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El primer día había llegado finalmente. Muchos de los dioses de la Eneada se hicieron presentes en el templo de Luxor, cercano al Río Nilo, perteneciente a Osiris durante su tiempo de reinado. Un templo que se estaba viniendo a bajo por falta de mantenimiento.
Maat, quién sería la jueza que daría el veredicto de ganardor en las tres competiciones, decidió subir a lo alto de un palco del templo para alzar la voz y ser oída al mismo tiempo que ser vista por todos los presentes en el lugar.
—Las pruebas que darán a conocer al próximo rey de Egipto inician ahora mismo.— comunicó la diosa de la pluma de avestruz mientras los ojos de todos estaban en ella —El total de pruebas será de tres. El joven Dios que logré ganar más de dos de ellas quedará como ganador y su reinado en Egipto estará asegurado.
Ambos medios hermanos estaban lado a lado en el centro del templo oyendo a la diosa de la justicia con atención. Desde la mañana en la que llegaron no compartieron palabra alguna y es que no había motivo para hacerlo. Su único objetivo allí era el destruirse uno al otro.
—Los eventos han sido seleccionado luego de un debate entre los máximos.— entre esos máximos hasta se halló Osiris presente y él influenció demasiado en aquella decisión con el único objetivo de brindarle demasiadas oportunidades a su hijo más amado. Era una lástima que él no halla podido estar presente en la competencia. Le hubiera encantado ver en primera persona lo talentoso que podía llegar a ser su hijo —Por lo tanto, el primer evento que ustedes van a realizar será...contener la respiración debajo del agua.
Hasta la misma Maat halló algo extraño, pero la decisión había sido tomada y aceptada por más de cien dioses en aquel debate.
—¡¿Qué?!— Isis renegó al respecto. Por su parte, Seth guardó calma. Todo estaba a favor de su hijo, él sabía que Tarik era capaz de estar bajo el agua por demasiado tiempo.
—¡¿A quién se le ocurrió un evento tan aburrido?!— renegó una de las diosas presentes.
—¡Suena divertido!— comentó Ra entre los muchos otros comentarios negativos siendo la única positiva en aquel lugar.
Repentinamente el temblor debajo de los pies de Horus lo alertó. Las raíces de los árboles de alrededor se unieron entre ellos dando forma a una raíz enorme camuflada por la arena del desierto que se alzaba junto a ellas. Tarik utilizó esto como forma de elevarse y apresurarse en ir directo al Nilo.
—¡Date prisa, pajarraco!— gritó al menor —¡El Río Nilo se encuentra por aquella dirección!— su tono de burla está tan molesto —¡Si te apresuras tal vez puedas ganarme, aunque dudo mucho que logres hacerlo!— ambos hermanos empezaron entonces a tener una carrera hacía el Nilo siendo ambos capaces de haber llegado al mismo tiempo.
—¡Ahoga a ese maldito bastardo, hijo!— el pedido se Seth ocasionó las risas incontrolables de Ra. Por su parte, Isis le miró con demasiada ira de igual manera que lo hizo Hathor.
