𝑱𝒖𝒏 𝑱𝒊𝒏𝒂 es residente de Medicina en un prestigioso hospital de Seúl. Y también es asistente del apuesto doctor 𝑱𝒖𝒏𝒈 𝑯𝒐𝒔𝒆𝒐𝒌, el cual la hace suspirar.
𝑯𝒐𝒔𝒆𝒐𝒌 es el hombre que cualquier mujer quiere, guapo, amable y cariñoso...
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Jina...
—¿Qué es lo que quieres saber?
Me paralizo al escuchar esa voz familiar. No puedo ser. Me doy la vuelta hacia dónde provino la voz.
Mi padre está sentado en un sillón desgastado de la oficina de Jeon. A simple vista parece estar tranquilo, incluso relajado, pero su rostro dice todo lo contrario. Parece estar disgustado.
—Es lo mismo que quiero saber ¿que estás haciendo aquí Jina?
Me quedo en silencio buscando una buena excusa o mentira, para poder justificar por qué me encontró en la oficina de un detective privado. Pero antes que tan siquiera pueda contemplar una buena mentira, esta queda completamente descartada, cuando mi padre vuelve a hablar.
—Ni se te ocurra mentirme, ya que me enteraré de la verdad de cualquier manera.
Mierda.
Lo que dice es cierto, es cuestión de tiempo de que él descubra lo que estoy buscando, si no es, que ya lo sabe.
—Te hice una pregunta.
—Yo..yo—tomo una respiración profunda tratando de tranquilizarme y tomar valor para decirlo.
No se como decirle que es lo que estoy buscando, ya que la muerte de mi madre es un tema tabú en la familia. Nadie menciona o dice nada respecto a ella. Hace unos años atrás, le dije a mi abuelo que podía haber la posibilidad de que mi madre no se hubiera suicido, qué tal vez había sido un accidente, pero este reacciono de mala manera. Jamás había visto a mi abuelo tan fuera de sí.
Me dejó claro que mi madre no estaba bien mentalmente y que por eso se había tirado de las escaleras. Aunque yo sabia que eso no fue lo que realmente paso, lo deje estar. Pero cada día mi conciencia me carcomía con el hecho qué tal vez yo se la única persona que sepa lo que realmente pasó esa noche. Y qué no hacer nada, es cobarde de mi parte. Con eso pensamientos en mente, tomo le valor para decirle a mi padre que es lo que estoy buscando.
—Quiero saber que realmente paso con mamá—los ojos de mi padre se entre cierra.
—Ella murió—dice con frialdad.
La manera tan apática en la que lo dice, hace que algo en mi pecho se aprieta.
