Hongjoong estaba ilusionandose del chico nuevo del colegio, catalogado como un heterosexual más. Él era un poco diferente por lo que llamaba su atención.
Un reto de la persona que más lo había lastimado le haría tratar de conquistarlo.
Lograría su o...
Llegué a casa con todas las telas acompañado de Yunho quién cargaba unas cuantas más. San tenía que volver a casa así que se había ido, según él iba arreglar las cosas con Wooyoung.
Mi padre todavía no llegaba de su trabajo así que todo estaba bien y mi hermana siempre se quedaba en la casa de una amiga porque odiaba esta casa. Odiaba el olor a canela que mi papá ponía para recordar a mamá y odiaba la soledad que se sentía.
A comparación de mí que amaba el olor a canela y la soledad que se sentía, prefería eso a estar con un papá que siempre me decía cosas hirientes.
Entraba a mi cuarto con Yunho dejando todas las telas en el piso — Bien, en que más tengo que ayudarte? — decía dando una respiración cansada
— En muchas cosas — le hacía un puchero y él sonreía
— Yo también debo hacer el escenario, como se supone que me quede ayudándote — cruzaba sus brazos
— Si tú me ayudas, yo te ayudo — le estiraba mi mano — Es un trato?
— Bien — me agarraba la mano
— Te quedas a dormir aquí? — le preguntaba aun sabiendo su respuesta
— Sabes que sí, esto no lo vamos a terminar en 30 minutos — se sentaba en el filo de mi cama — Aunque tu papá es un poco duro con los comentarios pero mi familia es peor
— Bueno cada que vienen es así — me sentaba en mi escritorio prendiendo mi computadora — Lo siento por esos comentarios y la buena suerte es que tenemos baños en cada habitación porque no saldremos de aquí para evitar eso
— Sería más bonito convivir con ellos, verdad? — se acostaba en mi cama viendo la parte de arriba que estaba con un montón de estrellas que se encendían en la oscuridad
— Si pero la vida no es tan fácil — entraba a mis mensajes personales — No puede ser! — gritaba un como exaltado al ver mi computadora
Yunho se paraba asustado viéndome
— ¿Qué pasó?
— Seonghwa me mandó como diez mensajes — me mordía las uñas — Qué hago?
— Hablas con él? — mi amigo me miraba sorprendido
— Es una larga historia. No creas que no me he sentido mal por esa tonta de Gaeul
— No estas haciendo nada malo — Yunho se relajaba y se quedaba pensando — O si? — me agarraba de los hombros haciéndome girar con la silla
— Claro que no. Ni si quiera hablamos tanto, solo es por esa estúpida lista
— Que horrible — me soltaba — A mi me asignaron ayudar a los del club de fútbol porque después de los festivales se vienen las fechas para los partidos contra nuestro colegio rival y me ha tocado limpiar todo lo de esos asquerosos — arrugaba su cara como recordando todo
