𝑱𝒖𝒏 𝑱𝒊𝒏𝒂 es residente de Medicina en un prestigioso hospital de Seúl. Y también es asistente del apuesto doctor 𝑱𝒖𝒏𝒈 𝑯𝒐𝒔𝒆𝒐𝒌, el cual la hace suspirar.
𝑯𝒐𝒔𝒆𝒐𝒌 es el hombre que cualquier mujer quiere, guapo, amable y cariñoso...
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Jina...
Me dirijo hacia el consultorio del doctor Jung, ya que hoy tenemos la cirugía de la señora Sagong. Maniobró para tomar la taza de café en la misma mano que tengo los informes médicos, para poder tocar la puerta con la mano libre.
—Oye, déjame ayudarte—me detengo cuando escucho esa voz.
Wang Sook está a mi lado tratando de tomar la taza, pero no la suelo.
—Hola Jina— saluda con una dulce sonrisa que no puedo devolverle.
—Hola— digo tratando de sonar lo más amable posible.
—¿Es de Hoseok? —señala la taza y asiento.
—Puedes dármela, yo se la llevo.
Se la entregó, teniendo la tentación de derramarlo en su precioso vestido, y arruinarlo. Casi de inmediato saco esos pensamientos de mi cabeza.
¿Alguna vez has odiado a alguien que no te ha hecho nada?
Es horrible. Ya que tu odio no tiene motivo, y es posible que termines sintiéndote culpable.
Sook es la novia de Hoseok y la odio por ello. Y si, se que sueno como una perra, pero no puedo evitar odiarla, aunque ella nunca a dado motivos para que yo lo haga, es la persona más dulces y amable, además de ser hermosa; es pequeña y delicada de una manera adorable, es perfecta para Hoseok. Y es por todo ello que la odio, porque ella lo tiene y yo no.
"Oye, no me juzgues. Es lo que haces esa cosa que se llama amor. Te puede convertir en la mejor persona, pero también en alguien horrible".
—¿Sook qué haces aquí? —la voz de Hoseok se escucha detrás de mí.
Las mejillas de Sook se sonrojan, y me vuelvo para mirar a Hoseok. Su rostro está completamente serio mientras mira fijamente a su novia.
—¿Podemos hablar? —pide y la mandíbula de Hoseok se tensa visiblemente.
Parece enojado, algo que no es común en él, ya que siempre es lo más dulce cuando se trata de Sook.
—Sook este es mi trabajo, tengo cosas que hacer—su tono hacia ella es distante.
—No tomará mucho tiempo.
—Sook...
—Po...por favor— su voz suena quebradiza y Hoseok parece rendirse.
