𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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— Capítulo uno: El fin de una historia y el principio de otra —leyó con suavidad, sus ojos azules como el cielo leyeron las primeras líneas antes de leerlas en voz alta para todo el mundo—

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Capítulo uno: El fin de una historia y el principio de otra —leyó con suavidad, sus ojos azules como el cielo leyeron las primeras líneas antes de leerlas en voz alta para todo el mundo—. Esta historia comienza el 25 de diciembre de 1979, con el nacimiento de unos gemelos un tanto particulares.

Cómo era de esperarse, en el día de Navidad todo el mundo sonreía mientras felicitaba a quienes veían, los niños corrían por los pasillos jugando entre sí mientras eran vigilados por sus padres y los enfermeros a cargo. El ala de pediatría del hospital sin duda era el más alegre en este día, en el que solo se oían las risas de los niños y los adultos.

— Siempre regalan dulces a los niños —comentaron felices algunos que tuvieron que pasar por el hospital en Navidad, la mayoría del ala siempre irradiaba alegría.

Lejos de ese mundo lleno de felicidad —continuó narrando la señorita Evans—, en un ala alejada, para no sobresaltar a los más pequeños con los gritos, se encontraba el de obstetricia y ginecología. Era un sector más silencioso en comparación al otro, en el que la soledad de la noche se hacía más presente al no tener tantos niños revoloteando alrededor. En una de las habitaciones se podían oír los gritos de una mujer y sus doctores. La mujer se encontraba dando a luz.

— ¡Solo un poco más! ¡Ya puedo ver su cabecita! —alentó a la mujer consiguiendo que pujara una vez más.

El bebé salió de su madre y no mucho después se pudo oír su llanto. Alto y fuerte.

— ¡Hay otro! —avisó la doctora entregando el recién nacido a una de las enfermeras al avistar la cabeza de otro bebé en el útero de la madre.

Muchas mujeres en el lugar se mostraron encantadas ante la sorpresa de otro bebé en vez de solo uno, era bien sabido que las brujas habían desarrollado complicaciones en el parto a lo largo del tiempo. Tanto que hasta concebir un bebé era difícil, por no hablar de dos.

Claro que había mujeres a las que estas complicaciones no las afectaba en lo más mínimo, como era el caso de Molly Weasley, para desagrado de muchos, pues ella no seguía las tradiciones mágicas y lograba convencer a su esposo de que las dejase de lado haciendo que la casa Weasley fuera en declive.

¿Por qué ellos no eran recompensados por seguir las tradiciones pero alguien que no las seguía si era recompensada?

— ¡La puta madre! —maldijo la mujer mientras pujaba una vez más, no se suponía que pasara esto.

— Son unos bebés muy sanos, un niño y una niña —informó la doctora cuando todo terminó minutos después—. Felicidades, parece ser un milagro navideño —comentó con una sonrisa ante la bebé inesperada.

— Envíenlos a un centro de adopción, no me los acerquen —pidió al ver las intenciones de la enfermera de traerle a los recién nacidos—. No los quiero cerca de mí.

𝐀𝐋𝐄𝐗𝐈𝐓𝐈𝐌𝐈𝐀 || 𝐓𝐎𝐌 𝐑𝐈𝐃𝐃𝐋𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora