𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟗

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— Yo quisiera leer ahora —pidió Lily Evans esperando a que Pandora le pasara el libro para poder leerlo—

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— Yo quisiera leer ahora —pidió Lily Evans esperando a que Pandora le pasara el libro para poder leerlo—. Capítulo dieciséis: Norberto, el ridgeback noruego.

— ¿Un dragón? —cuestionó Lord Nott con una ceja alzada ya esperando lo peor al saber que en ese futuro Dumbledore era quien estaba moviendo los hilos, que era la figura al mando desde las sombras.

— No es tan malo —tranquilizó Draco mientras Hadrian bufaba—. Eh, que fuerais unos idiotas no es mi problema. Nadie os pidió meteros.

— Day tiene razón —asintieron Deimos y Adhara al mismo tiempo mientras sonreían con burla al trío de oro que bufaba indignado mientras se recostaban con fingido enfado y las mejillas sonrojadas.

Sin embargo, Quirrell debía de ser más valiente de lo que habían pensado. En las semanas que siguieron se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, pero no parecía que su voluntad hubiera cedido.

Cada vez que pasaban por el pasillo del tercer piso, Harry, Ron y Hermione apoyaban las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estaba gruñendo, allí dentro. Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significaba que la Piedra estaba a salvo. Cada vez que Harry se cruzaba con Quirrell, le dirigía una sonrisa para darle ánimo, y Ron les decía a todos que no se rieran del tartamudeo del profesor.

— Con razón comenzaron a ser tan amables —murmuró Lord Slytherin riendo por lo bajo mientras una sonrisa divertida surcaba los labios.

 — Bueno, no les llegó un mensaje divino diciendo que eras el próximo Mesías —respondió Adhara de la misma forma.

Hermione, sin embargo, tenía en su mente otras cosas, además de la Piedra Filosofal. Había comenzado a hacer horarios para repasar y a subrayar con diferentes colores sus apuntes. A Harry y Ron eso no les habría importado, pero los fastidiaba todo el tiempo para que hicieran lo mismo.

— Hermione, faltan siglos para los exámenes.

— Diez semanas —replicó Hermione—. Eso no son siglos, es un segundo para Nicolás Flamel.

— Pero nosotros, los mortales normales, no vivimos por varios siglos —se quejaron Sirius y James al mismo tiempo mientras Remus suspiraba, siempre eran así cuando se acercaba la época de los exámenes.

A veces consideraba un milagro que aprobaran las materias con lo vagos y despreocupados que podían llegar a ser.

— Pero nosotros no tenemos seiscientos años —le recordó Ron—. De todos modos, ¿para qué repasas si ya te lo sabes todo?

— ¿Que para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que pasar estos exámenes para entrar en segundo año? Son muy importantes, tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no sé lo que me pasó…

𝐀𝐋𝐄𝐗𝐈𝐓𝐈𝐌𝐈𝐀 || 𝐓𝐎𝐌 𝐑𝐈𝐃𝐃𝐋𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora