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No podía dormir, ¿cómo hacerlo en esté lugar horrendo?, Tarik sentía que cada vez estaba cayendo más en la locura y eso que solo ha llevado tres días en esté infierno soportando...
──¡Hijo!, ¡buenos días!
...eso.
Osiris parece que ha decidido tomarse el papel de "padre" muy en serio, pero aún el joven dios no halla explicación al motivo del porqué esté tipo venía todas las mañanas a saludarlo. ¿Quería probar algo quizás?, o ¿solo era un tipo enfermo de la cabeza que quería hacer pasar este secuestro por un tiempo de padre eh hijo normal? Él cree más en la segunda teoría, la ve más razonable. El Duat es un maldito infierno silencioso y cubierto de una negrura grande que impedía que siquiera la luz de Ra se viera. Cualquiera caería en la locura viviendo aquí y hay que tener en cuenta que esté tipo vivió milenios en esté lugar.
──¿Dormiste bien? ──preguntó de mientras colocaba su mano encima de su cabeza. Tarik deseaba apartarlo de un empujón, pero no podría darse ese lujo —aún— de alejarlo, primero tenía que ganarse su confianza para poder hallar la salida de aquí.
──Es difícil dormir aquí si constantemente oigo los alaridos de las almas que castigas. ──decidió que también le seguiría la corriente a Osiris y trataría de actuar como él —más o menos— quiere que actúe. Un hijo como cualquier otro, que se deja mimar por lo menos por su padre y oye todo lo que le dice.
──Vas a tener que disculparme, es el trabajo de tu padre después de todo. ──parecía sentirse orgulloso de exponer ante él sus deberes aquí en esté reino. Durante tres días, Osiris no hizo más nada que hablar de sus tareas. Contar anécdotas eh historias vividas aquí —y debe de aceptar que algunas fueron increíbles—, pero llega un punto en el que Tarik se cansa de solo oírlo parlotear de él y de nadie más que de él──. En el futuro, todo esto será tuyo. También tendrás que castigar a las almas pecadoras.
──¿Y vivir como un idiota mientras me siento en un trono a escribir sin parar en papiros cosas aburridas? ──preguntó sarcásticamente──. Prefiero al reino de los vivos, no el de los muertos. ──reclamó. Osiris suspiró en cansancio.
──Ya hablamos de esto el primer día en el que llegaste aquí. El reino de los vivos le pertenece a tu hermano Horus, mientras que el reino de los muertos es completamente tuyo, Tarik. ──explicó mientras el rey tomaba asiento a un lado de la cama, acariciando la mejilla del moreno con cariño──. No hay mucha diferencia entre ellos, también hubieras escrito cosas aburridas en papiros allá.
──¡Pero aquí no hay reinos que conquistar! ──reclamó una vez más. Osiris pensó que su hijo era adorable —de cierta forma— pues le hacía recordar vagamente a su querido Seth. Él también tenía un deseo incontrolable por propagar el caos en todos lados. Es algo que Tarik heredó de él —y le genera algo de nervios también— pues el Duat no es un reino como cualquier otro, aquí solo existe un reino, uno solo y es esté──. ¡¿Quieres que gobierne un miserable territorio cómo esté?!, ¡fuiste más generoso con Horus que conmigo!
