♡ CAP. 10 ♡

737 65 14
                                    

Era Lunes y tal cómo se había planeado, Joaquín se encontraba sentado en la sala de su casa, inquieto mientras su padre le preguntaba si el tal "Emilio" ya iba a llegar.

El alfa rizado se encontraba en los asientos traseros del auto de su padre, quién iba manejando, estando sumamente nervioso por dos cosas: la primera y la más importante era porque tenía que hablar con el padre de Joaquín, pues le daba un poco (mucho) de miedo hablar con un alfa mayor; y la segunda era por la conversación que tuvo con el omega el día sábado, pues no supo de dónde sacó la valentía de pedirle una foto sólo por estar caliente, le iba a pedir disculpas por eso.

Le había avisado a Joaquín que en menos de 5 minutos estaría tocando su puerta.

Y dicho y hecho, 5 minutos después sonó el timbre en la casa de Joaquín.

Su omega interior se removió emocionado al oler el aroma de su alfa, haciéndolo lucir ansioso mientras se dirigía a abrir la puerta.

Y ahí estaban aquellos ojos café observándolos y atrás un señor con sumo parecido, el cuál debía ser el padre de Emilio.

— Hola, Emilio .— Joaquín saludó, sonriendo inconscientemente.

— Hola, J-joaquín. — Dijo de igual manera el rizado.

El omega rió, era obvio que su alfa estaba nervioso.

— S-señor Bondoni, un gusto. Lamento no...haberlo saludado aquel día. — Se disculpó una vez notó al padre del omega.

— No hay problema, es bueno conocer al... amigo de mi hijo.— Dijo indiferente.

Joaquín quiso reír, su padre estaba actuando serio para darle más nervios al alfa menor.

— Buenos días, soy Juan Osorio, padre de Emilio. — se presentó el alfa detrás de él.

— Un placer, Uberto Bondoni. — ambos estrecharon sus manos.

— Eh... quería preguntar, ¿Joaquín puede irse saliendo de la escuela a mi casa? Prometo traerlo a su casa a la hora que usted diga...— Preguntó, tragándose su nerviosismo.

— Oh, sí, sí puede. ¿Qué harán exactamente?

— P-pues...— el rizado pensó que definitivamente no era una buena idea decirle que quería abrazarlo hasta llenarlo de su aroma y besarlo el tiempo que fuera necesario.

Espera, ¿qué?

Vamos a hacer tarea juntos y jugar videojuegos, papá.— Joaquín intervino al verlo sin saber que decir.

— Bien, tienes hasta las 8 para estar en casa. — Concluyó.

— No se preocupe, señor Bondoni, su hijo estará bien con mi muchacho.— Dijo el alfa mayor.

— Confío en Emilio, entonces.

Y con ese voto de confianza fué que el alfa menor abrió la puerta del auto para que el omega entrara en él.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Reason // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora