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El dios de la naturaleza era alguien extremadamente fuerte. Horus no imaginó que pelear con él sería tan caótico; cada golpe que recibía era tan doloroso que podía sentir su propia energía bajar cada vez más rápido.
—No estoy aquí para pelear contigo. —el hijo que fue bendecido por el cielo se ayudaba de sus alas de halcón para poder huir de los ataques atribuidos por el dios de doradas iris—. Deja de perder el tiempo.
—Eres un tipo arrogante. —ya llevaba demasiado tiempo perdido por culpa de ese sujeto desconocido. A este paso, su padre se cansaría de todo esté show tonto—. Baja aquí y pelea como un guerrero.
—Eh venido solo a pelear contra el dios Seth. —sus alas era una herramienta muy efectiva para poder salir ileso de todos los ataques que Tarik le dirigía desde el suelo. No había caso de seguir intentando el cazarlo desde allí, era inútil. Debía pensar una manera más efectiva para hacerlo descender.
—Bien. Puedes pelear contra mi padre. —lo que dijo parecía haber sonado sincero, pero Horus dudaba en aterrizar aún—. Siempre y cuando tú me ganes en una pelea, aquí, en la tierra.
Seth soltó una carcajada sonora. Atrapó la atención del semidiós alado y la de su hijo menor.
—¡Tarik, mocoso! —grito entre risas— ¡¿Es esto un obsequio para tu padre?!, ¡Vamos, quiero que me entretengas un rato! —ordenó. Él verdaderamente parecía estar muy feliz— ¡No te atrevas el perder o yo mismo te mataré!
—¡Sí, padre! —por dentro se sentía emocionado. Si ganaba este duelo propuesto por sí mismo sin duda alguna el generaría una enorme alegría a su progenitor. Por otro lado, estaría deshaciendose de un molesto pajarraco arrogante— ¿Qué dices, chico?, ¿Quieres enfrentarte a mi padre? Bien, puedes hacerlo ¡Pero primero tienes que pasar por encima de mí para llegar a él!
—De acuerdo. —Horus aterrizó sobre la tierra y lo hizo alzando el polvo del desierto. Tarik no apartó la mirada aún por haber sido atacado por las piedritas de la arena que se alzó—. Entonces me enfrentaré a ti primero.
—Vamos a poner unas cuantas reglas. —el de nemes de halcón demostró una expresión confundida, pero asintió a lo determinado por el de nemes de león—. Prohibido usar alas. —determinó. Horus creyó que esto era una trampa que solo beneficiaria al contrario. Después de todo, sus mejores tácticas en combate eran posibles de usar en el aire—. Toma una espada. —señaló donde las armas de combate se encontraban dispersas para poder usar—. Pelea como un guerrero.
—Pelearé bajo tus conceptos de lo que es ser un guerrero. —las alas desaparecieron detrás de su espalda. Se encaminó a tomar un arma y lo que eligió fue una espada—. Decide tu quién iniciará.
—Ya que eres tú quien parece estar en claras desventajas —su tonó de burla era un poco cómico para el dios de la guerra que apreciaba todo desde lo alto— inicia con el primer golpe.
