Especial 3- Terminamos

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Emiliano Martínez

Octubre 2023

-Listo, terminamos- dije cansado.
-Ya era hora- Valeria se dió vuelta y agarró su valija.
-Dejá eso ahí pelotuda.
-Te calmas conmigo Emiliano.

Suspiré y me acerqué a ella.

-Perdon mi amor.
-Esta bien mi grandote lindo- me dió un corto beso.

Muchas cosas pasaron en estos meses.

Entre esas, en el mercado de pases de junio fui vendido por haber tenido una mala temporada. No digo que es injusto, la verdad me sentí muy mal cuando en su momento me hicieron 11 goles en 3 partidos. Mi psicólogo casi sacaba humo por los oídos que tanto escucharme.  Pero bueno, la gente no tuvo en cuenta que el equipo no era yo solo y empezaron a criticarme mucho. Si mi defensa eran postes de luz, y no por altura si no porque no se movían, yo no podía hacer demaciado.

Desde julio Val y yo nos mudamos de Birmingham a Londres. Ahora juego en el Chelsea y andamos mucho mejor, la gente no me tira tan abajo como hace unos meses.

Ahora estábamos en nuestra antigua casa en Birmingham porque vamos a venderla y teníamos que llevarnos lo que nos quedó.

-Yo llevo la valija Emi.
-No, vos no tenes que esforzarte.

Me miró mal.

-Tiene ruedas Emiliano.
-Me chupa un huevo Valeria.

Al instante me arrepentí de lo que dije.

-HABLAME BIEN.
-Perdon amor- le di un beso en el cachete.

Ella me miraba con el ceño fruncido.

Me agaché y dejé un beso en su panza redonda.

Si, Val tiene 8 meses de embarazo. Es una nena y la fecha pronosticada para su nacimiento es el 10 de noviembre, ahora es 7 de octubre, así que nos queda un mes más de espera.

La acción de darle un beso ahí la hizo sonreír.

-Esta bien, lleva vos la valija mi amor.

Me reí y me paré. Con una mano agarré la valija y con la otra la mano de mi esposa.

Salimos y caminamos al auto, abrí el baúl y metí la valija, todo lo que quedaba en esa casa eran pavadas así que una valija fue suficiente.

Subimos al taxi y empezamos camino a Londres. Son más o menos dos horas y media de viaje, así que primero pasamos a una panadería a comprar algo.

-Welcom- nos dijo un viejito.

Estaba por responderle en inglés pero un nene cerca le gritó.

-PAPÁ ES EL DIBU.

Me reí y me quedé callado. El viejito abrió los ojos mirándome y escuché a Val soltar una carcajada a mi lado.

-Señor Martinez, bienvenido- habló, ahora en español.
-Muchas gracias, pero dígame Emiliano.
-Es un placer tenerlos acá- sonrió.
-Muchas gracias.
-Nosotros somos argentinos, y bueno, ésta panadería es del primo del cuñado de mi hermana, entonces nos vinimos a trabajar acá.

La verdad nadie le había preguntado, pero tenía una buena onda en su voz que hizo que no fuera incómodo.

Hablamos un ratito y nos explicó que vendían cosas típicas argentinas. Al escuchar eso Val enloqueció.

Compramos seis alfajores y una docena de churros rellenos de dulce de leche.

Volvimos al auto después de que el hombre y yo nos sacaramos una foto con su hijo.

-La verdad menos mal paramos en ésta panadería- dijo Val comiendo un churro.
-Tenes razon- tenía un alfajor a medio comer en la mano mientras manejaba.

Unas horas después llegamos a Londres, Val estaba dormida en el asiento del auto cuando estacioné en casa. La miré y no pude evitar sonreír ante la paz me transmite verla así de tranquila. Pero la paz se esfumó ella pegó un salto en el asiento despertándose y asustandome.

-Amor me hice pis.
-¿Que?- pregunté confundido.

Ella miró el asiento entre sus piernas, o lo intentó porque la panza no la dejaba ver bien. Yo llevé la mirada al mismo lugar, efectivamente su pantalón gris estaba mojado.

-¿Te hiciste pis?
-Parece.

Los dos nos miramos y al mismo tiempo caímos, nuestros ojos casi se salen y arranqué de nuevo el auto para manejar al hospital.

Unos minutos después Val se encontraba en una silla de ruedas gritando mientras yo la llevaba por los pasillos del hospital.

No se meó, rompió bolsa.

Estábamos preocupados porque leímos que es malo que un bebé nazca con 8 meses porque muchas veces no se llegan a formar bien algunos órganos o los dientes.

Pero no había tiempo para nervios, Val tenía contracciones fuertes y cada vez más seguidas, pero le decían que tenía casi nada de dilatación.

-¿Y QUE PUTO MOMENTO VOY A TENER DILATACIÓN SUFICIENTE?- gritó llorando.

Me partía verla llorar por el dolor y no saber que hacer, ni siquiera entendía por el dolor que estaba pasando.

La enfermera le explicaba que depende de la persona el tiempo que se tarda en llegar a la dilatación correcta.

Tres horas pasaron y los médicos decidieron realizar una cesárea porque Val estaba a punto de desmayarse por el dolor y todavía no había signos de dilatación.

-Amor tengo miedo- me dijo llorando.

Ahí entendí que muchas veces uno tiene que fingir ser fuerte para fortalecer a las personas que ama.

-Todo va a estar bien ¿si?- yo tenía el mismo miedo que ella.
-¿Seguro?
-Si mí amor, te lo prometo.

Apenas minutos después se la estaban llevando al quirófano y yo me quedaba solo en la sala de espera empezando a llorar.

Tenía mucho miedo de que algo saliera mal.

Una hora después salió una enfermera y me llevó hasta la habitación en la que las habían dejado. Antes de entrar me puso una bata de tela, algo que cubriera mis zapatos, guantes, una especie de gorro que cubría mí cabeza y un barbijo. Entré y la vi a Val en la camilla con los ojos entrecerrados. Al lado de la camilla no había nada.

<¿Y la bebé?>

Me preocupé y me acerqué rápido a la pelirroja.

-Amor.

Ella me miró y sonrió cansada.

-Hasta tener un parto por cesárea es cansador.
-¿Y Cata?

Habíamos decidido llamar a nuestra hija Catalina. Catalina Martínez Scaloni.

-La llevaron a bañarla y hacerle algo como un control- suspiro -como es prematura tienen que hacerlo por las dudas.

Pude volver a respirar y me corrí el barbijo para besarla en los labios.

-Escucharla llorar por primera vez fue lo más lindo que me pasó en la vida.
-Vos y ella son lo más lindo que pasó en la mía.

Formar una familia no siempre estuvo en mis planes, pero cuando conocí a Valeria noté que la vida prepara planes para nosotros que no podemos ni imaginar. Y acá estoy ahora, siendo feliz con mí mujer y mí hija recién nacida. Disfrutando de todo lo que me preparo Dios o la vida para mí futuro.

Pero ésta historia no termina, el futuro es incierto, nunca se sabe cuando puedan volver a saber de nosotros.

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WOLAAAAAA

OTRO ESPECIAL

Los amo tanto. Son perfectos.

También me gusta intentar asustarlas, espero haberlo logrado.

Las quiero 💞

Mejor que seas vos (Dibu y Vos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora