23. «Ya estoy aquí para arreglar el desastre que has hecho»

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Faye


Josh se acercó lentamente para tomar el cristal, pero un balazo en su mano lo detuvo, atrayendo la atención de todos nosotros.

En la puerta principal del despacho estaba Chelsea, sosteniendo un arma; Paz y Anders.

—No tan rápido, querido —dijo Paz.

Josh se quejaba del dolor y la sangre comenzó a formar un charco en el suelo. Jake se acercó a él para auxiliarlo.

—¿Cómo puedes traicionar a tu propia especie? —le pregunté a Anders.

—Solo busco lo que me pertenece —me dijo —, y Paz me está ayudando con ello.

—¿Acabo con ellos de una vez, señora Chamberlain? —preguntó Chelsea mientras nos apuntaba con el arma.

—Hazlo —concedió la mamá de Izán.

Chelsea disparó el arma directo hacia mí, y no hice más que cerrar los ojos, esperando el impacto; imaginando cómo sería el dolor, pero el impacto y el dolor nunca llegaron.

Chelsea disparó el arma directo hacia mí, y no hice más que cerrar los ojos, esperando el impacto; imaginando cómo sería el dolor, pero el impacto y el dolor nunca llegaron

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Abrí los ojos lentamente. Estaba en una especie de caverna iluminada por algunas antorchas. Entonces, me di cuenta de que se trataba de la tumba de mi familia.

Izán había despertado de su trance y Jake atendía a Josh.

—¿Cómo llegamos aquí? —quise saber.

Izán se acercó a mí. No había rastro de aquellos ojos tenebrosos y de esa voz macabra.

—¿Estás bien? —me preguntó, lleno de preocupación.

—Sí —me limité a responder.

Izán suspiró, aliviado y esbozó una leve sonrisa.

—Gracias al cielo —dijo.

—¿Cómo llegamos aquí? —insistí en saber.

—No lo sé —admitió —. Cuando te vi en peligro, en lo único que pensé fue en ponerte a salvo y en el lugar en el que me había sentido auténticamente yo mismo —dijo —, y, entonces, aparecimos aquí.

Al escuchar sus palabras, toda la ira, el enojo y la frustración que sentía hacia Izán se fueron disipando lentamente, haciéndome recordar cómo me sentí al verlo por primera vez.

Me acerqué a él, tratando de no pensar más, y lo besé. Era la primera vez que sentía sus labios sobre los míos, y aunque fue un beso apresurado, nos acoplamos de muy buena manera.

—Un poco de ayuda aquí, me vendría muy bien —la voz de Jake rompió el encanto del momento.

Izán y yo nos separamos. Él estaba sonrojado y respirando agitadamente, al igual que yo. Nos miramos un par de segundos fijamente y luego, nos acercamos a Jake y a Josh para ayudar.

Los Hijos de Ipswich y los cazadores de brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora