Entre nosotros dos | SEGUNDO LIBRO

Prólogo

Ayden

—¿Qué pasa?

Ivy se hace a un lado, indicando que quiere que entre. Me lo pienso durante unos segundos pero accedo. Camino lo suficiente para que pueda cerrar la puerta, pero no paso de allí. Quiero irme lo antes posible.

—Ivy, tengo prisa —le digo al ver que no tiene intención de hablar —. ¿No necesitabas mi ayuda?

—Es... quería verte.

Tiene que estar de broma.

—¿Qué?

—Blake he estado pensando y... ¿no te gustaría volver a tener lo que teníamos? —da un paso hacia mí.

Yo me cruzo de brazos, pero no me muevo.

—¿A qué viene esto?

—Que te echo de menos.

—Ivy... —suelto un suspiro y me paso la mano por el pelo.

—Sé que no tengo ningún derecho a pedirte nada porque fui yo la que en su momento no quiso nada serio pero...

—Ivy, ¿por qué haces esto ahora?

—Antes intentaba convencerme de que terminar contigo había sido una buena idea pero no lo ha sido. Echo de menos estar contigo.

Sus ojos marrones están clavados en los míos. No digo nada, ella tampoco. Me doy cuenta de que poco a poco va avanzando hacia mí, hasta que cuando reacciono, nuestros rostros están a pocos centímetros.

Doy un paso hacia atrás.

—¿No sigues sintiendo nada por mí?

—No.

Estoy seguro de que quiero a Leah y quiero estar con ella. Me hace feliz. No quiero arruinar lo que tenemos.

Esto me recuerda que tengo que ir a nuestra cita, o de lo contrario, llegaré tarde. Iba bien de tiempo hasta que Ivy me ha llamado pidiendo ayuda, sé que no debería haber ido a su casa pero no he podido evitarlo.

—Pero...

—Ivy, para —mi voz es firme —. Como tú has dicho, no tienes ningún derecho a hacer esto. Tengo que irme.

Empiezo a caminar y ella pone ambas manos en mi pecho, parándome.

—¿De verdad no quieres volver a tener nada?

La miro. ¿Por qué me lo pone tan difícil? Ivy me importa, creo que nunca dejará de importarme, y sé que no quiero nada con ella, pero no me gusta tener que decírselo.

Una de sus manos empieza a subir, acariciando mi cuello, hasta que queda detrás de la nuca.

Debería apartarme. No lo hago.

Se acerca hasta que nuestros rostros quedan a centímetros.

—¿Qué ha...? —no me deja terminar cuando, de repente, presiona sus labios contra los míos.

No siento nada. Absolutamente nada.

Solo Leah puede hacerme sentir todo lo que siento cuando me besa. Joder, puedo sentir cualquier cosa con ella tan solo mirándola. ¿Qué cojones hago aquí?

Me aparto.

—Ivy, deja de intentarlo.

—Blake lo siento por lo que te hice, de verdad.

—No tienes nada que sentir. En ese momento no querías nada y lo entendí, ahora entiende que soy feliz con otra persona. Estoy enamorado de Leah, respeta eso.

No dejo que diga nada más, paso por su lado y abro la puerta.

—Si algún día cambias de opinión... sabes que estaré si lo necesitas —escucho que dice.

No la miro, no quiero mirarla.

Cierro la puerta detrás mío y empiezo a caminar hacia el coche.

•••

Ig: bertaabordas