Extra - Especial de Navidad

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Esto ocurre posterior a la línea de tiempo de la historia principal.


Ring, ring

El teléfono suena en la habitación calefaccionada del hotel. Xiao Zhan frunce el ceño ante la interrupción de su valioso tiempo de sueño. Parpadea brevemente para aclarar su vista y a tientas busca el teléfono sobre la mesita de noche, ve en la pantalla la foto de Yibo con el gorro de lana azul.

Xiao Zhan se despierta del sueño rápidamente y contesta.

—¿Bobo?

—Hola, lamento haberte despertado. Te llamaba para avisarte que estoy en Nueva York, ¿desayunamos juntos? Quiero presentarte a alguien.

Los ojos de Xiao Zhan se ponen llorosos y con una sonrisa asiente, como si Yibo pudiera verlo, se da cuenta de esto y rápidamente deja escapar un —Sí, me encantaría — con voz suave.

Se levanta rápidamente y se mete a la ducha. Quería dar una buena primera impresión, por lo que eligió el último conjunto que Yibo le compró. Tomó el perfume que uso el día de su boda y roció parte de él en los extremos de su cuello y parte de sus muñecas; al menos quería evocar los recuerdos perdidos de Yibo.

Bajó a la cafetería del hotel, dónde Yibo dijo que se encontraría. Aunque hizo lo mejor que pudo fue imposible eliminar los rastros de sus ojeras, y tenía los ojos un poco cansados por la falta de sueño.

—Zhan-ge— la voz inconfundible de Yibo resonó en el lugar y en el corazón de Xiao Zhan. Levantó la vista y ahí estaba... el amor de su vida junto a alguien más.

Por un instante Xiao Zhan palideció, y luego sonrió con la sonrisa más grande que pudo brindar.

Yibo se acerca a su acompañante y le dice cariñosamente: —Vamos, cariño. Preséntate.

Cuatro días antes de Navidad, en algún lugar de Nueva York

—Jhonny, ¿Has sabido algo de Yibo?

—No, señor. Lo lamento.— Responde el asistente.

—Ya veo... —dice Xiao Zhan con una sonrisa triste—No te preocupes, no es tu culpa.

Han pasado cinco años y medio, y a Xiao Zhan aún le duele el corazón de extrañar tanto a Yibo. Desbloquea su teléfono y ve con nostalgia la foto de bloqueo, ambos aparecen con una brillante sonrisa en una soleada playa en las Maldivas.

—Te extraño... —susurra Xiao Zhan.

El proyecto de diseño navideño solicitado desde Nueva York lo tiene agobiado, lleva veinte días prácticamente encerrado, a base de chocolate caliente y donas.

Por un momento se sintió como antes de casarse con Yibo, dormía poco y comía mal. En un momento de nostalgia, sus ojos se pusieron llorosos al recordar aquellos felices tiempos... extrañaba la sonrisa de su esposo recibiendo el café por las mañanas, el aliento cálido de Yibo sobre su rostro al despertar, el beso de despedida cuando ambos se iban a trabajar bajo la promesa de verse al final de la jornada y fundirse en un abrazo que parecía restaurar las partes deterioradas del día.

Si, extrañaba lo que eran...

Con un suspiro salió de su aturdimiento y regresó al trabajo. Los renos no se iban a decorar solos.

~~

Beijing, cuatro días antes de Navidad

—¿Has sabido algo de Zhannie? — pregunta Wang Han. Su sobrino es un libro abierto y conoce perfectamente cada expresión de Yibo, y la que puede ver ahora tiene que ver con Xiao Zhan.

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