Al tener todo preparado, yo me encargaba de poner la mesa. Para mí era rememorar a la abuela, ya que ella fue quien me enseñó a ponerlo. Aún recuerdo las broncas que me echaba cuando ponía el cuchillo en el lado equivocado. Una vez puesta, nos sentábamos todos a la mesa y dábamos gracias por los alimentos.
- Bueno chicos, ¿qué tal la subida?- preguntó mamá.
-Bien- contestó Marco- Como siempre, una respuesta corta y desganada. Papá decía que la adolescencia era dura, y nunca le faltó razón.
-Yo me he mareado- dije.
-¿Otra vez? Pues mira que he conducido despacio- mencionó papá con un tono algo sarcástico.
Como odiaba cuando papá empleaba ese tono. Parecía que todo el mundo a su lado le molestaba; excepto mamá. Ella sabía apaciguarle, como si tuviera poderes sobre él. Se complementaban mutuamente, mamá le calmaba y él la hacía sentir una reina. Un amor único y a veces envidiando por otras personas. Por eso éramos tan reservados, cuanto menos sabía la gente de ti, menos críticas te llevabas. El arte de la vida estaba en hablar lo menos posible de ti.
La comida que había preparado mamá estaba deliciosa. Las verduras al horno era un plato que me encantaba, pero lo mejor era el postre, natillas de chocolate. Mientras terminábamos, Marco era el primero en levantarse de la mesa para seguir con el móvil. Yo consideraba que tenía un problema importante de adicción pero nadie le daba importancia a transformarse en un zombi. Marco tenía 15 años, pero la madurez de un niño pequeño. Apenas sabía de su vida, notaba que sus amigos eran más familia suya que nosotros. Tampoco le dábamos importancia, eran los efectos secundarios de la adolescencia. Aunque yo solo tenía 12 años, me había prometido no ser tan idiota como Marco. Yo era una niña especial como decía mamá. Mis gustos y objetivos eran tan claros en la vida que la gente quedaba sorprendida.
La tarde iba pasando, no había mucho que hacer en las montañas. Lo que más hacíamos era ver películas , y de vez en cuando, salir a dar una vuelta cerca del río. En invierno lo que más apetecía era estar al lado de la chimenea, por lo que el río quedaba algo alejado de nuestros planes. Adoraba aquellas tardes en la mágica cabaña. Planes escasos pero espléndidos.
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La cabaña
Mystery / ThrillerLa familia Pérez viaja por Navidad cada año a la pequeña cabaña situada en unas montañas alejada de toda civilización. Todo cambia tras aquel desgarrador grito. ¿Por qué Isabel no está allí?, ¿por qué todo el mundo olvidó el caso?, ¿qué fue de aque...