Hongjoong estaba ilusionandose del chico nuevo del colegio, catalogado como un heterosexual más. Él era un poco diferente por lo que llamaba su atención.
Un reto de la persona que más lo había lastimado le haría tratar de conquistarlo.
Lograría su o...
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Hace un año...
— Entonces, si vas a besarme? — Juyeon se acercaba cada vez más a mi. Era un chico encantador, me había enamorado de su forma de ser, la amabilidad e inteligencia que portaba era realmente única. Encima era muy hermoso.
— Si es lo que quieres — terminábamos uniendo nuestros labios dentro de los baños del gimnasio. La sensación era única, cada vez íbamos subiendo el tono del beso dando algunos toques por aquí y allá.
Todo era fabuloso hasta que alguien -Mingi- entró a estos baños y nos miraba con asco y decepción.
La decepción era porque Juyeon era uno de sus mejores amigos y al parecer no sabía acerca de sus preferencias.
...
Después de eso los rumores horribles sobre mi persona comenzaron. Cada que atravesaba la puerta del colegio comenzaban a susurrar en sus oídos y reírse como si estuviesen viendo un payaso, había veces en las cuales me sentía ridículo y tenía muchas ganas de salir corriendo pero lo que me mantuvo de pie fueron mis amigos.
Gaeul siempre estuvo para mí, siempre me cuidó y me brindó amor, me hizo sentir seguro de mi mismo. Al igual que los demás. Siempre les agradecía por haberme mantenido cuerdo.
Después de los rumores siguieron los acosos, algunos del equipo de deportes solían quererse propasar conmigo. La madre de Juyeon me comenzó hacer la vida imposible y siempre decía comentarios muy horribles en clases, dejándome en vergüenza frente a todos.
Hasta que llegó el día...
El gran día de mi sufrimiento, por el cual comencé a temer y odiar el contacto físico, por el cual odio fijarme en alguien o si quiera mantener una relación. El día en que me hicieron la persona más desgraciada del mundo.
Era un viernes por la tarde y la madre de Juyeon -mi profesora- me hizo quedarme horas extras ayudándole a calificar como castigo por no haber respondido una pregunta. Ya se hacía cada vez más tarde y ya tenía que volver a casa pero no me permitía y se mostraba muy enojada hasta que vio su reloj y sonrió.
"Ya es hora" decía con una cara de maniaca mientras abría la puerta y algunos chicos con bates y herramientas acompañados de dos chicas entraban. Pude ver que fuera de la puerta estaba Juyeon viendo a su madre un tanto preocupado pero asintiendo a lo que iba hacer.
— ¿Qué están haciendo? — miraba con confusión como todos se acercaban a mi y me agarraban de los hombros — ¡Quitense! ¿¡Están locos!?
— Hoy te harás un hombre de verdad y si no — un chico hacía señas de golpes — terminarás tan golpeado que tendrás que ir al hospital
