20. «Corpus. Anima. Memoriae»

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Caleb


Me encontré con Izán mirando hacia el bosque.

—No le hagas caso a Faye —le dije cuando estuve a cierta distancia de él, y aún así, logré sobresaltarlo.

—Es que solo ha dicho la verdad —replicó él, aún mirando hacia el bosque.

Izán se volvió para mirarme, tenía los ojos llorosos.

—¿Tanto la quieres? —le pregunté.

—Nunca había sentido esto por nadie —aseguró —. Y ahora resulta que mi madre es la responsable de la muerte de los padres de ella.

—Y tú no tienes la culpa de eso —le aseguré —. Faye debería entender eso también —le dije —, y lo hará, estoy seguro, es solo que no ha tenido tiempo de sacar esa ira en alguna parte.

—Eso espero —dijo Izán.

—Vaya, justo a los dos que quería encontrarme —la voz de Anders detrás de ellos los sobresaltó.

—¿Qué haces aquí? —lo cuestioné —Ya sabemos que estás trabajando con Paz. Luke nos lo dijo.

Anders sonrió levemente.

—Lo único que quiero es recuperar lo que perdí hace años —declaró él —, y tener la oportunidad de estar con mis hijos.

—¿Hijos? —pregunté.

La expresión de Anders fue de sorpresa.

—¿No te lo ha dicho tu madre? —me preguntó —¿O a ti? —le preguntó a Izán.

Izán y yo nos miramos desconcertados.

—¿Qué está tratando de decir? —preguntó Izán.

—Que tú y Caleb son hermanos —dijo Anders —. Los dos son hijos míos.

—¿Qué tontería estás diciendo? —le exigí saber.

—Lo que acabas de escuchar —insistió él —. Izán es tu hermano. Ambos son parte de la línea de sangre de los Chamberlain.

—Mientes —dijo Izán y se encaminó hacia el interior nuevamente.

—¡Izán! —lo llamé a la distancia, pero él no se detuvo, así que me apresuré para alcanzarle, pero Anders me detuvo, tomándome por el antebrazo —¿Qué es lo que pretendes al decirnos esto?

—Ya te lo dije —respondió con voz calmada —. Quiero recuperar el tiempo perdido, contigo y con Izán —insistió —. Y también quiero devuelta mi lugar en el círculo.

Resoplé.

—Y ahí está la razón de tu regreso —le dije, lleno de decepción —. Lo único que quieres es el poder de tu círculo, ¿no es así?

—Toda bruja necesita un aquelarre —dijo él.

Negué con la cabeza y me liberé de su agarre.

—Aquí no hay lugar para ti —le dije y me dirigí al interior de la casa.

—Aquí no hay lugar para ti —le dije y me dirigí al interior de la casa

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Los Hijos de Ipswich y los cazadores de brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora