♡ CAP. 41 ♡

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— ¿Qué es ésto?

— Mierda. — Su madre cubrió su boca con ambas manos.

Si las miradas mataran, Emilio ya estaría muerto con la mirada que el señor Bondoni le dedicó. Inclusive tuvo que pasar saliva.

— Están bromeando. — Declaró el alfa mayor.

Joaquín descubrió su abdomen. La redondez de éste y la forma de su ombligo delataba su estado.

— ¡¿En dónde guardaste esa panza todo éste tiempo, Joaquín Bondoni?! — Preguntó su madre, exaltada.

El omega se cubrió, encogiéndose y apretando la mano de Emilio.

— Emilio, acompáñame al patio. — Dijo el señor Bondoni, poniéndose de pié con rumbo a salir de la casa.

El alfa menor lo siguió con todo el miedo del mundo, Joaquín iba tras ellos.

— Sólo dije Emilio.—Recalcó, abriéndole la puerta para que éste pasara primero.

Joaquín tuvo que quedarse con su madre, quién también estaba perdiendo la cabeza.

— Has arruinado tu vida. Tienes 17 años, n-no puedes estar en cinta.

— P-perdón, mamá. Siento decepcionarte

— ¿Tienes idea de la responsabilidad que ésto trae? Ni siquiera has acabado la escuela, oh no puede ser verdad.

— M-mamá...

— ¡¿Mamá qué, Joaquín?! — Gritó.

El castaño inevitablemente comenzó a llorar.

— M-me gustaría que me apoyaras... ésto e-es difícil para mí y para Emilio, por favor n-no me des la espalda. — Suplicó, sus ojos llenos de lágrimas.

La omega suspiró. — Sabes que lo que hiciste está terriblemente mal.

Joaquín se quedó estático.

— ¿Cuánto tienes? — Preguntó más calmada.

— 4 meses. Nace en 6 semanas. — Le informó.

— ¡¿6 semanas?! Dios, eso es muy poco tiempo.

— E-es una niña, mamá. Está muy sana.

La omega se quedó sin hablar por unos momentos que parecieron eternos.

— ¿En dónde has estado revisándote? — Cuestionó.

— Emilio me lleva a la clínica de maternidad que está por el trabajo de papá.

— ¿Sanbu? ¡Ese lugar es carísimo!

— Ahí atendieron a su cuñada, l-los señores Osorio querían que ahí me checara.

— ¿Ahí darás a luz?

Joaquín asintió. — Por cesárea, el doctor no quiere arriesgarme a alguna complicación.

— ¿Quién pagará todo eso? — Cuestionó preocupada.

— Emilio consiguió trabajo, hoy dió un adelanto de un millón y medio de pesos para el parto.

La omega estaba sorprendida.

— Joaquín, dios mío. Es mucho para procesar que mi bebé vaya a tener el suyo propio. — Se rindió finalmente, abrazando a su hijo, quién lloró aún más entre sus brazos. Ésta vez de alivio.

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Reason // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora