Jaulita de Oro

Capítulo 9

El peliblando giraba al rededor del espejo que estaba enfrente de su cama, que cubría gran parte de la pared de cristal. Por petición del humano.

Le seguía asfixiando el sentirse aprisionado, así que necesitaba una forma de bloquearlo. Un espejo fue lo mejor que se le ocurrió.
Pero ya sentía el arrepentimiento entrar en su sistema. Una sensación a la que se estaba acostumbrando.

Estaba engordando, no es que eso le molestara. Pero era raro ver su cuerpo así. Sus prendas no ayudaban a ocultar nada, ya no.

Su estómago dejó de ser plano, se extendió, ahora sí lo apretaba podía tomar un rollito. Sus caderas y muslos también se agrandaron, tenían más masa, y no quería ver ni su trasero o pechos. Su cuerpo tenía una forma rara de administrar la comida.

Ese era el problema, ya llevaba un mes comiendo demasiado y haciendo poca cosa, era un tiempo pequeño, pero su mente ansiosa estaba notando sus cambios.

Seguía girando, observando todo lo que podía, sin escuchar cómo se movían las sábanas atrás de él. Hasta que vio unas manos surgir, tomándole de la cintura y asustando lo.

¡Ah! -

Jack? - Apareció en su totalidad, poniendo su barbilla en el hombro del peliblanco- ¿Qué haces tan temprano despierto? Casi nunca te levantas sin mi- Apretó más fuerte su cintura con lo último.

No, es que, me estaba viendo en el espejo- Puso sus manos sobre los enormes antebrazos de su pareja, que estaban cubriendo su abdomen- ¿Tú crees que me estoy poniendo gordo?

¿Gordito? - Desenredo sus brazos y puso sus manos en su estómago, pellizcándolo- Si, has subido de peso.

Jack se encogió de inmediato, ya se sentía bastante mal con su pensamiento.

¡Lo cual es increíble! - Dejó su estómago y, tomando sus caderas lo alzo mientras le daba vuelta, dejándolo sentado sobre su antebrazo, viéndose cara a cara- Es algo bueno.

¿Bueno? -

Sí, Jack - Lo vio con adoración cuando lo afirmó. Sus colores seguían siendo de amor- ¿sabes por qué?

Se estabilizó, poniendo las manos sobre los hombros de Hércules mientras negaba con la cabeza.

Porque significa que estás muy bien cuidado- Le regaló una sonrisa pequeña, pero honesta. De verdad pensaba que estaba haciendo perfecto las cosas- Sigues siendo hermoso.

Esto ánimo completamente a Jack, pero ya no se sintió igual que antes. Esa declaración se sentía sucia.

Era raro.

Aun así, le dio un abrazo agradecido, para después separarse y besar sus labios.

Todo iba muy bien, los pensamientos de hércules durante toda la mañana fueron entorno a esto mismo. Su trabajo estaba siendo realizado de manera extraordinaria. No eran necesarias otras personas, otros lugares, ni siquiera otra vida, con que estén ellos dos sería más que suficiente.

Y la prueba que le dio Jack en la mañana fue lo que lo convenció de aquello, no había mejor indicador de un buen cuidado que una buena alimentación, a pesar de que él mismo ya no cazaba, y toda la comida se la daban sus cocineros, de igual forma lo tomó como tal.

Necesitaba esa confirmación, porque desde el día de ayer le avisaron lo que más temía. El tiempo para curación de todos se terminó, era el momento de negociar sobre el destino de la raza humana.

Nunca había odiado más esa palabra, como el momento en el que, entre los que estaban en riesgo de ser exterminados, se encontraba su gran amor, su pareja destinada.