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POV'S Nathan.


"Una memoria atrapada en el tiempo."

[...]

Oscuridad, es todo lo que veo. El frío atrapa mi cuerpo entero haciéndolo parte de sí.

¿Acaso estoy en mi habitación?

Es cómo si no pudiera respirar, cómo si me estuviera ahogando en una nube completamente oscura, escuchando susurros y voces que me atormentan, pero eso no es lo peor, la sensación de miedo e inseguridad es más grande que cualquier oscuridad, pues no tengo idea de dónde estoy o siquiera de qué está pasando conmigo.

Pensé que no podía perder la calma, debía tranquilizarme en ese instante, y cuando lo hice, lentamente mi vista empezó a aclararse. Mis ojos se abrieron por primera vez en la noche y lo primero que vi fue un techo.

—Ah, mierda.—Murmure sobando mi cabeza suavemente.—No recuerdo haber bebido.

Me levanté lentamente pero fruncí el ceño al darme cuenta que no estaba en mi cama, ni siquiera en mi cuarto, estaba en un mueble de un lugar completamente desconocido, cómo estaba recién despierto solo me sentí confundido, y a mi lado habían más personas, tres chicas en el suelo y una pelinegra en el mueble, igual que dos chicos en las esquinas, todos dormidos.

Me levanté bastante asustado, y por mi movimiento brusco, desperté a la chica que estaba acostada al lado mío, los ojos de los demás también lentamente empezaron a abrirse, todos hacían la misma expresión: Confusión, otros miedo, otros fruncian el ceño.

—¿¡Quienes son ustedes!?—Gritó la chica que por accidente había despertado, levantándose y quitando su zapato para apuntarnos a todos, parecía aterrada.—¡Los mataré si no hablan!


—No creo que un zapato sea la mayor amenaza del mundo.—Le respondió un chico de lentes, castaño.

—¡Cállate!

Todos nos quedamos en silencio, sentía tanto miedo que ni siquiera había examinado bien sus rostros o si los conocía, la iluminación tampoco nos lo permitía demasiado. La tensión estaba más que presente en esa habitación, todos estaban visiblemente asustados, o al menos los chicos que estaba viendo.

—¿Alguno de ustedes sabe la hora?—Me atreví a preguntar, tragando saliva.—Es solo que...

Cuando pregunté eso todos voltearon verme y en ese momento pude ver bien sus caras, dándome cuenta que habían tres caras familiares.

—¡Oh por Dios, Nathan!—Lily, se acercó corriendo a mi luego de gritar eso, tenía la respiración agitada y al instante me abrazó.—Estás acá...

—¡Lily! ¿Estás bien?—Vi a la rubia en mis brazos, traté de ver que no tuviera ninguna herida pero al parecer, igual que yo, estaba bien.—¿Qué haces aquí?

—¿Acaso crees que si supiéramos que hacemos aquí, lo estaríamos, Harper?—Escuché la voz que menos quería.—No hagas preguntas idiotas, es obvio que ella no sabe, al igual que ninguno de nosotros.

Alisa.

La voz que menos quería escuchar en ese momento, era la de Alisa. La pelirroja me miró con desdén antes de acercarse a la ventana tratando de ver que había afuera. Aunque llevaba tiempo sin verla, la conocía de toda la vida y por esa misma razón, sabía exactamente que tipo de persona era ella, pero me sorprendía que ni siquiera en una situación así, podía dejar de ser tan hostil.

La Casa de Los Pecadores. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora