4- Gata

2.6K 113 5
                                    

Valeria Scaloni
Okey, no necesitaba que me recuerde nada, yo solita recordaba todo lo que había pasado.
Pero no voy a negar que quería saber que iba a hacer si yo decía que sí.
-Si, creo que se me olvidó.
El sonrió de lado y puso sus manos en mi cintura para acercarme a el de manera rápida y brusca, pero a la vez delicada, ya sé, suena raro, pero no sé cómo explicarlo, me agarró de manera fuerte y segura pero parecía que tuviera miedo de romperme.
Cuando me tenía a pocos centímetros de el, se encorvo un poco para que su cara quede cerca de la mía.
-¿Segura que no te acordás?- me preguntó en un susurro.
Tragué saliva un poco nerviosa.
-Segura.
-¿Lo queres recordar?
-Si.
Y en ese mismo instante me besó.
Sus labios se apoderaban de los míos y su lengua recorría mi boca. Esto era mucho para mi pequeño corazón, que ya se encontraba latiendo a 1000 pulsaciones por minuto. El agarre en mi cintura solo se hizo más fuerte, lo cual me hizo suspirar en su boca. Sentí que sonreía y cuando ya ninguno tenía aire nos separamos. Sus manos todavía me sostenían, y lo agradecía porque no sabía si podría mantenerme parada si me soltaba.
-¿Ahora te acordás?- preguntó.
-Todavia no.
Se volvió a acercar, pero en ese momento escuchamos la puerta del patio y yo salí corriendo escaleras arriba.
Me metí rápido en mi pieza y no salí de ahí por un buen rato.
Ya eran casi las 22, estuve como media hora en mi pieza, así que supuse que ya se habían ido. Cuando bajé los ví a todos jugando al truco. Supuse mal.
-Quiero retruco- Messi miraba desafiante a Enzo.
-Quiero vale 4- Enzo le sonrió a Messi.
-No quiero- dijo Messi enojado.
-TOMA PUTOOOO- mostró sus cartas, no tenía nada -TE RE ENGAÑÉ WACHIN.
Todos menos Messi se rieron.
-Vaale volviste- me dijo Lisandro cuando notó mi presencia.
-Sip.
Me acerqué y el me abrazó.
-Hija ¿Querés más asado? Quedó en el horno- dijo mi papá.
-No, gracias pa.
-Bueno, entonces pidamos postre.
Los chicos empezaron a decir que si.
-¿Que quieren?- preguntó mi papá.
Nadie respondió así que yo dije lo que yo quería.
-Chocotorta.
-Uhhh si- dijo Lean -de acuerdo con la colo.
Todos estuvieron de acuerdo así que mi papá se fue en el auto a comprar una chocotorta en alguna panadería que haya abierta a esta hora.
-Vení Vale, juguemos al truco- me invitó Otamendi.
-Yo no sé jugar al truco.
-Boe, que boluda- dijo Emiliano.
-Boluda será tu mujer- le dije.
-No tengo mujer Valentina.
-Te dije que me llamo Valeria.
El me guiñó un ojo sin que nadie lo notara. Creo que me sonrojé un poco.
-¿Podemos jugar a algo que yo sepa jugar?- pregunté.
-¿Que querés jugar?- licha pasó su brazo por mis hombros y me acercó más a él.
-No sé, un juego de mesa.
-¿Tenés el monopoly?- preguntó Tagliafico.
-Hace 2 años lo tenía, ahora ni idea. ¿Me acompañas a buscarlo?- le pregunté a Lisandro.
-Si.
Fuimos adentro y estábamos buscando el juego. Cuando lo encontré licha se me acercó y me dió un beso.
<Estoy quedando re gata esta noche>
Yo se lo correspondí, un beso no se le niega a nadie. Volvimos al patio con el juego y empezamos a jugar.
-NO PODES COMPRAR TODO.
-ESE ES EL PUNTO DEL JUEGO.
-PERO ASÍ YO LO UNICO QUE HAGO ES PAGARTE Y PAGARTE A VOS.
Si, la cosa se había descontrolado un poco, más que nada por mis gritos y los de Emiliano.
En ese momento entró mi papá con la chocotorta.
-Llegué chicoos.
-PAPI EMILIANO ME ESTÁ MOLESTANDO.
Si, acabo de gritar algo muy infantil para tener 22 años, pero así soy yo.
-¿Que pasó?- preguntó mi papá y apenas se acercó y vio el juego en la mesa entendió todo -uhhhh, ya entendí, Dibu perdonala a Vale porfa.
-HEEY ME TENES QUE DEFENDER A MI- dije más enoja que antes.
Emiliano se rió.
-Valeria se pone un poco agresiva en este tipo de juegos- explicó mi papá.
Lo odio, hay que matarlo.
Emiliano se rió.
-Tranquilo Scaloni, entiendo.
Me miró y sonrió. A él igual hay que matarlo.
Después de comer la chocotorta todos estábamos parados ordenando. Lean estaba pasándole un trapo a la mesa. Yo me acerqué y lo abracé, el dejó de limpiar la mesa y me abrazó de vuelta.
-Te extrañé enanita- me dice.
-Yo igual- sonreí contra su pecho.
-Extraño nuestras pijamadas- me dijo riendo.
-¿Y si hoy te quedas a dormir?- me separé del abrazo para verlo a los ojos.
El sonrió y asintió con la cabeza. Yo lo solté para ir a avisarle a mi papá.
-Paaa se queda Lean a dormir.
Mi papá estaba en la cocina con los chicos.
-Bueno hija, pero to regalé el colchón que teníamos antes.
Lo miré, el me miró, y nos miramos unos segundos.
-Duerme conmigo, no pasa nada.
-mmm bueno, pero ojito eh- dijo no del todo convencido.
Yo me reí.
Licha me miraba con una cara de culo increíble.
Saludé con un beso en el cachete a todos los que estaban en la cocina y a Lisandro le dejé un beso en la comisura de sus labios.
El sonrió un poco y yo me fuí de la cocina.
-Leaaaan vamos arriba.
-Voy.
Ahora la mirada de quién noté fue la de Emiliano, me miraba con una ceja levantada.
Saludé a todos, a Emiliano no lo saludé porque seguía enojada por lo del monopoly, tomé la mano de Lean y lo llevé arriba.
Cuando entramos a mi pieza le dije lo de dormir en la misma cama y dijo que no había problema.
-Che, contame de tu vida, siempre que hablábamos por teléfono no contabas nada- le dije saliendo del baño con mi pijama.
-No hay mucho para contar- me miró -que lindo pijama.
-Gracias- sonreí -contá cualquier boludez.
-Me estoy viendo con una piba.
<Mejor no cuentes nada>
-Ahh ¿Enserio? Re piola- traté de sonar lo menos falsa posible.
-O estaba, no sé, hace rato no le hablo.
-¿Cuánto rato?- pregunté curiosa.
-Desde que me contaste que volvías.
OK, ME EMOCIONÉ. Le había contado hace 2 semanas, pero si desde entonces había dejado de buscar a la otra chica... Tal vez significaba algo.
-¿Vos qué onda? ¿Algún noviecito en España?- preguntó.
-Nah, casi, pero al final nada.
Me acosté en mi cama, dónde el estaba sentado, puse mi cabeza en sus piernas y el empezó a acariciar mi pelo.
-Contá contá.
Me reí, extrañaba chismosear con el.
-Un pibe de mi universidad, la misma carrera, el mismo año. Era lindo, pero mmmm, no me terminó de cerrar, y menos mal porque después se terminó yendo de España CON SU ESPOSA- me reí.
-Ah bueeeeno ¿Cuántos años tenía el pibe? Casado y todo.
-21, igual que yo en ese momento.
-Ahi tenés el problema, nunca te funcionó algo con alguien de tu edad- se burló.
-Y bueno, por eso prefiero mayores- le dije yo y le guiñé el ojo.
<Que haces Valeria, sos una pelotuda>
El me sonrió y acercó si cara a la mía.
<O capaz sos una genia>
Puso una de sus manos en mi cara y yo cerré los ojos, y con su otra mano, pasó un dedo por abajo de mi ojo derecho.
-Tenías una pestaña por meterse en tu ojo- me dice mostrándome la pestaña.
Yo sonreí sin ganas.
<No, definitivamente sos pelotuda>

Mejor que seas vos (Dibu y Vos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora