CAPÍTULO 17

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Le lancé un Dracarys a Aegon que venía directo hacia mi. Si no llego a ser yo, lo hubiera hecho él. Vale que a mi el fuego no me hace nada, pero estoy embarazada y no se que pasaría.

Aegon esquivó el fuego de mi dragón por muy poco alzándose.

Un rugido, o más bien un lamento se escuchó desde el cielo. Caraxes estaba desgarrando el cuello de Dreamfyre, haciendo que Helaena cayese de su dragón y muriera al caer al suelo. El grito de Aegon hizo eco en Rocadragón mientras nos miraba con odio a todos.

AEGON: Estas muerta - le gritó a Rhaenyra

Maniobrando con su dragón, Aegon se alejó poco a poco de allí. Aemond aterrizó con Vhagar y fue corriendo al cuerpo sin vida de su hermana. Los maestres salieron corriendo por orden de la reina. Se llevaron el cuerpo sin vida de Helaena y abracé a Aemond.

TN: Se que querías mucho a tu hermana

AEMOND: No se que cosas le habrán metido en la cabeza o que cosas bien ella misma para venir a atacarnos estando en desventaja. Tenía 3 hijos - dijo mirándome eso último

TN: Tampoco se que le pudieron decir a tu hermano. La última vez que hablé con él fue como si supiera lo que sentía por ti. Como si quisiera decirme que él estaba de acuerdo. Pero si estoy segura que esto tiene que ser obra de tu abuelo y aunque me duela decir esto por ti... pienso que Alicent también tiene que ver

AEMOND: ¿De mi madre? - lo pensó un poco - Puede ser, mi abuelo es ambicioso y mi madre siempre ha hecho lo que él le ha dicho que haga

Entramos todos al salón y allí al único que se le veía normal, fue al causante de la muerte de Helaena. Pero Daemon es así. O ellos o él y, él no se dejaría matar nunca, siempre pelea con sangre y fuego. De hecho, fue el primero en hablar

DAEMON: Siento que esto haya tenido que acabar así. Era tu hermana, Aemond y, la medio tuya, Rhaenyra. Pero creo que de alguna manera lo podemos aprovechar

AEMOND: ¿Aprovechar? ¿Quieres sacar partido de la muerte de mi hermana?

DAEMON: Creo que podemos enviar un cuervo a Desembarco del Rey y decirle al usurpador y traidor de Aegon que si quiere el cuerpo de su esposa y hermana, primero deberá cederle el Trono a Rhaenyra

AEMOND: No aceptará. Y no dejaré que el cuerpo de mi hermana se pudra sin un funeral digno - dijo enfadado

RHAENYRA: Y no dejaremos que eso pase, hermano. Ya sabemos que no aceptaran, yo misma preparare la pira funerarea para mi hermana y aquí será donde celebremos su funeral - se acercó a Aemond y le dio las manos - Y será digno de una princesa

Aemond asintió y soltó las manos de Rhaenyra para abrazarme por la cintura y acercarme a él. Puso una de sus manos en mi vientre áun poco abultado.

RHAENYRA: ¿Te sientes bien, Tn?

TN: Sí, estoy bien

RHAENYRA: Ahora debemos decidir como atacamos Desembarco del Rey. Lo que ha hecho Aegon hoy no debe quedar impune

DAEMON: Podemos salir ahora mismo con los dragones y quemarlos a todos

RHAENYRA: No gobernaré siendo una tirana, Daemon. Ya deberías saberlo

TN: Tragimos a los 8500 hombres de los peldaños, Aemond estuvo entrenando a los más jovenes. Estan preparados para la batalla y para seguir a la legítima reina

DAEMON: Los Stark y los Arryn también acudirían si les avisamos

RHAENYRA: Así se hará. - miró a uno de los guardias de la sala - Que el maestre envie cuervos al Valle y a Invernalia. Vamos a la guerra

Cada uno nos fuimos a nustras habitaciones. Le di de comer a Amon y luego Aemond juegó con él un rato. Pero se le notaba que no estaba bien.

TN: ¿Puedes llevarte a Aemon, por favor? - le dije a una de las doncellas. Esta asintió, se llevó a mi hijo y me acerqué a Aemond - ¿Como te encuentras?

AEMOND: No paro de preguntarme que hubiera pasado si Helaena hubiese ido a por ti - tocó mi vientre - si os hubiera pasado algo, yo me muero. Y a Aegon - ahora su rostro mostraba rabia - yo mismo le mataré por intentar atacarte dos veces

TN: No me ha pasado nada, estoy bien. No dejes que la rabia te domine

AEMOND: Él sabe que yendo a por ti, a mi me haría daño

TN: Mírame - agarré su cara - estoy aquí, estamos aquí,contigo.

Aemond me abrazó y besó mi cuello. Me levantó y me llevó a la cama hasta dejarme encima de ella. Nos desnudamos el uno al otro. Aemond me besó el cuello y fue bajando, dejando pequeños besos por todo mi cuerpo. Al llegar a mi vientre, me miró soriendo y le habló.

AEMOND: Pequeño bebé - sonreí - Ahora le voy a hacer a mamá cosas que no quiero que aprendas hasta que tengas edad. Así que, a dormir - reímos

Aemond abrió mis piernas y depositó besos en el interior de mis muslos. Pasó su lengua mientras le quitaba el parche de su ojo y no creí que llegara a ver eso, pero el ojo de Aemond brillaba más que su propio zafiro.

Llegó a mi centro haciéndome jadear, fue directo a mi clítoris sosteniendome a él con la fuerza suficiente para que no me moviera. Mis jadeos se hacían cada vez más profundos, más intensos. Las convulsiones en mi cuerpo vinieron a la vez que Aemond me succionaba, me deborada y un orgasmo salió de mi boca.

Subió de nuevo depositando besos, parandose en mis pechos. Lamiendo y chupando, succionando y mordiendo cada uno de mis pezones. Si siguiera así, conseguiría que tuviese otro orgasmo. Subió hasta mi boca para besarme.

Se colocó tras de mi, poniendome de lado y subió una de mis piernas sujetándola con su mano. Se arrimó a mi y colocó su miembro en mi entrada.

AEMOND: No me cansaría nunca de ti - me besó la nuca dándome un escalofrío - Te amo

Entró en mi interior despacio. Aemond tenía ese algo que hacía que cada vez que teníamos relaciones sexuales no solo eran para procrear, siempre me demostraba cuanto me amaba. Ninguna de las veces era igual a la anterior y era algo que me volvía loca de él. Si le llegara a pasar algo, yo iría detrás de él. Porque lo que no encontré de donde vengo, lo encontré aquí. El amor que él me da, se que no lo encontraré en ningún otro lugar. Estaba enamorada de él y siempre será el amor de mi vida.

Nuestros gemidos se hacían notorios en la habitación, pero Aemond no aumentaba la velocidad. Sus embistes eran lentos y muy profundos. Las convulsiones volvían de nuevo, Aemond acercó su boca a mi oreja y jadeaba en cada embiste. Bajó su mano a mi centro y estimuló mi clítoris.

AEMOND: Dioses, no sabes lo que me gusta estar dentro de ti - jadeó haciendome gemir por sus palabras - Voy a venirme dentro de ti lentamente esta vez. Quiero que sientas todo dentro de ti

TN: Ae... Aemond - gemí mientras mi orgasmo removía cada parte de mi interior. Notando como su miembro se endurecía más y más.

Aemond jadeo en mi oído mientras se venía dentro de mi, lentamente como prometió.

Esa noche dormimos como las demás, abrazados y a la vez atentos por si Aemon se despertaba. Pero la mañana no fue como la esperabamos nadie. Un grito desgarrador se escuchó por todo el castillo. Aemond y yo salimos corriendo dejando a la doncella al cuidado de Aemon.

Rhaenyra estaba de rodillas en medio del salón llorando. Daemon estaba a su lado y sostenía un pergamino, pergamino que terminó arrugando en su mano. Se agachó al lado de su mujer y la abrazó mientras ella seguía llorando.

AEMOND: ¿Que ha pasado? - dijo acercándosé pero a mitad camino paró en seco

Me acerqué a él y lo vi. El cuerpo de Jacaerys estaba en el suelo con un puñal en su corazón. El cuerpo sin vida del principe, un niño tan vivo como Jace, yacía al lado de su madre que lo sujetaba.

TN: ¿Que dice el pergamino, Daemon? - este me lo tendió y leí

UN BASTARDO POR UNA PRINCESA

Destino: Poniente (Aemond Targaryen y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora