CAPÍTULO 18

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Rhaenyra, Daemon, Lucerys, Aemond y yo recibimos tanto a los Arryn y los Stark. Ambas casas le dieron las condolencias a la reina por el asesinato de su hijo y heredero al Trono y ambas juraron vengar su muerte y juraron lealtad de nuevo a la reina.

Celebramos el funeral del príncipe Lucaerys y el de la princesa Helaena. Por fin podían descansar en paz.

Todos nos preparamos para partir hacia Desembarco del Rey. Aemon se quedó al cuidado de las doncellas. Los que éramos jinetes fuimos en nuestros dragones. Y los Arryn, los Stark y los hombres de los peldaños de piedra habían salido hace 3 días de Rocadragón.

Al llegar a Desembarco de Rey, vimos que en sus murallas habían "escorpiones". No sabía que en esta época en Poniente también supieran o hubieran pensado que con eso se podría matar a los dragones.

TN: Tener cuidado con las lanzas de las murallas. - grité - Pueden matar a los dragones. Dohaeris, Vermithor (obedece, Vermithor)

Sobrevolé las murallas, los soldados aún estaban cargando los escorpiones. Mientras caía en picado hacia ellos, ordené a Vermithor.

TN: DRACARYS

Vermithor quemó siete de los escorpiones que estaban allí junto con sus soldados. El sonido de los gritos de los soldados quemados se unían con los del pueblo. Corrían hacia todos lados intentando refugiarse. Esto no iba a ser como en la época de Daenerys, al menos, eso espero.

Mientras seguía volando por medio de la fortaleza, una de las lanzas del escorpión llegó a darle a Vermithor en un costado y este iba perdiendo velocidad y altura.

TN: Lykirri (calma)

Vermithor estaba ya en el suelo y bajé de él. Vi a los hombres de los peldaños luchando con valentía. Me agaché, recogí una de las espadas y me uní a ellos en el combate.

De lejos vi a Rhaenyra, que estaba al lado de un Syrax muerto. La reina lloraba su pérdida, sabía bien que estaba muy unida a su dragona.

TN: Majestad, no puede quedarse aquí, la mataran

RHAENYRA: Tn, mi dragona - dijo llorando

TN: Lo se, lo se - maté a dos hombres que iba a atacarla mientras ella se agachaba a por un arma del suelo - Tenemos que irnos, ahora

Seguí luchando, protegiéndola, ella daba algún que otro golpe pero no tenía experiencia en combate. Me concentré tanto en lo que tenía frente a mis ojos que no me di cuenta a quien podría aparecerme por detrás.

RHAENYRA: Hoy no, hijo de puta - dijo la reina

Al girarme, vi como Rhaenyra le estaba rajando la garganta a Sir Larys Strong. No se de donde apareció, ni como, entre tanta gente. Pero la reina había salvado mi vida y la de mi bebe. Al igual que yo estaba salvando la de ella. Pero necesitaba ponerla a salvo, necesito que cuando acabe todo esto, ella siga con vida, ella es la clave de que esto funcione y no puede morir.

PUNTO DE VISTA DE DAEMON

Junto a Caraxes sobrevolé la fortaleza, quemamos algunas de esas insoportables maquinarias y a sus soldados. Al menos hasta que un rugido se escuchó entre las nubes.

Aegon junto a Sunfyre bajaba en picado hasta que llegó a Caraxes y este primero le lanzó un Dracarys al mío en la cabeza. Los dos dragones se pusieron a pelear, se arañaban con las patas, se mordían en todos los lugares de su cuerpo. Estaba tan pendiente de mi dragón y de darle ordenes que solo vi la flecha de Aegon cuando esta llegó a mi pecho.

Miré a Aegon y este llevaba un arco y preparaba otra flecha. Saqué mi daga del cinturón y me puse de pie en mi montura. Agarré las riendas de Caraxes y lo manejé como pude para situarlo de manera en la que pudiera saltar hasta Aegon... y eso hice. En ese momento, solo quería verlo muerto, sin importar las consecuencias.

PUNTO DE VISTA DE AEMOND

Cinco lanzas de esas odiosas maquinas habían herido a Vhagar. Aún así mi dragona llegó al suelo para dejarme y salir ella volando de nuevo para curar sus heridas. Vi que los Arryn y los Stark luchaban en tierra. Miré al cielo pero no veía ni un solo dragón. Lo único que pensaba en este momento es que Tn estuviera bien y viva, sobre todo, viva.

Me uní a los Stark y los Arryn en batalla y fui avanzando por la fortaleza, también estaban cerca los hombres de los peldaños de piedra. Se escuchó un rugido pero no parecía que fuera Vermithor, tampoco Vhagar. Sin esperarlo, sentí como clavaban algo por mi espalda

OTTO: Traidor - me gritó - No mereces vivir si luchas contra tu casa

AEMOND: Tú eres el traidor. Por tu culpa es por lo que estamos así. Por envenenar la mente de mi madre, la de mis hermanos. Por tu culpa Helaena está muerta. Y ahora tu eres el que va a morir porque no eres nada mío

Mi abuelo en su día sería bueno en combate, pero ya no tenía la juventud, ni la fuerza y mucho menos la resistencia. Pero mi cansancio ya se notaba. Mi abuelo me clavó otro puñal en el estómago y retrocedí lo suficiente. El me observaba desde lejos.

OTTO: No me arrepiento

Fue a dar un paso pero otra vez se escuchó ese rugido. Arrax con mi sobrino Lucerys estaban parados justo encima de Otto y mi sobrino no se lo pensó dos veces.

LUCERYS: DRACARYS

Otto salió ardiendo, sus gritos dejaron de escucharse pronto. Miré hacia arriba desde el suelo y agradecí a Lucerys que salvara mi vida. Ahora le debo la mía. Paré a uno de los Stark para que me sacara la daga que Otto clavó en mi y seguí mi camino matando a todo aquel que me impidiera encontrar a mi mujer.

Hasta que la vi a lo lejos. Estaba ayudando a Rhaenyra a esconderse tras una pared que ni yo mismo sabía que ese era un escondrijo. Aceleré el paso y con ello iba matando a más y más guardias de la fortaleza pero paré en seco cuando a centímetros de mi vi como mi madre sostenía a Tn del cuello y apuntaba con un puñal su vientre

AEMOND: ¡MADRE! - Alicent me miró - No lo hagas, no tienes por qué hacerlo. Es tu nieto quien está en su vientre

ALICENT: Un bastardo

AEMOND: Es mi mujer, madre. Nos casamos. No tiene por qué acabar esto así. No tiene porque morir más personas de la familia. Ya se ha derramado suficiente sangre

ALICENT: Tu eres el del lema de Sangre y Fuego y parece que se te apagó la llama. Y todo por una extranjera que por su culpa estamos así

AEMOND: No es su culpa. ¿Quién te manipuló desde pequeña? ¿Quién te obligó a que te casaras con un hombre que no amabas?

ALICENT: Es demasiado tarde

Con esas palabras eché a correr. Tenía que detenerla de alguna manera y lo único que pude hacer fue clavarle mi propio puñal en su corazón, dejándola así sin vida. Pero al bajar mi mirada, vi que en su mano sostenía el puñal de mi padre y este estaba clavado en un costado de Tn. Solté a mi madre y sostuve a mi mujer. Mis lágrimas salían sin quererlas detener. No podía perderla, a ella no. Si muere acabaré con todos sin excepción. Y luego moriré yo con ella.

Destino: Poniente (Aemond Targaryen y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora