Curvas por doquier

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El viaje iba a durar un par de horas, no estaban acostumbrados a este tipo de casos, alejados de toda la multitud. Lo más corriente era alguna pareja con un final no muy feliz, con muchos celos de por medio, o una venganza entre bandas de adolescentes que piensan que la calle es algo divertido.

- Oye Manu, no quiero sonar sentimental ni mucho menos desesperado, pero es una mierda que a estas alturas siga siendo yo el novato. Voy a resolver esto aunque me lleve la vida, es nuestra única oportunidad, y no quiero cagarla.

- Vamos, no olvides que somos un equipo - corrigió Manu a su compañero - parece un caso difícil, pero ya sabes que no hay que dudar de nuestras capacidades.

Se notaba que Enzo estaba preocupado por el caso, resolverlo sería un pase a dejar de ser llamado "novato". Era un apodo que le causaba molestia, él mismo sabía que tenía una capacidad deductiva asombrosa. Solo llevaba un año en ese departamento. Fue recomendado por un superior, y cuando le escogieron para investigar un caso de asesinato, no se lo podía creer. Se lo tomó muy enserio y fue clave para resolverlo, no obstante, no fue suficiente para evitar aquella palabra tan fastidiosa. Su cara de jovencito y su cuerpo tan flaco daban aspecto de chaval que acababa de empezar la carrera, otro motivo por el que recibía ese mote. Enzo tenía muy buen corazón, la empatía que le caracterizaba a veces era dolorosa para él. Iba más allá de ponerse en la piel de los familiares afectados. Él sufría con cada caso como si se tratase de algo personal. Nunca daba algo por perdido, su buena actitud le acompaña casi siempre.

- Oye Manu, ¿te parece bien que repasemos el caso?- preguntó Enzo.

- Me parece buena idea- contestó su compañero.

- Óscar Pérez y Marta Sainz, padres de dos hijos de quince y doce años. El día de Nochebuena suben a una cabaña a una media hora de su casa. La señora Carolina Sainz, hermana de la madre, llama a las 12:30 am del día 28 alterada a la policía alegando que su hermana no contesta al teléfono. La policía va a la cabaña y derriban la puerta dado que nadie abre. Tres cuerpos sin vida y ni rastro de la niña.

-Continua con los posibles sospechosos, acabo de desayunar, y ya he visto las imágenes de los cuerpos- señaló Manu.

- Los padres tenían trabajos nobles, ni malas amistades ni problemas con gente, no obstante, no guardaban mucha relación con sus vecinos. Cuando les interrogaron, sólo dijeron que se alegraban de que no volvieran. También tomaron declaraciones a unos pueblerinos cercanos a su cabaña, pero no encontraron nada.

- Y como siempre, el caso se fue omitiendo hasta dejarlo en el olvido. Pobre familia, buenas personas que acabaron de esa manera. Que asco de mundo- aseguró Manu levantando las cejas con una expresión de fastidio.

- En cuanto a la hija...- prosiguió Enzo- se la buscó por los alrededores, al principio se tenía la teoría de que solo querían raptar a la niña, pero alguno de los restantes se despertó y acabaron matándolos. Han pasado seis años, por lo que Isabel ahora tendría 18 años.

-Esta bien, suficiente repaso, en un rato llegaremos a nuestro destino.

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