La Casa de Los Pecadores.

𝙊𝙡𝙞𝙫𝙞𝙖 𝙃𝙖𝙧𝙥𝙚𝙧.

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¿Qué fue lo que realmente le sucedió a Olivia Harper?

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Narrador Omnisciente.

𝗔 𝗹𝗼 𝗹𝗮𝗿𝗴𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮, 𝗹𝗮 𝗰𝗵𝗶𝗰𝗮 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗲𝘀𝘁𝘂𝘃𝗼 𝗮𝗵𝗶.

Olivia Harper era una chica buena y feliz, que terminó por convertirse en una enferma, en la peor pesadilla de su hermano.

Su vida, realmente acabo, el día en el que ella y Nathan jugaron a las escondidas. Ella quiso ganarle, pero llevo el juego demasiado lejos.

Corrió por el bosque, lo más lejos que sus pies pudieron. Deseo ganarle a Nathan con tanta intensidad que se le olvidó que Firecrow era un pueblo peligroso.

Y sobretodo, su bosque.

Ella soltaba pequeñas risitas sin tener en cuenta que alguien llevaba rato observandola, fue como todo sucedió, tan rápido que para la chica fue como un abrir y cerrar de ojos.

Termino sintiendo como alguien ponía violentamente un paño en su boca, ella se retorció intentando luchar pero fue imposible. Olivia sintió la necesidad de gritar pero no pudo defenderse, la fuerza del hombre era, por mucho, más que la de ella.

Olivia pudo observarlo detalladamente, era un señor mayor, como de unos cuarenta años. Era gordo y sobre todo, su rostro estaba lleno de tatuajes, vio todo eso antes de que su vista se nublara y cayera en un profundo sueño.

Y ese fue el inicio de su infierno.

***

la chica despertó en una habitación. Habían chicas a su alrededor, su ropa no era la misma que tenía en el bosque, no, era otra bastante incómoda.

Olivia sintió un fuerte dolor de cabeza, pero aún así, se levantó con algo de dificultad, en la habitación, las chicas que estaban no dejaban de sollozar. Los rostros de algunas se veían sucios, y llenos de sudor. Sus ropas eran cortas, como pijamas.

Era fácil deducir lo que estaba pasando, era un secuestro. La chica intento mantener la calma en todo momento, aunque al principio fue difícil.

— Oye...— se acercó a una niña pequeña, que se encontraba llorando. — Oye, ¿Estás bien?

La niña no respondió, pero se alejo de Olivia rápidamente, como si tuviera miedo. Termine retrocediendo hasta que su espalda golpeó contra la pared.

— Tranquila, no voy a hacerte daño. ¿Bien? No quiero eso. No soy uno de esos hombres, te lo prometo.

Aun así la niña no respondió, se quedó lejos de Olivia, la cual se mordió los labios sintiendo desesperación por la situación. La castaña suspiro y se recostó en el suelo que había, ninguna chica hablaba con otra. Todas estaban asustadas.

Al parecer Olivia era la única nueva ahí.

Debía concentrarse, no podía perder la cordura. Suspiró, pero se alarmó cuando la puerta de la habitación se abrió y dos hombres entraron, las chicas de la habitación soltaron gritos ahogados mientras otras comenzaban a tapar sus ojos.