CAPÍTULO 8

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Aemond y yo entramos a Montedragón, hacía tanto calor que notaba como la ropa me sobraba. No se veía apenas y caminábamos con cuidado por si Syrax había dejado algún huevo antes de partir a Desembarco del Rey. Llegamos hasta el final y Aemond agarró una antorcha. Bajamos las escaleras y al llegar abajo, Aemond paró.

AEMOND: Vermithor está aquí. Un dragón salvaje que no se deja montar por nadie. Ten cuidado ahora y no te separes de mi

No se que se me pasó por la cabeza mientras Aemond me tenía de la mano y avanzabamos con cuidado, pero comencé a cantar la canción que ya no tendría que cantar Daemon. Quizás si yo la canto, este dragón tenga más suerte. Quizás acabe muerta por sus llamas.

TN: Drakari pikiros, tikummo jemiros, yn lantys bartossa, saelot vaedis. Hen ñuha eleni, perzyssy vestretis, se gelyn irudaks, anogrose. Perzyro udryssi, ezimptos laehossi, harossa letagon - una llamarada junto a un rugido apareció frente a nosotros. Aemond dejó la antorcha en el suelo sin apartar la vista del dragón mientras yo seguí cantando - Aot vaedan. Hae merot gieruli, se haros bartossi, prumysa sovili, gevi daeri.

(TRADUCCIÓN DE CANCIÓN: Respirador de fuego, líder alado, pero dos cabezas, a un tercero cantar. De mi voz, los fuegos han hablado y el precio a sido pagado. Con magia de sangre, con palabras de fuego, con ojos claros para unir a los tres. A ti te canto, como uno, nos reunimos y con tres cabeza, volaremos como estamos destinados. Maravillosamente, libremente)

El dragón acercó su enorme cabeza hasta quedar frente a mi y alcé mi mano hasta acariciarle.

TN: Dohaer, Vermithor - sonreí al dragón

Solté mi mano de Aemond mientras le sonreí. Caminé más cerca de Vermithor y este se tumbó hasta que me acomodé en su lomo.

TN: Soves, Vermithor (Vuela, Vermithor) - dije en alto valyrio mientras me agarraba como podía a sus escamas

Vermithor se levantó, dio la espalda a Aemond y salió volando por el hueco grande del volcán de Montedragón. Volar con Vermithor me hacía sentir libre, lo que siempre había querido. Le dejé que volara a su libre albedrío unos minutos hasta pillar la postura adecuada. Aemond apareció con Vhagar poco después a mi lado y me sonreía. Era hora de ver si Vermithor me aceptaría como su jinete o me tiraría de él.

Agarré más fuerte sus duras escamas y eché mi cuerpo hacia delante. Al hacerlo, el dragón aumentó su velocidad y pronto llegamos hasta quedar al lado de Aemond y su dragona. Hicimos una especie de carrera hasta Desembarco del Rey, pero cuando a lo lejos avisté la Fortaleza Roja, solo venía a mi cabeza que pensaría la familia Targaryen al verme con nada más y nada menos que Vermithor.

Tanto la dragona de Aemond, como ahora mi dragón, nos dejaron en la orilla del Aguasnegras y una vez bajamos de ellos, echaron a volar a saber donde. Aemond vino hacia mi con una sonrisa.

AEMOND: ¿Seguro que no tienes sangre Targaryen?

TN: Quizás la tengo y no lo se - sonreí. Aemond se acercó a mi y acarició mi mejilla

AEMOND: Sabes combatir, sabes Alto Valyrio, eres jinete de dragón... ¿Qué más sorpresas guardas?

TN: Si desvelara todos mis secretos... ¿De que manera quieres que te sorprenda a continuación? - sonreí

Aemond acariciaba mi mejilla y mis manos fueron a parar a su cintura. Miró mi boca mientras se acercaba lentamente...

RHAENYRA: ¿Qué significa esto? - me separé rápidamente de Aemond

AEMOND: Hola, hermana

RHAENYRA: ¿Qué hace Vermithor aquí? La última vez que se le vio fue entrando en Montedragón... Hace años

Destino: Poniente (Aemond Targaryen y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora