12- Perfecta

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Emiliano Martinez
Podía notar que la prima de Val me miraba, ni escuché como se llama, estaba concentrado en lo bien que le queda el marrón a Val. En serio, siempre odié el marrón, hasta que la ví esa noche usando una minifalda marrón en esa fiesta, me gusta el marrón de sus ojos y también me gusta como combinan las tonalidades marrones con el color de su piel.
<Sos un poeta Emiliano, retirate del fútbol>
Sabía que la otra piba me miraba, y que hablaba de mí, y no voy a negarlo, me encantaba ver la cara de celos que ponía Val cuando su prima me miraba y le decía algo seguramente sobre mí.
En mi bolso, entré las ropa, los guantes, los botines y la botella de agua traje un chocolate, en la llamada que hicimos hace un rato la noté mal, según ella nada que ver, pero yo creo que había estado llorando. Y todavía tengo grabada en mi cabeza la sonrisa de nena chiquita que puso cuando le di un chocolate en mi auto el otro día. Quiero volver a verla sonreír así.
Cuando Scaloni dijo que descansemos 10 minutos ví que la prima de Val la obligaba a pararse y a llevarla donde estábamos todos. Estaba por sacar el chocolate y llevárselo, pero ví como Leandro se le acercó y le susurró algo. Puse atención a eso, la reacción de Val fue rara, parecía enojada, le negaba con la cabeza hasta que Lean se alejó. Otra vez iba a agarrar el chocolate de mi bolso, pero esta vez se le acercó Licha y pasó su brazo por los hombros de ella.
-¿Que buscas que no encontras?- me preguntó Tagliafico.
-¿Que?
-Tenes la mano adentro del bolso hace como 2 minutos boludo.
Solté el chocolate y agarré la botella de agua, la saqué y la destape.
-No encontraba la botella, pensé que no la había traído- me excusé.
Vi como Val con licha abrazandola por los hombros y la otra se acercaban, así que me acerqué a dónde estaban todos.
-¿Entonces vos sos de Mar del Plata?
La chica prima de Val me hablaba a mi, la miré bien por primera vez.
Era rubia, se notaba que su nariz estaba operada, usaba bastante maquillaje <¿Cómo todo eso no se derrite por el calor?> Era más alta que Val y se notaba que también era un poco mayor en edad.
-Si.
Sabía que Val me estaba mirando, también miraba a su prima, o mas bien la mataba con la mirada.
-Yo igual, tenemos mucho en común seguramente entonces- dijo sonriendo y a punto de poner su mano en mi brazo.
Alejé mi brazo de manera descarada para que no me toque y se que lo notó por como su sonrisa decayó.
-No creo, no viví toda mi vida ahí. Permiso- me fui a dónde estaban mis cosas para alejarme de ella.
Me giré y ví a Val mirándome y sonriendo. <Es perfecta> yo ya había ganado, aunque ella no me quiera y solo me tenga como su garche fijo, ya había ganado. Algo de mi le tenía que atraer para que vuelva a mi y me hable y trate como lo hace.
Suspiré y esperé a que todos vuelvan a la cancha, agarré el chocolate y empecé a acercarme a Val, antes planeaba dárselo en un momento en que estemos los dos solos, pero ahora quería hacerlo enfrente de su prima porque a la pobre Val se le notaba que estaba incómoda por su presencia.
Tomé el poquito valor que me faltaba y terminé de acercarme a ellas, estaban sentadas en el banco suplente. Por la sonrisa de la rubia al verme acercarme podría deducir que se pensó que iba a hablar con ella.
-Val, tomá- le extendí el chocolate y ella me miró extrañada.
No solía decirle Val enfrente de nadie más, así como ella no me decía Emi enfrente de los demás.
-En la llamada te escuché triste, y como la vez pasada te pusiste re feliz por el chocolate te traje otro.
Miré un poco de reojo y sabía que el kun estaba tratando de tapar la vista periférica de Scaloni para que no me vea <Sergio te amo>
Val me miró con esa sonrisa de nena y me volvió loco.
-Gracias Emi- dijo sin dejar de sonreír agarrando el chocolate.
-De nada- contuve el "linda" que quería decir al final de la oración.
Cuando me di vuelta para ir a mi puesto en el arco escuché a la prima decirle.
-¿Me compartis?
-Chupala, es mío- le respondió Val.
No pude evitar reírme, definitivamente a veces era como una nenita chiquita.

Valeria Scaloni
Siendo como es, Morena podría haber hecho la pregunta de "¿Me compartis?" Hablando del chocolate o de Emi, y yo no le iba a compartir de ninguno de los dos, los dos eran míos, o bueno, quería que Emi sea mío.
Capaz el me tiene como su garche fijo, y yo estoy re embolada entre Licha, Lean y el, pero Emi tiene algo que los otros no, Emi me vuelve loca. Completamente loca.
Lean era un enamoramiento que si se me da no me voy a negar, siempre quise tener algo con el.
Licha un amor pasado que terminó mal y se siente como si hubiera algo pendiente en nosotros.
Pero sin importar las veces que me haya dejado llevar por el cuerpo con Lean y Licha, nunca pasamos de los besos, nunca me sentí tan atraída a ellos como me siento por Emi, si no fuera por mi novio de cuando tenía 16 probablemente hubiese sido el quien se llevara mi virginidad. Había tenido relaciones con ese chico 2 veces, y nunca más deje que alguien me toque de esa manera, hasta esa noche. Apenas crucé miradas con el sentí como si un imán nos uniera.
Emiliano hacía que mi cordura desaparezca, hacía que el 100% de mi cuerpo y mente funcionen en torno a el, y eso me daba miedo.
Cuando el entrenamiento terminó quería ir a otro lado, no quería ir a mi casa y bancar a Morena. Y mi salvación fue Lisandro, que me invitó a ver una peli en su casa y yo dije que sí. Le pedí permiso a mi papá y le pedí que no le dijera a More donde estaba. El accedió y yo me fuí del predio con Licha.
Ya estábamos en su casa, el estaba preparando el mate y yo estaba sentada en la barra de la cocina esperándolo.
-Lichita, yo tengo una duda hace rato.
-Decime Len.
-Siendo realmente sincero ¿Vos por qué me dejaste? ¿De verdad fue por la distancia?
El me miró como si no se esperara esa pregunta ni en 100 años.
-Si te digo la verdad ¿No te enojas?
Sabía que si preguntaba eso era porque me iba a hacer enojar la respuesta, lo medité unos segundos.
-Si, no me enojo.
-Okey, pero vamos al sillón.
Fuimos al sillón, nos sentamos uno al lado del otro.
-Valeria, vos sos cómo muy... Cómo decirlo... Muy inmadura.
<Ya empezamos mal>
-Y hace dos años lo eras todavía más, yo estaba para alguien con más carácter, alguien que no sea tan una nena ¿Me entendés?- continúo.
Lo que decía me estaba empezando a doler.
-Te ponías mal por cara inseguridad física boluda que se te cruzaba por la cabeza, decías que estabas gorda todo el tiempo, te preocupabas mucho por cosas que nada que ver.
Lo decía tan libremente y sin una pizca de consideración que ya no sabía por cuánto mas iba a poder aguantar las ganas de llorar.
-Entiendo que tenías 20, pero hasta una piba de 17 era más madura que vos- se rió.
Su risa fue lo único que faltaba para que me pusiera a llorar, en silencio, simplemente lágrimas corriendo y mi cara seria.
-¿Viste? Seguís llorando por pavadas, si vos preguntaste- se inclinó para abrazarme y yo me paré de manera brusca.
-No me toques- dije en un susurro.
-Dale Len, vos me preguntaste.
-Te fuiste a la mierda Lisandro.
Salí corriendo de su departamento, me metí en el ascensor y salí del edificio llorando, ahora si dejaba escapar sonidos que provenían de mi llanto desconsolado.
Empecé a caminar, terminé en un banquito en una plaza, sentada llorando y con frío, porque por haber salido corriendo no agarré mi camperita, siquiera tenía mi teléfono encima. Hasta que sentí un brazo rodearme por la espalda. Sentí su perfume y no tuve que mirar para saber quién era.
-¿Estás bien?- sonada genuinamente preocupado.
-Tengo frío.
Se separó de mi y unos segundos después me cubrió con algo. Saqué mis manos de mi cara para mirarlo, tenía su ropa de entrenamiento y lo que me había puesto por encima de mi espalda era su camperita de la selección.
-Te va a dar frío a vos- le dije viendo que estaba en musculosa.
-Tengo calor, estaba corriendo- dijo y puso su mano en mi espalda haciendo caricias -¿Me querés contar?
-Vamos a tu casa y te cuento.

Mejor que seas vos (Dibu y Vos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora