2. «Yo solo quiero estar en casa»

17 4 0
                                    

Jake


Luke vino a verme después de la reunión con el círculo.

—No puedo creer que me hayas traicionado de esa forma —me dijo, visiblemente molesto —. Si regresé a Ipswich es por ti.

—Déjate de mentiras —le dije —. Si tanto te importara como dices, habrías regresado desde hace tiempo y no hasta ahora.

—Tú sabes por qué no regresé antes —dijo —. Tú mejor que nadie sabe cómo era papá.

—Papá se sacrificó por mí —le dije —. Se sacrificó por todo el círculo.

—¡Papá era una mierda de persona! —gritó —, y si piensas que por sacrificar su vida es un hombre totalmente diferente, entonces no eres tan inteligente como pensaba.

—No voy a permitir que hables así de papá —le dije —. ¿Por qué no me dices de una puta vez la verdadera razón de tu regreso? —lo cuestioné.

—¿Por qué habría de tener un plan oculto? —me cuestionó —, Jakey, no sabes cuánto me dolió alejarme de ti —me miró —. Lo que le dije a Caleb es cierto —afirmó —. No vine a quitarle su lugar a nadie, solo quiero volver.

—Voy a hablar con él —le dije —, pero no la vas a tener fácil, tu reputación te persigue.

—Lo sé —admitió —. Yo solo quiero estar en casa.

Me acerqué y lo abracé.

De niños, Luke y yo fuimos muy unidos, a pesar de la diferencia de edades. Cuando mamá murió, yo tenía cinco años y él tenía once. Su recuerdo estaba más presente en su mente que en la mía. Y papá fue mucho más duro con él que conmigo, eso se lo concedo.

Cuando se fue, apenas cumplió los dieciocho años, me quedé destrozado, porque no solo había perdido a mi hermano mayor, también había perdido a mi mejor amigo.

No voy a negar que me daba gusto que estuviera de vuelta, pero tampoco iba a cegarme por su regreso, Caleb tenía razón en un cosa: Luke nunca se dejó guiar por sus sentimientos, todo lo que hace, lo planea detalladamente y su regreso no debía ser la excepción.

—Te quiero, hermano —me dijo.

—Y yo a ti —respondí.

Nos alejamos el uno del otro cuando la puerta se abrió. Era Sarah, había olvidado por completo que tenía una cita con ella. Últimamente, había descuidado nuestra relación y Sarah me había hecho saber su descontento.
No quería perderla, ella era lo mejor que me había pasado en mucho tiempo.

—Será mejor que me vaya —dijo Luke —. Nos vemos, Sarah.

—Hasta luego, Luke —respondió ella con una sonrisa.

Para nadie del círculo era una sorpresa que Sarah tuvo un enamoramiento por mi hermano cuando era menor.

¿Y si yo era el premio de consolación de Sarah? Últimamente esa idea anduvo dando vueltas por mi cabeza.

—Voy por mi chaqueta y nos vamos —le dije. Subí corriendo hasta mi habitación por la chaqueta y en menos de un minuto estaba de vuelta con Sarah —. ¿A dónde quieres ir? —le pregunté.

—Como si hubiera muchos lugares a dónde ir —replicó —. Vamos a Joe's.

 Vamos a Joe's

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los Hijos de Ipswich y los cazadores de brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora