8- Camiseta

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Valeria Scaloni
Estábamos pidiendo comida en una mesa con tres silla, Emi de un lado, yo al frente de el y a nuestro costado mi peluche en su propia silla.
<¿Que pensará la gente que ve esto?>
Cuando la comida llegó nos pusimos a hablar mientras comíamos.
-Cuando tu papá nos contó que venía su hija nos dijo que estabas en España estudiando ¿Que estudiaste?- preguntó viéndose realmente interesado.
-Enfermeria, me egresé 1 mes antes de volver para acá.
Levantó las cejas.
-Re bien, tenés cara de enfermera- se rió.
-¿Eso es bueno?- pregunté también riendo.
-Supongo.
-¿Vos desde cuándo sabes que querías ser arquero?- le pregunté.
-Desde siempre, siempre me gustó el fútbol y más todavía atajar.
Ambos comíamos, pero estábamos más concentrados en mirarnos y charlar que en comer.
-El otro día me quedó una duda- le dije con un poco de cuidado.
-Decime- respondió el atento.
-¿Por qué casi te morís ahogado cuando dije que tenía 22?
Miró su plato y llevó un poco de comida a su boca para después mirarme.
-Me sorprendió, no parecías tener la experiencia de alguien de 22 el año pasado cuando nos conocimos.
Me sonrojé bastante, sentía la cara caliente, el me sonrió y eso me hizo peor.
-Yo no sabía que tenías 30- dije un poco avergonzada.
-¿Importa ahora que lo sabés?- preguntó.
-¿A vos te importa que yo tenga 22?
Lo pensó unos segundos.
-¿La verdad?- hizo un silencio que me torturó, empezaba a desilusionarme -No, no me importa.
Lo miré con los ojos un poco abiertos.
-¿Enserio? Pero sos una figura pública, te van a juzgar un montón si te ven conmigo.
El tomó mi mano por encima de la mesa.
-¿Por qué debería importarme? En el mundo hay un montón de personas muchísimo más conocidas que yo que tienen como 60 y salen con chicas de 20.
Sentí un cosquilleo cuando su mano tocó la mía y sonreí.
-¿Entonces podemos salir más seguido? Es divertido estar con vos- dije un poco vergonzosa.
-Obvio linda, por mi saldría con vos todos los días de mi vida.
Yo solo sonreí y seguí comiendo. El hizo lo mismo.
Estábamos en silencio hasta que el lo rompió.
-¿Querés dormir en mi casa hoy?
Yo estaba con la vista en mi plato y cuando el dijo eso lo miré rápidamente. Supongo que lo tomó como si me hubiera asustado, porque abrió un poco los ojos y su piel se puso más rosada de lo normal.
<Que tierno>
-A dormir nada más, no a hacer nada más- dijo rápido.
Yo me reí y volví la vista a mi plato para luego mirarlo a los ojos.
-No hace falta aclarar, desde que nos conocimos me di cuenta de que no me harías nada si yo no quiero- le dije con una sonrisa.
Su expresión pareció suavizarse, demostraba alivio, eso me causó una pequeña risa la cual se le contagio.
-Está bien, perdón- dijo riendo y mirando su plato.
Imité la acción que había tenido hace unos minutos y tomé su mano por encima de la mesa. El me miró.
-Acepto tu propuesta- le sonreí.
Cuendo terminamos de comer y también acabamos con el postre que habíamos pedido, pagó el, porque no me dejó poner ni un peso otra vez, y nos fuimos a su auto.
-Le tengo que avisar a mi papá- le dije yo sacando mi celular y llamándolo.
El me miró atento a mis acciones, tenía una expresión rara, parecía que planeaba algo, pero no le di importancia y esperé a que mi papá responda.
-Hola hija- saludó.
-Hola paa, che, me quedo a dormir en la casa de mi amiga.
Cuando dije eso Emi me miró con una ceja levantada y una expresión que decía "¿Amiga?" En ese momento llevó su mano a mi muslo y mi corazón se aceleró.
Mi papá estaba callado, hasta que preguntó.
-¿Que amiga?- lo dijo con tono de duda.
Tragué saliva, Emiliano apretaba mi muslo y me ponía nerviosa.
-La única que tengo acá papá- le dije tratando de no demostrar mis emociones.
La mano de Emi subió un poco y volvió a apretar. Puse mi mano libre en su muñeca tratando de alejar su mano, pero me fue imposible.
-¿Mara?- preguntó mi papá.
-Si, si, ehh ¿Puedo no?- dije rápido poniéndome cada vez más nerviosa.
Emi apretó más fuerte y casi se me escapa un jadeo en el teléfono pero llegué a alejarlo, lo que me ponía más era su mirada, me miraba fijamente con cara sería.
-¿Que te pasa nena?- me preguntó.
-¿Que?
-¿Vos estás bien?
-Si papi, estoy bien, te dejo que la mamá de Mara me llama para comer.
-Mmm, está bien.
-Chau papi te amo- lo dije rápido y le corté.

-TE VOY A MATAR EMILIANO- le grité.
El sonrió.
-No está bien que le mientas a tu papá sobre la persona con la que saliste, solamente tenías que recibir un pequeño castigo- dijo sin dejar de sonreír ni un segundo.
Lo miré con mi mejor cara de culo y el volvió su mano al volante para arrancar el auto y manejar en silencio rumbo a su departamento.
Cuando llegamos repitió lo del parque y bajó a abrirme la puerta.
Cuando entramos, subimos al piso 7 y entramos en el departamento B. Era bastante grande y acogedor, parecía una casa más que un departamento.
-¿Te gusta?- me preguntó.
-Si, es muy lindo- lo miré -¿Me prestas algo para cambiarme?
-Si, obvio.
Me llevó a su pieza.
-Elegí lo que quieras, me voy a bañar.
Se fue de la habitación y yo abrí su ropero.
Miré todo lo que había, me llamó la atención la camiseta roja que tenía colgada, era su camiseta de arquero.
<Dijo que agarre lo que quiera>
Agarré esa camiseta y estaba pensando en agarrar también un short, pero eran enormes y cuando me saqué el top para ponerme la camiseta esta me llegaba al mismo lugar que la minifalda que tenía puesta.
<¿Estará mal que esté en tanga?>
Imaginé a Emi mirándome con su camiseta y pensando si tenía algo abajo o no, la mirada que imaginé fue lo único que necesité para sacarme la mini y quedarme así, solo con su camiseta y mi tanga de encaje, justamente era roja como la camiseta, me reí por la coincidencia y salí de la habitación.
Volví a la sala y me senté en el sillón a esperarlo.
Unos minutos después salió solo con un short, sin remera, tenía el pelo mojado y se lo estaba tratando de secar refregandolo con una toalla.
<Señor, me has bendecido, y yo he sido tan poco fiel a ti, si no tengo que desaprovechar esta oportunidad dame una señal>
Emi me miró, cuando notó lo que tenía puesto hizo exactamente la mirada que me imaginé.
<¿Será esta una señal? Necesito algo más claro señor>
-Hija de puta te parto toda.
<Voy a tomar eso como la señal más directa que alguna vez haya existido>
Yo solo le sonreí de manera inocente.
-Dijiste que me ponga lo que quiera, y me quería poner esta.
-No te la saques nunca, a menos que el que te la saque sea yo- me sonrió.
Yo me reí.
-¿Te jode que duerma sin remera?- preguntó acercándose al sillón.
-Por mi dormí sin nada- le sonreí otra vez.
El se sentó al lado mío, y yo, que obviamente no pierdo el tiempo, pasé una pierna por encima de el y me impulsé con la otra para sentarme encima de el, tal cual aquella vez en el banco de suplementos en la AFA.
El puso sus manos en mi cintura de esa manera que tanto me encantaba y sonrió.
-Pará loca- se rió.
-Vos nada más me pones así de loca.
El me miró atentamente pensando sus próximas palabras.
-¿Solo yo?- su voz ya estaba notoriamente más ronca.
-Solo vos.
-¿Ni Lean ni Licha? ¿Solo yo?
No voy a negar que no entendía como sabía lo de Lean y Lisandro, pero me chupó un huevo.
-Nunca me cogí a ninguno- le respondí.
-¿Y querés hacerlo?
Pensé apenas 5 segundos, me encantaba besarme con Licha o tener tensión con Lean, pero a ninguno le tenía el deseo que le tenía a él.
-Solo me dejaría por vos- le dije.
-¿Te dejarías que?- preguntó haciéndose el tonto.
-Ya sabes Martinez- le dije yo.
-Me calienta que me digas Martínez nena- su agarre en mi cintura se apretó más llevándome todavía más cerca suyo -y no, no sé, quiero que lo digas.
-Solo me dejaría coger por vos.
Me besó, era un beso brusco que poco a poco se volvió más tranquilo, pero no dejó de ser un beso que dejaba completamente al aire las ganas de los dos.
En ese momento bajó sus manos a mi culo, un deja vu llegó a mi mente y me hizo sonreír. El apretó un poco con sus manos y yo suspiré contra su boca.
-Mirá cómo te pones Val- susurró también contra mis labios -Me encanta que te pongas así por mí.
-Solo por vos- dije en un jadeo porque ya sentía en mi intimidad su erección por encima del pantalón -y mirá como te pones vos, no te quedas atrás.
-Nadie más que vos me pone así.
Se levantó del sillón conmigo encima sin mover sus manos y volviendo a besarme.
¿Hace falta explicar lo que pasó? Supongo que no.

Mejor que seas vos (Dibu y Vos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora