios estamos en Los Ángeles aquí no hace frío—dice y se va literalmente corriendo.
—¡No huyas, cobarde!
—No huí, solo escuché mi teléfono—bajo la mirada y su teléfono está en la encimera de la cocina.
—¡¡Tu teléfono está aquí!!—le gritó y veo como se asoma lentamente e intenta agarrar el teléfono, pero soy más rápida y lo agarro yo—Admite que si me espiabas.
—¡Jamás!
—¿Seguro?—asiente y lentamente me acerco entrecierra los ojos —¿segurísimo?.
—Segurísimo—dice y cuando estoy lo suficientemente cerca, literalmente me le lanzó en encima y se comienza a retorcer—Ay no—ríe— Fabiola ya — vuelve a reír.
—No, hasta que admitas que si me espiabas
—No lo haré—No sé cómo pero se safa de mi agarre y sale corriendo a la sala.
Lo persigo pero no lo veo y mi apartamento tampoco es una mansión, ok será momento de preocuparme. Camino con cautela esperando cualquier ataque sorpresa, porque con este hombre nunca se sabe. Abro la puerta de mi habitación con temor pero no sé encuentra, regreso a la sala y veo que asoma la cabeza desde la parte trasera del sofá.
—¡Te vi!—Corro hasta el pero es más rápido que yo y se escapa de nuevo.
Lo persigo y lo veo entrando al baño y es lo suficientemente inteligente para pasar el pestillo, me pegó a la pared y espero a que salga.
Cinco minutos después sale, y antes de que pueda ver su alrededor salto encima de él y grita.
—Admite que si me espiabas—le digo y le hago cosquillas en el cuello.
—No.
—Cristopher admítelo—Camina hasta la sala sin dejar de reír y retorcerse por mis ataque de cosquillas.
—Joder, no te espiaba—ríe con fuerza y se deja caer hacia atrás en el sofá, aplastandome en el proceso, con un rapido movimiento se voltea y queda entre mis piernas lo miro impactada—no te espiaba, solo te observaba—susurra y su rostro está muy cerca del mío.
—Observar es lo mismo que espiar.
—Pero yo prefiero decir que te observaba, y tú también lo hacías, no creas que no te veía observarme en verano cuando no tenía camisa por el calor—Me sonrojo y ríe.
—Yo si lo admito, si te espiaba y no me arrepiento.
—Muy bien pequeña acosadora, vamos a hacer ese chocolate caliente con malvaviscos—Besa mis labios antes de separarse y tenderme la mano para levantarme.
Ya devuelta a la cocina hacemos el chocolate caliente entre risas.
—Cristopher ya deja el chocolate, si te lo sigues comiendo no vamos hacer nada—lo reprendo y resopla antes de alejarse del chocolate.
—Que aburrida eres copito.
—¿Copito?
—Si, porque a ti te gustan muchos los copos de nieve puedes pasar horas solo viéndolos.
—Es que son hermosos.
—Igual que tú—Me roba un beso y sonrió
—Si yo soy copito, ¿tu qué eres?
—No se, eso depende de ti, copito.
—Te buscaré un buen apodo, ya verás.
—Eso espero.
Unos diez minutos después nos encontramos en el sofá con una manta y los chocolates en una taza navideña, estamos viendo una película de navidad no recuerdo el nombre pero es animada.
—¿Cuando vas a Dixon?— me pregunta.
—El treinta ¿y tú?
El primero, tengo que arreglar unas cosas del trabajo antes de ir.
— Te quería decir para irnos juntos, pero recordé que seria muy extraño que lleguemos juntos.
— Sería genial copito, pero nuestras familias pegarian el grito al cielo.
— Si ...— digo me terminó el chocolate y dejo la taza vacía en la mesita auxiliar que tenemos en frente.— Mientras estemos allá podemos ver cómo están las cosas y en el momento indicado les decimos que somos novios.
— Suena bien— asiento.
❄️
Son las doce de la noche y por alguna razón me desperté, Cris se quedó a dormir con la excusa de que en su departamento se había dañado la calefacción no se lo creí pero tampoco dije nada.
Me encuentro en la sala con mi portátil en las piernas, y un documento nuevo de Word abierto, la editorial me a estado presionando para que haga una historia de navidad, pero no se me ha ocurrido nada y me frustra, hace un año publiqué mi primera historia La mirada de la muerte la cual consistía en una trilogía, ya los tres libros están en físico por la editorial Rad-editor una de las editoriales más prestigiosas en hay, y como dicha trilogía tuvo tanto existo ahora ellos me están pidiendo una historia con temática navideña.
Ni siquiera se me ha ocurrido un nombre para la historia y tengo una fecha límite, hasta el venti y cuatro de diciembre, la editorial dijo que podía ser una historia corta, pero el problema es que no importa si es corta o larga el problema es que no sé que hacer.
Me pasó las manos por la cara y cierro el portátil con frustración, hace unos días llegué a la dolorosa conclusión que tengo un bloqueo de escritor
Espero que mi regreso a casa me ayude.
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Miradas cruzadas en navidad
RomanceEstá será la historia de como las miradas cruzadas de navidad tomaron un giro de tal manera que quizás todo lo que cambio aquel 2006 vuelva a la normalidad. •Un comienzo algo particular para ellos. •Reencuentros. •Sentimientos del pasado. •Una guerr...