En un mundo lleno de héroes y villanos, esta muy clara quienes son los buenos y los malos, ¿o no?
Pero si hasta el villano más temido amo alguna vez.
Y si los héroes mataron inocentes para debilitar a los villanos.
Nadie es totalmente puro, ni los h...
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Narra Levi Kami:
-Levi-sama...- el la miro intrigado, pero se dio cuenta de que algo estaba mal, en el momento que se intentó comunicar con su hija y no podía.
Corrió en un acto de impulso hacia la USJ, pues de ahí venía la última localización de su hija. Con una mirada seria se fijo en el estado demacrable que se encontraba Trece y Shota.
-¿Donde está?- dijo serio hacia la chica alien. Pues era la amiga de su hija.
-Peleando junto con All Might...- con una expresión estoica asintió y cambio hacia el borde de las escaleras.
Grande fue su sorpresa al mirar hacia el centro y encontrar a su hija con los brazos totalmente lastimados y ensangrentados -llegando hasta ver el hueso- siendo protegida por All Might. A una velocidad inhumana corrió hacia su pequeña y la agarró entre sus brazos rápidamente. Ocasionado que todos los ojos se posarán en el.
El rubio sintió angustia al ver como la azabache desaparecía de sus brazos, la cual fue remplazada por alivió y alegría al verla en los brazos de su antiguo maestro.
-Destrozalos...- con un asentimiento el Símbolo de la Paz asintió, pues sabía que Levi no se metería.
El mismo reconocía que cuando estaba enojado, podría lastimar gravemente a alguien.
Se habían metido con su hija eso sin duda haría que el azabache matara a cualquier villano.
-Escapen...
-Estarías en problemas si no hubiese hecho nada antes ¿no? Y aún más si Kami-san no se hubiera interpuesto en el ataque- dijo el hijo de Endeavour.
El miro a su hija asombrado, entendía sus lastimaduras, pero le dolían a el. Era su hija, su pequeña princesa y esos hijos de puta la habían lastimado.
-Lo van a pagar caro...
Se acercó a los compañeros de su hija y miro por un instante a todos.
-¿Puedes proteger a mi hija?
Pues así se quitaba un problema de encima, pues estos jóvenes por lo que mi hija de me había contado tenían tendencia a meterse en problemas.
Más que nada el cenizo.
Cuando le entregue a Atenea vi como dejó de mirar con furia hacia el que parecía un arbusto para asentir hacia mi y sostenerla con delicadeza.
