¡Escúchame! ✦ ziam!

17. Nattergal.

Nattergal — Gabrielle.

Pongan la canción cuando Zayn lo haga, si gustan.

Este capítulo tiene más de 1800 palabras así que es más largo de lo normal, para que sepan!

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17. Narradora:

Zayn se sentía más molesto que cuando Liam se sentó por primera vez en su mesa y le quitó su audífono, se sentía más molesto que cuando se le apagó su móvil y Liam se rió de él, se sentía más molesto que cuando Sebastián le escondió sus audífonos, aunque sintió una leve satisfacción cuando le rompió el meñique.

Tal vez debería romperle el meñique a Liam por quitarle y llevarse su móvil... le rompería más que el meñique.

Era sábado, esperaba que Liam llegara pronto por su maldita salida, pero lo que menos quería hacer era salir con Liam después de lo que hizo, solo quería su amado celular y encerrarse en su habitación.

Para alegría de Zayn justo en ese momento sonó el timbre de su casa, y mentiría si dijera que el azabache fue caminando, un poco más y caería sobre la puerta, pero se detuvo centímetros antes.

La abrió con rudeza mostrando detrás de esta un Liam sonriente y vivaz.

Para sorpresa de Zayn, su enojo se había desvanecido totalmente, desapareció y ensanchó una sonrisa.

— ¿Vamos? —preguntó Liam con inocencia y balanceándose sobre sus pies.

Y entonces Zayn volvió de su ensoñanción—. ¡No!, dame mi móvil —su tono de voz era exagerado o más bien fingido, porque mágicamente con tan solo ver a Liam el enojo se había ido.

— Te lo daré, pero tal vez si te lo doy ahora... me cerrarás la puerta en la cara —Zayn no había pensado en eso, pero era una idea buenísima.

— No te cerraré la puerta, Li —dijo acercándose a él y acariciando su rostro, a Zayn algunas veces le parecían extrañas sus propias actitudes hacia Liam.

Al castaño se le formó un rubor notorio en su rostro blanquecino.

Zayn cerró la puerta con una de sus manos sin dejar de acariciar el pulido rostro de su amigo.

— Ahora dame el móvil —pronunció ahora serio Zayn recobrando la postura molesta fingida.

Liam rió por ello, él sabía que por dentro Zayn era un blandito lleno de amor.

— Vale, pero tengo algo más que decirte —dijo riendo leve y extendiéndole el móvil—, borré tus canciones y te dejé con una sola...

— ¿Qué? —fue lo único que pudo pronunciar el contrario.

Zayn dio un paso hacia enfrente amenazante, ahora no era un enojo fingido, en verdad estaba muy molesto.

— Okey, okey, era broma Zayn —dijo Liam poniendo las manos en los hombros del ojimiel, alejándolo—. Las pasé a una carpeta en mi portátil, eran demasiadas, me llevó mucho tiempo... —divagó el pelinegro.

— Eso no lo mejora, Liam —pero ahora estaba menos molesto—  ¿Para qué?

— A eso quería llegar —Liam chasqueó sus dedos señalándolo, pero a Zayn no le hizo gracia aquel acto—. Bien, prosigo, parece que quieres romperme el brazo. Te dejé con una canción porque quiero que la escuches en todo el día que pasarás conmigo, no te quitarás los audífonos para nada, ni siquiera para escucharme.